Educación en Catalunya

La falta de profesores en secundaria abre la puerta a docentes sin titulación pedagógica

Las jubilaciones de los últimos años han tensionado las plantillas en una profesión que sigue sin ser atractiva ni reconocida

El fiasco de PISA enciende el debate sobre la evaluación de los profesores: ¿cómo debería hacerse?

Bajas no cubiertas, otro foco de tensión en los institutos catalanes

Los sindicatos denuncian la falta de profesores en secundaria y FP: 500 entre titulares y sustitutos

Niños a la salida de un instituto escuela en Barcelona, el curso pasado.

Niños a la salida de un instituto escuela en Barcelona, el curso pasado. / RICARD CUGAT

Helena López

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La falta de docentes en muchas especialidades de secundaria"un problema global", como lo definió en febrero el entonces conseller Josep Gonzàlez-Cambray– llevó al Departament d'Educació a "flexibilizar" la entrada de profesores al sistema. Cientos de institutos reciben en sus aulas a docentes sin el máster pedagógico que se requiere para enseñar en secundaria; profesionales de perfiles muy variados –de matemáticos a periodistas– que se enfrentan sin ninguna preparación específica a 30 adolescentes solo con el compromiso de sacarse esta titulación en los próximos tres años. Lo que empezó siendo puntual se está generalizando.

"Llegan personas directas desde la empresa, que lo quieren dejar y probar un cambio de vida. Arquitectos o informáticos que se cansan de sus trabajos y que, de un día para el otro, se plantan en el instituto; y a esa persona tú la recibes y al día siguiente se pone sola delante de los chavales; a veces llegan perfiles que la última vez que vieron a un adolescente fue cuando lo eran ellos, y eso es intolerable", señala Susanna Soler, jubilada tras 38 años dedicada a la docencia, los últimos 15 como directora.

La falta de profesores se solucionará el día que pongamos en valor la educación, cuando la profesión sea reconocida la gente querrá ser docente

Domi Viñas

— Directora del IE El Til·ler

A ojos de otro profesor de secundaria que lleva 20 años dirigiendo institutos, la falta de profesorado que ha llevado a esta situación tiene dos orígenes: las muchas jubilaciones de los últimos años y la reducción de una hora lectiva el pasado enero pactada entre Govern y los sindicatos que paró la huelga con la que tenía que empezar el curso 2022-2023. Esta operación llevó a la contratación de más de 3.500 profesores e hizo que se vaciaran las bolsas de sustitutos.

"Mal menor"

"La llegada de docentes sin el máster, que antes era algo muy puntual, se está generalizando, como la falta de profesores, cosa que ya no solo ocurre en matemáticas o informática", señala el mismo director, quien matiza, eso sí, que se trata de un mal menor comparado con el hecho de tener a grupos de secundaria durante semanas sin profesor de inglés o tecnología (mal que se agrava en bachillerato, con la cercanía de la selectividad).

"Previamente a contratar a una persona que hará de profesor, esta tendría que pasar unos filtros, no solo el máster. De entrada, un examen psicotécnico; lo único que te pide el Departament ahora es un certificado para demostrar que no tienes antecedentes penales", añade el mismo director, quien pone aún otro tema sobre la mesa. "¿Qué tanto por ciento de alumnos suspende el máster de secundaria? No todo el mundo tiene la capacidad de ser profesor; no todo el mundo sabe trabajar en equipo", apunta.

La directora del Institut Escola El Til·ler, Domi Viñas, tiene claro que la falta de profesores se solucionará "el día que se ponga en valor la educación; cuando la profesión sea reconocida, la gente querrá ser docente; se trata de un problema de reconocimiento profesional", apunta. "Hoy por hoy es una profesión muy poco reconocida, tanto desde un punto de vista económico como de proyección profesional… A veces las familias creen saber más que tú", zanja la docente, por no hablar de los tertulianos que llevan días pontificando sobre los problemas de la Educación desde el descalabro de PISA.

"Profesión refugio"

Así, en paralelo a ese desprestigio de la profesión, y quizá aprovechándolo, ya que este es el que provoca que haya tantas vacantes, la secundaria está llena de personas de unos 40 años que llegan a los institutos entendiendo la de docente como una "profesión refugio", con los riesgos que eso supone, ya que las aulas de la educación secundaria son muchas veces son "cajas negras". "¿Quién sabe lo que pasa en el aula? Solo el profesor y los alumnos, el único indicio que tenemos son los resultados. ¿Tiene que ser así?", se cuestiona un profesor de Pedagogía de la Facultad de Educación de la Universitat de Barcelona.

Viñas tiene claro que no y, además, añade que cada vez son más los institutos que caminan hacia las comunidades de aprendizaje, en las antípodas de esas cajas negras.

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