Educación en Catalunya

Solo el 86% de los catalanes de 17 años siguen escolarizados, cuatro puntos por debajo de la media española

El 40% de matriculados en ciclos formativos de grado medio no los termina

La vida tras el abandono: "Tras un mes repartiendo paquetes 14 horas al día, vi que prefería estudiar"

¿Educación obligatoria hasta los 18? Sí, pero acompañada de becas-salario y más variada oferta de FP

Un 30% del alumnado vulnerable no accede a la educación posobligatoria, porcentaje que dobla la media catalana

A1-173642612.jpg

A1-173642612.jpg / ZOWY VOETEN

Helena López

Helena López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Finalizada la educación obligatoria (la ESO), solo el 86,3% de los adolescentes catalanes de 17 años siguen escolarizados, casi cuatro puntos porcentuales por debajo de la media española, que está en el 90%, y muy per detrás de territorios como Navarra (100%) y el País Vasco (97,5%). Cifras preocupantes que son todavía más alarmantes entre el alumnado vulnerable: un 30% no sigue estudiando más allá de cuarto de ESO, por encima de la media catalana (14%).

Un estudio reclama orientación, acompañamiento y becas para evitar que los alumnos se pierdan al terminar la ESO

Un nuevo informe de la Fundación Bofill confirma que el elevado abandono escolar prematuro [porcentaje de jóvenes entre 18 y 24 años que no han obtenido ningún título de educación posobligatoria y que no está estudiando] en Catalunya se debe en gran medida al número de jóvenes que no accede a la posobligatoria justo terminar la ESO por falta de motivación. Es decir, terminar el instituto con el título de la ESO bajo el brazo, pero no seguir estudiando nada más allá está considerado -por todo lo que conlleva tanto para el joven como para la sociedad- abandono prematuro. La ESO es la formación mínima imprescindible para obtener un puesto de trabajo no cualificado, pero nada más.

5.500 alumnos catalanes que obtuvieron el graduado de ESO en el 2020 no iniciaron estudios posobligatorios

En el año 2020, el 61% de los alumnos de 19 años que había dejado los estudios lo había hecho principalmente al terminar cuarto de ESO. Solo en un año, 9.905 jóvenes no transitó hacia bachillerato o ciclos formativos de grado medio.

Otro dato a tener en cuenta es que la mitad de los alumnos que no sigue la vía de la educación posobligatoria se ha graduado en ESO, pese a tener todas las puertas académica abiertas (y toda la vida por delante). En el curso 2019-2020 -siempre según subraya el informe de la Fundación Bofill- cerca de 5.500 alumnos que habían obtenido el graduado no iniciaron los estudios posobligatorios.

Es por eso que, a ojos de Adrián Zancajo, autor del informe, es tan importante la orientación y el acompañamiento, que deben ir "mucho más allá de orientar en cuarto de ESO". "Que la mitad de las personas que no transitan tengan el título demuestra que son imprescindibles recursos de acompañamiento que empiecen antes. La orientación debería ser individualizada, a lo largo de toda la educación y flexible", remarca el investigador.

Diferencias sociales

El alumnado con necesidades educativas específicas por razones socioeconómicas o de origen,además, abandona tres veces más que el alumnado sin esta condición; y el alumnado extranjero no continúa dos veces más que el autóctono. Las causas son múltiples, pero entre ellas está el efecto Pigmalión -la mirada negativa y las bajas expectativas de algunos profesores hacía los alumnos de origen migrante- y la segregación escolar.

La Fundació Bofill propone ayudas económicas al alumnado vulnerable para compensar las barreras en la transición a la postobligatoria, con becas salario y ayudas de transporte

"La mitad de los alumnos que abandonan están concentrados en un 25% de centros (de alta o máxima complejidad). Son alumnos muy específicos concentrados en centros muy específicos a los que hay que ayudar de forma también específica", reflexiona el autor del informe, quien apunta también la asignatura pendiente de la inclusividad. Un alto porcentaje de los alumnos que abandonan son alumnos con necesidades educativas especiales (NESE) que no encuentran apoyo más allá de la ESO, tal y como familias y centros de FP llevan mucho tiempo denunciando.

Atendiendo a una división por género, aunque los chicos abandonan 1,4 veces más que las chicas, un porcentaje significativo de las chicas de nacionalidad extranjera o en situación de vulnerabilidad no transitan hacia la educación posobligatoria en proporción similar al de los chicos.

Medidas necesarias

Desde la Fundación Bofill insisten en que es necesario que el Departament d'Educació dirija su política contra el abandono escolar hacia la reducción del número de jóvenes que al terminar la ESO no inician estudios posobligatorios. Para ello, proponen medidas como planes individualizados de orientación educativa y acompañamiento a la transición educativa en todos los centros de secundaria desde el primer ciclo de secundaria obligatoria hasta el segundo curso de la posobligatoria, algo que ahora no sucede, como denuncian desde los centros de FP.

Desde la Fundación Bofill reclaman medidas concretas como ampliar los dispositivos de educación inclusiva en la educación posobligatoria para dar respuesta a las necesidades formativas del alumnado NESE, especialmente aquellos con necesidades educativas especiales.

Reducir la segregación

El estudio concluye también que otra de las posibles soluciones debería pasar por reducir los niveles de segregación: identificar a los centros que durante un periodo sostenido muestran niveles de abandono en 4º de ESO y adoptar medidas como la limitación de la reserva de plazas de alumnos NESE y de matrícula viva o incrementar extraordinariamente los recursos económicos, docentes y no docentes en los centros de máxima complejidad de acuerdo con las necesidades de los centros. Otra medida sería poner en marcha ayudas económicas al alumnado vulnerable para compensar las barreras en la transición a la educación postobligatoria, con un programa de becas salario y ayudas de transporte.