"Queremos aparcar": 300 vecinos de L'Hospitalet cortan la Granvia para mantener las plazas de párking del Gornal

Casi 300 vecinos del Gornal han cortado la Granvia de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelonès), a la altura del Ikea, para reclamar al Ayuntamiento que no desaparezcan plazas de aparcamiento en el barrio. Según los vecinos, que se han organizado a lo largo de los últimos días vía boca a boca, los nuevos carriles bici que proyecta el consistorio en la avenida Carmen Amaya, la principal calle de la zona, supondrán la eliminación de “más de 150 plazas de aparcamiento”. Dicen que, durante las últimas semanas, han tratado de negociar con la concejalía opciones alternativas, pero que, después de darles “largas”, han apostado por organizar la protesta de este jueves 9 de mayo.

La concentración, que ha conllevado largas colas de vehículos en los laterales de la vía, se ha iniciado a las 18 h y ha durado media hora. Así, los cortes han terminado poco después de que algunos de los vecinos finalizaran una reunión con integrantes del Ayuntamiento en la que les han presentado un modelo de reforma en la avenida Carmen Amaya “con la que estamos de acuerdo”. 

Yolanda López, vecina del barrio apunta que en la reunión les han dicho que en el total de Carmen Amaya, los nuevos carriles, solo supondrán 12 plazas menos de aparcamiento, una cifra que ven razonable. Sin embargo, López explica que, más tarde, les han dicho que en el tramo sur de la avenida y en su recorrido hasta la Granvia, los cambios previstos en la zona supondrán la eliminación de “más de 40 plazas”. De este modo, López comenta que seguirán con las negociaciones para buscar soluciones para este tramo y que, si no llegan a acuerdos, volverán a protestar.

Consultadas por este diario, fuentes municipales comentan que la obra prevista en Carmen Amaya responde a “una reestructuración del espacio disponible en calzada para incorporar un espacio ciclable con garantías de seguridad y continuidad” y que se aprovecha para modificar las condiciones de estacionamiento de forma que se garantice que “el espacio de acera existente cumpla el nuevo código de accesibilidad en los tramos donde no se cumple”, como es el tramo sur de la avenida.

Así, defienden que se han estudiado “soluciones alternativas que implican menor pérdida de plazas de estacionamiento” que la solución propuesta en el proyecto inicial. De este modo, en el tramo central de la avenida de Carmen Amaya, las mismas fuentes aseveran que “solo se perderán ocho en lugar de las 64 plazas de aparcamiento inicialmente previstas”.

Red ciclable

El Ayuntamiento de L’Hospitalet explica que los futuros carriles bici de la avenida Carmen Amaya pretenden conectar el barrio con el resto de la “red pedaleable” de la ciudad, de modo que se facilite así una alternativa de movilidad sostenible “dentro del barrio y dentro de la ciudad”. Además, sostiene que los nuevos carriles buscan dar espacio a los vehículos de movilidad personal (VMP), como los patinetes eléctricos, para que “dejen de circular por las aceras y la rambla central”. 

De hecho, durante las últimas semanas también se han ido instalando en la ciudad las 32 paradas del AMBici, el servicio de bicicleta compartida metropolitana, que el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) tenía previsto que empezara a funcionar en abril. Aunque el consistorio ya comentaba que esta posibilidad podía alargarse a mayo.

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Por su parte, los vecinos señalan que no están en contra de los carriles bici, sino de la pérdida de plazas. Remarcan que, aunque hasta ahora habían tenido espacio para aparcar en barrio, los últimos carriles bici en el polígono de la Pedrosa, fronterizo con el Gornal, han supuesto la eliminación de varias plazas de aparcamiento de la zona y que esto ha llevado a que trabajadores del polígono y algunas empresas empiecen a aparcar más sus vehículos en el barrio. 

Además, Arnau Bossacoma señala que también profesores y padres de la escuela Xaloc o gente que va a jugar a las pistas de pádel de la zona también aparcan en el barrio, por lo que la posible eliminación de plazas le ha hecho saltar las alarmas. “Aquí somos 6.000 vecinos y mucha gente no tiene recursos para cogerse un párking privado”, añade Bossacoma.

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