Incendio en Portbou

La madrugada más larga en Colera: "Ver las llamas de noche, con el rugido de la tramontana, impone"

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Guillem Costa

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Cientos de personas han pasado la noche en el cámping Sant Miquel de Colera, tras el confinamiento anunciado por las autoridades. Algunos paseaban observando las llamas y otros han permanecido en las tiendas y en los 'bungalows'. Los trabajadores del cámping han repartido comida para todo el mundo.

Así lo ha explicado a EL PERIÓDICO uno de los empleados de este establecimiento. Cuando el fuego empezó por la tarde, hospedaban a unas 500 personas. "Algunos se asustaron y empezaron a correr, se subieron a los coches y se largaron. Otros, en cambio, no tuvieron tiempo, porque enseguida aparecieron los Mossos d'Esquadra para decretar el confinamiento", detalla este trabajador.

"Ha sido muy bestia"

"Ha sido muy bestia, teníamos el humo encima y las cenizas no paraban de caer del cielo", afirma. La noche, en el cámping Sant Miquel, ha sido larga, con mucha gente pendiente del devenir del fuego.

El incendio declarado esta tarde en Port Bou amenaza peligrosamente algunas casas

Video: Agencia Atlas / Foto: EP

Sandra Carré, vecina del pueblo de Colera, explica el caos que, de pronto, se ha instauró en el pueblo: "Oí una primera sirena. Después, otra. Y, en pocos minutos, ya no paraban de sonar". La gente salió a los balcones al grito de "fuego, fuego". Carré optó por irse hasta la playa con su hijo, de 6 años: "Hemos intentado desdramatizarlo todo, diciéndole que en el agua estábamos seguros, porque estaba muy preocupado".

Oler el humo desde Cadaqués

Luego, el humo y las cenizas empezaron a llegar a la playa, y varios coches de policía pidieron a los curiosos que volvieran a sus casas, hasta que parte del humo se fue despejando. El olor y las cenizas han continuado toda la noche. Como algunas ventanas eran viejas, por mucho que las cerraran, no podían dejar de percibir la presencia de este humo que se olía desde Cadaqués.

El incendio visto desde Portbou.

El incendio visto desde Portbou. / ACN

"Es desagradable, la verdad. En algunos momentos nos lloraban los ojos al respirar toda esta mezcla", asegura. Su hijo se tranquilizó, y al entrar en casa, vieron una película. Pero esta habrá sido una noche de las que no se olvidan: "Tranquila, tranquila no he estado, sinceramente. Las llamas de noche, con el rugido de la tramuntana, imponen. Se veía que nos iba a tocar. Años anteriores habían tenido incendios en Llançà, en Port de la Selva. Nosotros, en Colera, lo habíamos esquivado, pero aquí lo tenemos".

Bar abierto

Xavier Ortells, otro veraneante, se ha quedado relativamente tranquilo cuando, a medianoche, ha visto que ya no se veían tantas llamas como al atardecer. En la plaza del pueblo, uno de los bares permanecía abierto. Y ya se podía respirar mejor.

Él ha aprovechado parte de la noche para salir a dar un breve paseo: "A la que me he alejado de mi casa, ya podía ver las llamas con claridad, a lo mejor algo más cerca de Portbou. Imagino que son los varios flancos de los que hablan los bomberos". Los vecinos de Colera y Portbou, hoy, no se despiertan pendientes del mar sino de la montaña, para saber cómo evoluciona el incendio y si ya están algo más cerca de volver a la normalidad.

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