Plan de futuro

La cima de la Mola se despide de su restaurante histórico y será un espacio "de educación ambiental y cultural"

"No entiendo por qué lo cierran": así viven los excursionistas los últimos días del restaurante de la Mola

10.000 firmas para evitar el cierre del restaurante de La Mola: "Es una preocupación ciudadana"

El restaurante de La Mola podría renacer en la piscina de Sabadell o una masía de Sant Feliu

FOTOS | El paisaje actual de La Mola, la emblemática montaña del Vallès

Así viven los excursionistas y los dueños los últimos días del restaurante de la Mola

Así viven los excursionistas y los dueños los últimos días del restaurante de la Mola / Foto: Zowy Voeten | Vídeo: Zowy Voeten, Claudia Más y Patricio Ortiz

Gisela Macedo

Gisela Macedo

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Miles de firmas quedan en nada. Este jueves, la Diputació de Barcelona ha ratificado la noticia del cierre del único restaurante de La Mola, después de 58 años en activo; ya que no le renovará el contrato de concesión que caduca el próximo lunes, 22 de enero. Lo han anunciado este jueves en rueda de prensa, durante la presentación del plan de futuro de La Mola. Mientras, montañistas y los actuales dueños del restaurante mantienen convocada una protesta para este sábado. El pasado mes de diciembre, presentaron 10.000 firmas en contra de su cierre a la Diputació; y esta misma semana han entregado 14.500 al Ayuntamiento de Matadepera, aún con la esperanza de que las administraciones dieran marcha atrás. No será posible.

A partir del 23 de enero de 2024, estará cerrado el espacio de uso privativo que es el restaurante, la cocina y los almacenes, y se desplegará un equipo de guardias forestales e informadores que explicarán cuál es la nueva situación del espacio natural. Se podrá seguir visitando la iglesia, la sala mirador y el patio del recinto románico, y los lavabos seguirán funcionando. También pondrán en marcha servicios de limpieza en el recinto.

El futuro de la Mola

Desde la Diputació argumentan que el cierre del restaurante es una "parada técnica" para determinar si este servicio puede retomarse en un futuro: "Detenemos la actividad de restauración para estudiar si el recinto puede aguantar el nivel de carga de energía, gestión de residuos y saturación como hasta ahora soportaban; en un lugar donde ahora no hay suministro de agua ni luz por red". Una vez se haya tomado una decisión, se determinará qué licencias y autorizaciones se permiten en el futuro en este espacio.

El plan de futuro de La Mola, elaborado por los servicios técnicos de la Diputación de Barcelona en consenso con el gobierno municipal de Matadepera, quiere que los protagonistas de la montaña sean la educación ambiental y el patrimonio cultural, y no la actividad de restauración, que aseguran se ha convertido en "la actividad principal" y "provoca degradación ambiental y pone en peligro un Bien de Interés Cultural Nacional" que es el convento románico donde se encuentra el restaurante. Este ha sido el argumentario para no renovar la concesión. Según cifras de la Diputació, en este restaurante se sirven unas 23.000 comidas anuales.

En la línea de este supuesto cambio de valores de la montaña, en el tercer trimestre 2024 prevén abrir una sala de exposición que en este momento se está adecuando para llevar a cabo visitas. También se pondrán en marcha tareas de restauración del Monasterio de Sant Llorenç del Munt, como la limpieza de 'grafitis' que hay actualmente; y la "adecuación y mejora" del entorno de la cima, los caminos y los sistemas de transporte.

El plan de futuro de la Mola también prevé un modelo más sostenible con respecto a consumo energético y gestión de residuos, y contempla incorporar fuentes de energía renovable y un nuevo sistema de captación de agua, ya que actualmente la montaña carece de una red para ello.

El conjunto de las actuaciones, que aún están por concretar y se llevarán a cabo de distintas fases, cuentan con un presupuesto de 2.599.000 euros que proviene de fondos Next Generation de la Unión Europea y de la Diputació. Entre la redacción del proyecto, obtención de permisos, contratación y otros trámites, se espera que las obras en las insfraestructuras empiecen en el año 2026 y terminen en el 2027.

Lugar histórico

La Mola es todo un emblema del Vallès Occidental. Es el punto más alto del Parc Natural de Sant Llorenç del Munt i de l’Obach, con 1.104 metros de altitud. A lo largo del año se calcula que suben unas 300.000 personas, según datos de la Diputación de Barcelona; y es que es un plan de lo más recurrente para los vallesanos que quieren pasar un día en la naturaleza cerca de casa.

Allí, en la cima, está situado el restaurante La Mola. Lo renegnta la misma familia desde hace tres generaciones y el producto se sube cada día con mulas, porque actualmente no hay posibilidad de acceder a la zona con vehículos motorizados -de hecho, para los trabajos que hay planificados en la cima se contempla el uso de helicópteros-. Desde la Diputació también han asegurado que, cuando cierre el restaurante, se prestarán a ayudar a "dar una mejor segunda vida" a estos animales, que son propiedad de los actuales dueños -concesionarios- del restaurante.

El paisaje de la famosa montaña de La Mola, que tiene un cierre anunciado

El paisaje de la famosa montaña de La Mola, que tiene un cierre anunciado / Zowy Voeten

La decisión del cierre del restaurante la argumentan, en parte, con el desgaste acelerado del paisaje que causa la "masificación" de la montaña. Un razonamiento que ha generado gran indignación entre los excursionistas -clientes o no del restaurante-, que no entienden la decisión y aseguran que la mayoría de los visitantes no hacen uso del restaurante, y que seguirán subiendo a la montaña igualmente. Por su parte, el alcalde de Matadepera Guillem Montagut ha explicado que se está tratando de "diversificar" las visitas "para que no todo el mundo suba a la cima", y "se promuevan otras rutas por el parque natural" que repartan más a los montañistas.

La propietaria del restaurante en concesión, Gemma Gimferrer, ha insistido ante los medios en que ella y su familia, además de dar el servicio de restauración, también cuidan del entorno, ya que son ellos mismos los que se encargan de "limpiar los desechos que la gente sube, pero no baja". Este sábado 20 de enero, a las 12 del mediodía han convocado una protesta en la cima de la Mola. “Estaremos en pie hasta el último día y haremos mucho ruido”, ha asegurado a este diario Ferran Bernadí, hijo de Gimferrer, quien añade que el objetivo de la concentración es mostrar el "descontento popular" y a la vez celebrar una gran despedida para este histórico restaurante.