Infancia, educación y PISA

Catalunya, sin medios contra la pobreza infantil: "Los niños son los abandonados del Estado del bienestar"

Los expertos reclaman una prestación por menor a cargo como la que existe en la mayoría de países europeos, pero no en España

Carles Campuzano: "Debemos ampliar la Renta Garantizada a las familias con hijos"

España registra la mayor tasa de pobreza infantil de la Unión Europea

El verano, época de riesgo para niños en situación de pobreza

El verano, época de riesgo para niños en situación de pobreza / EFE / Eva Iglesias

Elisenda Colell

Elisenda Colell

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los resultados demoledores del informe PISA han servido de espejo ante los problemas que acusa la educación pública catalana. Pero nadie esconde –y así lo ha señalado el Govern– que una de las causas tras el desastre educativo es también el galopante índice de pobreza infantil que lleva años desbocado en Catalunya y que tiene efectos directos en el alumnado. En los últimos 10 años, las cifras se han matenido estables en torno al 30%. De hecho, niños y adolescentes son el colectivo que concentra mayores tasas de pobreza en Catalunya, antes y, sobre todo, después de las ayudas sociales. Los expertos piden replantear las prestaciones y, por ejemplo, implantar una ayuda por menor a cargo como la que ya tienen la mayoría de países europeos. "Los niños son los grandes olvidados, los abandonados del Estado del bienestar", señalan desde Unicef.

Da igual cuando lea esto. España y Catalunya están a la cabeza de los peores indicadores de pobreza infantil de toda Europa, solo superados por Rumanía y Bulgaria. Uno de cada tres niños catalanes es pobre. Y esta realidad afecta a su rendimiento académico, salud mental y desarrollo. Hace 10 años que la pobreza infantil es noticia. Diez años en los que no se ha logrado dar la vuelta a esta situación. Y ni las nuevas prestaciones sociales, ni el aumento de estas partidas, ni las medidas de gracia logran desencallarla. Sin embargo, sus consecuencias están ahí y pasan factura. ¿Qué ocurre con la pobreza infantil y cómo se puede revertir?

Negación del problema

Esta pregunta ya se la hicieron el año pasado el Institut d'Avaluació de Polítiques Públiques a Catalunya (Ivalua) y el Comité Catalán de UNICEF, que han iniciado un proyecto para investigar acciones que funcionan contra la pobreza infantil, especialmente en las edades más tempranas. "En Catalunya ha costado mucho aceptar que hay pobreza infantil. Históricamente se negaba porque tomábamos como referentes a otros países", cuenta Roger Garcia, coordinadora de UNICEF en Catalunya. "Sin embargo, los datos nos indican que claramente tenemos un problema de eficacia en las políticas públicas para la infancia, en comparación con los mayores y el sistema de pensiones: nos falta algo parecido para los niños", señala Laia Pineda, responsable del Institut de la Infància i Adolescència de Barcelona.

"La pobreza infantil es multifactorial pero tenemos una debilidad histórica del Estado del bienestar para proteger a las familias: debemos entender que los niños tienen derechos por sí mismos", insiste Garcia. Pineda señala sus consecuencias para los niños: "Abandonan antes la escuela, no tienen un correcto desarrollo, viven con más estrés y problemas de salud mental y, además, a menudo no tienen un espacio de relación sano con los padres", añade Pineda

El drama de la vivienda

Según el diagnóstico de Garcia, debería ser prioritario garantizar las condiciones materiales de las familias. "Esto tiene que ver con el precio de la vivienda, los salarios... lo estructural". "Los padres que tienen trabajos precarios sufren una fuga de dinero para pagar la vivienda –añade Pineda–. Es una bañera llena de agujeros y por más agua que pongamos no arreglaremos el problema".

Y luego está lo que puede hacer el Estado para revertir la desigualdad ya existente. "Hay que garantizar ingresos suficientes a las familias con menores a su cargo", repite Garcia sin cesar. "Actualmente las prestaciones o no llegan o son deficitarias", añade Pineda. Hay consenso en que una de las medidas clave es la ayuda por menor a cargo.

"Se trata de una prestación de unos 150 o 200 euros al mes (por niño) que perciben las familias cada mes en Alemania, Suecia, Finlandia, Escandinavia, Holanda, Francia o Italia", explica Manuel Aguilar, investigador de la UB experto en servicios sociales. "En los años 60, estos países entendieron que debían ayudar a los trabajadores con hijos que ganaban lo mismo que los solteros pero tenían más gastos", sigue Aguilar. En Europa esta ayuda se ha mantenido prácticamente intacta. "En las rentas más altas se ha reducido la cantidad y ha aumentado entre los que cobran menos".

Ayudas por tener hijos

En España, esta ayuda es casi inexistente. La rescató José Luis Rodríguez Zapataro, pero murió con los recortes. "Llegó a algo tan ridículo como los 28 euros al mes", cuenta Aguilar. Hace un año, el Ministerio de Inclusión la volvió a desenterrar dentro del Ingreso Mínimo Vital. La ayuda oscila entre 50 y 115 euros al mes, en función de la edad de los niños, y pueden acceder a ella las familias que ingresan hasta 48.000 euros anuales, en función de su composición. "Casi nadie la solicita porque el trámite es complicado y muchos desconocen este derecho: más nos valdría retirar todas las deducciones fiscales en la renta por hijos a cargo y hacer esta prestación universal para todas las familias", reflexiona Aguilar, quien considera que sobre todo ayudaría a aquellos hogares que están cerca del límite de la pobreza. Una prestación que también reclaman Garcia y Pineda, al igual que la Conselleria de Drets Socials.

Algo similar ocurre con las prestaciones de la Generalitat. La Renta Garantizada se otorga por núcleo familiar, pero sin tener en cuenta si en el hogar hay menores o no. Las entidades sociales reclaman que las familias migrantes en situación irregular con niños a cargo puedan acceder a las ayudas sociales, así como los trabajadores pobres. El conseller anunció cambios en la prestación para combatir la pobreza infantil, pero siguen sin conocerse.

Servicios de calidad y conciliación

Tanto Garcia como Pineda señalan que, más allá de las ayudas económicas, hay que reforzar otras medidas. "Necesitamos servicios públicos de calidad, especialmente para los más vulnerables", reclama Garcia, quien enumera varias medidas: acabar con la segregación escolar, extraescolares gratuitas y más plazas (y gratuitas) para las guarderías. Pineda pide una ley de familias que esté a la altura. "Hay que permitir la conciliación parental y concebir la escuela como un lugar de oportunidades para las familias, más allá de horario lectivo".

El problema es que los años van pasando y la realidad sigue estancada. "No podemos esperar más, los niños necesiatan ayuda en este momento, tienen derecho a vivir en un entorno sano y no puede ser que les estemos privando de oportunidades", denuncia Garcia. "Los menores tienen derecho a ser felices y sentirse seguros, pero hoy el 20% de los niños están nada o poco contentos. Es un tema de derechos", lamenta Pineda. Ambos ven con esperanza la mesa para analizar la pobreza infantil que ha convocado el conseller Campuzano. "Aunque vamos tarde –afirman–, algo es mejor que nada".

Suscríbete para seguir leyendo