Incendio en la Costa Brava

El pastor que pasó la noche en el incendio de Portbou: "No podía dejar morir a mis cabras"

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Un pastor pasa la noche en la zona Cero del incendio forestal de Portbou

Un pastor pasa la noche en la zona Cero del incendio forestal de Portbou / Elisenda Colell

Elisenda Colell

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"Lo he pasado muy mal pero es lo que tenía que hacer... salvar a mis cabras. Estuve solo ante el peligro", cuenta Antonio Rodríguez, el pastor que hace más de 20 años pastorea un rebaño de 150 cabras en las montañas de los alrededores de Portbou y Colera. Su cabaña está a 400 metros de la zona cero del incendio forestal que ya ha quemado casi 600 hectáreas de bosque. La acción de sus cabras ha podido frenar buena parte de la expansión del fuego, han reconocido los Bombers de la Generalitat. Sin embargo, para salvar a su ganado, pasó la noche entre las llamas en medio de la montaña. Esta es la historia del pastor de Portbou, el héroe del incendio que, sin embargo, quiere dejar de serlo.

Todo empezó a las 15.30 horas de la tarde del viernes en Portbou. Una zona que el pastor denomina 'Las Ramblas', cerca del pantano de Portbou, que cuando empieza a caer el sol se llena de paseantes. "A ver, no es la zona más sucia de la montaña pero limpia no está, hay plásticos y latas de aluminio", explica Rodríguez. El fuego le sorprendió pastoreando muy cerca, y empezó a llevar a su ganado en dirección norte, hacia una zona que ya quemó en abril. "Pero a medida que fui subiendo pensé, aquí me puedo quedar solo y aislado por las llamas". Volvió a bajar.

Entre idas y venidas, llegó al corral de su ganado a las 19.30 horas de la tarde. "Yo pensaba que acabarían rápido y podría irme para casa", cuenta Rodríguez. Pero no pasó. La Tramontana, el viento del Empordà, empezó a soplar con rachas que superaron los 120 kilómetros por hora. "Hubo gente que me dijo que me quedara, otros que me fuera... yo pensé 'mejor me quedo aquí con mis cabras porque si no se morirán o me sentiré culpable toda la noche pensando en que las dejé morir'. Esto solo lo entiende un pastor", sigue el hombre.

Solo ante el peligro

Durante la noche, las llamaradas de fuego le acecharon. "Lo peor fue ver como iban llegando camiones de los Bombers y nadie me ayudaba a remojar", se queja. El hombre, con el agua que conservaba en el cerrado de los animales, iba remojando la zona. "Las llamas se me echaron encima, estaba solo ante el peligro", insiste. Sí es cierto que los Bombers pasaron a remojar su corral a medianoche, pero su zona no era de alto riesgo y de madrugada había otras prioridades, los pueblos costeros estaban acechados por las llamas. "Quizá lo que hice fue una temeridad, no lo sé... pero no quise dejarlas morir, no me lo podría perdonar", reconoce el pastor.

A través del móvil, Rodríguez iba pidiendo ayuda para mover al ganado, sin éxito. Los vídeos que grabó son estremecedores. Se ve como las llamas quedan a escasos metros del ganado. A medianoche, reconoce que pensó en abandonar. "Pero me di cuenta que el fuego me había reventado una rueda del coche. Intenté poner la de recambio pero con el calor también estaba deshinchada. No podía salir... No sé cómo sobreviví, pero lo hice", explica. Aún recuerda el humo, aupado por el montón de estiércol que también prendió. Rodríguez cuenta que se durmió de madrugada mirando el fuego apoyando la cabeza en la rueda pinchada. "Estaba exhausto, dormí tres horas, me despertó el calor de una llamarada".

Pastores contra el fuego

La fundación Pau Costa, que lucha junto a pastores para prevenir el riesgo de incendio, colabora desde hace años con Rodríguez en Portbou a través del proyecto Ramats de Foc. Hoy, su coordinador, Marc Arcarons, se ha desplazado hasta el incendio en el Alt Empordà para ayudar a su pastor. "A él lo hemos visto destrozado. Ha sido durísimo... Ha estado en el infierno", relata Arcarons, que esta mañana, ha ido a visitarle y traerle alfalfa para que las cabras pudieran comer algo durante el día.

Un pastor pasa la noche en la zona Cero del incendio forestal de Portbou

Un pastor pasa la noche en la zona Cero del incendio forestal de Portbou / Elisenda Colell

"En diciembre dejo el ganado"

La realidad es que a Rodríguez el pastoreo no le sale a cuenta. Necesita otro empleo. "Lo de hoy ha colmado el vaso, en diciembre dejo el ganado", explica. Arcarons ya está buscándole sustituto. Esta zona de la Costa Brava es de alto riesgo de incendios y no se puede permitir la pérdida de un pastor como él. "Es imposible ganarte la vida con esto, estamos abandonados por todos y valorados por nadie", se queja Rodríguez. "La ganadería extensiva no es suficientemente productiva a nivel económico, pero su función en la extinción de incendios es de vital importancia para la seguridad ciudadana", incide Arcarons. El sector está pendiente de una subvención de la Generalitat para ayudar a los pastores que ayudan a la extinción de incendios. "Esperemos que lleguemos a tiempo", suspira Arcarons.

Arcarons lo explica desde Colera, el pueblo que desde la noche del viernes vive confinado. Este sábado los bosques de alrededor del pueblo eran pura ceniza. Los vecinos, ya más tranquilos, ocupan las terrazas de los bares e incluso se bañan en la playa. A las tres de la tarde, los Bombers pasan por la plaza y se retiran. Su labor, en los alrededores de Colera, es la de mantener el suelo hidratado para que no vuelva a reavivar el fuego. Los vecinos les aplauden. "Ellos han sido nuestro milagro, a las cuatro de la madrugada esto era el infierno, hoy ya vemos el cielo", dice Pilar, una vecina.

Estos efectivos vienen de Manresa, L'Hospitalet de l'Infant y Falset. "Sí, hoy esto ya tiene más buena pinta. Si hay humor... es que es buena señal", bromean mientras hacen un descanso para comer. A la misma hora, Rodríguez cruza la carretera, rodeada por árboles quemados. El pastor va de Portbou, sin apenas dormir, hacia Roses, donde tiene el otro trabajo que le permite vivir para mantener el pastoreo del ganado. En su marcha, sin embargo, no hay aplausos ni agradecimientos.