El Govern tiende puentes al profesorado y pide consenso para blindar la escuela catalana

El Parlament de Catalunya ha celebrado este martes un pleno monográfico sobre educación. Un pleno que estaba previsto para el 13 de junio pero que se aplazó al coincidir con la remodelación del Govern de Pere Aragonès, que incluyó el relevo al frente de la Conselleria d'Educació: el controvertido Josep Gonzàlez-Cambray fue relevado por Anna Simó. Ella será la que afrontará los próximos meses los retos del sistema educativo: desde la escuela inclusiva a los decretos (parados) de conciertos y comedores, pasando por la falta de profesores y las negociaciones con los sindicatos para revertir los recortes.

Ha sido el tercer debate general que el Parlament dedica a la educación: el primero fue en 1999, sobre política educativa, y el segundo en 2000, centrado en la educación de 0-3 años. En esta ocasión ha supuesto el estreno de la 'consellera' Simó y ha servido para que llegaran a la Cámara asuntos que en los últimos meses han impactado en la comunidad educativa, empezando por la caída de la comprensión lectora detectada en el informe PIRLS, en el que Catalunya es la comunidad autónoma que sale peor parada, o del descenso del nivel en las competencias básicas del alumnado de primaria y secundaria.

No ha sido un pleno de grandes anuncios ni de acuerdos -habrá que esperar a la sesión del jueves cuando se voten las propuestas de resolución de los grupos-, pero sí de mano tendida y de voluntad de recuperar complicidades y tejer consensos, especialmente con el colectivo docente. Al menos eso se desprende de las palabras tanto del 'president' como de Simó. Ambos han puesto en valor la labor del profesorado.

"Es imprescindible reforzar la confianza en la comunidad educativa, desde profesores hasta las familias" y "centrarnos en los retos del sistema educativo, al margen de debates interesados", ha empezado Aragonès. "Es imprescindible un mayor reconocimiento social a la figura de los docentes", ha seguido. Y ha prometido que su Govern lo fomentará. "Confianza en los docentes porque son los que mejor conocen la realidad del aula. "Ayudémosles a hacer su trabajo lo mejor posible", ha insistido.

Diálogo sincero y corresponsabilidad

"A la educación no le van bien las confrontaciones absurdas", ha dicho Simó en alusión a las tensiones que ha sufrido la comunidad educativa los últimos dos cursos. Ha asegurado que buscará la confianza de los docentes y las familias para "avanzar hacia una escuela más equitativa y de más calidad". Y ha anunciado que ya tiene agendadas reuniones con todos los sindicatos educativos. "Quiero abrir vías de diálogo sincero, pero también les pido corresponsabilidad", ha dicho.

"Tenemos equipos docentes muy implicados que consiguen reconducir situaciones complejas" y, como Aragonès, ha pedido un reconocimiento social para ellos. "Trabajaremos para hacerles la vida más fácil. Tenemos la absoluta voluntad política de revertir los recortes que sufren los profesores", ha asegurado.

También ha apelado a las direcciones. Con ellas quiere "rehacer la confianza". Una manera de intentar cerrar los frentes abiertos por el 'exconseller' Cambray. A este le ha agradecido las reformas emprendidas y ha reiterado que trabajará para consolidar esa labor. Cerraba así el debate sobre el adelanto del calendario escolar, una medida que ha venido para quedarse.

Los retos sobre la mesa

Tanto Aragonès como Simó han puesto sobre la mesa los importantes retos del sistema educativo. Antes, el 'president' ha introducido un apunte (otro capote a los sufridos profesores): "La escuela no es la única responsable ni la única solución de todo aquello que no funciona en la sociedad", ha dicho. Sí han admitido que, aunque se están dado pasos, queda trabajo por hacer para eliminar la segregación escolar, implantar el modelo de escuela inclusiva, reducir ratios, reducir el fracaso y el abandono escolar, combatir el acoso en las aulas, apostar por la educación sexual y trabajar la salud emocional del alumnado.

Y todo ello asegurando unos niveles educativos de calidad. Ahí es nada. Cuentan para ello con un presupuesto de 7.000 millones de euros que, pese a la magnitud de la cifra, se intuye insuficiente ante el reto de fortalecer uno de los pilares del Estado del bienestar. Este mismo martes, el Govern ha anunciado la contratación de 1.528 profesores y personal escolar para el curso 23-24, medida que viene a paliar la falta de docentes.

Pacto en defensa del catalán

El conflicto lingüístico ha copado buena parte de las intervenciones, ante la perspectiva de que un cambio de gobierno en la Moncloa repercuta en el modelo de escuela catalana. Aragonès ha instado a reforzar el consenso en defensa del modelo de inmersión. "El Govern será el primero en hacer frente a los ataques al catalán que ya vemos en la Comunidad Valenciana y en las Islas Baleares", ha advertido.

También Simó ha subrayado que el modelo de escuela catalana "es un modelo social, de consenso y de país", dice. "Cualquier ataque a la lengua catalana repercute en todo el territorio. Preparémonos para una ofensiva", ha apuntado. Es por ello que ambos han pedido "preservar desde un amplio consenso el modelo de escuela catalana". Han encontrado ahí al conjunto de la oposición, con excepción de PP, Cs y Vox, que han pedido el fin de la inmersión lingüística en las escuelas.

ERC y Junts han registrado una resolución conjunta en la que plantean un Pacto Nacional "en defensa de la escuela catalana ante los ataques sistémicos del Estado español". Será una de las propuestas que se votarán el jueves. El PSC, por su parte, ha ofrecido al Govern un "gran pacto por la educación"  que permita sumar complicidades, rehacer la confianza con la comunidad educativa y generar estabilidad. "La educación es cosa de todos", ha defendido Esther Niubó.

Por otro lado, ERC, Junts y comuns han presentado una propuesta de resolución conjunta para reforzar la educación sexual en las aulas y prevenir violencias machistas.