Educación en Catalunya

La vida tras el abandono escolar: "Tras un mes repartiendo paquetes 14 horas al día, vi que prefería estudiar"

Un alumno de la Escola Municipal de Segones Oportunitats de Barcelona relata su experiencia tras dejar las clases de forma temprana

Barcelona 7/11/2022 Entrevista con tres chicos que, después de un abandono escolar prematuro i de pasar por una escuela de segundas oportunidades, se han reenganchado al sistema educativo i están estudiando un ciclo formativo. En la foto, Enric, Katherin y Edgar en el Centre de Formació Professional BEMEN-3  Foto de Ferran Nadeu

Barcelona 7/11/2022 Entrevista con tres chicos que, después de un abandono escolar prematuro i de pasar por una escuela de segundas oportunidades, se han reenganchado al sistema educativo i están estudiando un ciclo formativo. En la foto, Enric, Katherin y Edgar en el Centre de Formació Professional BEMEN-3 Foto de Ferran Nadeu / FERRAN NADEU

Helena López

Helena López

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Abandonó el último de los tres institutos por los que pasó sin el título de la ESO. Con 17 años -repitió tercero- y sin los estudios mínimos, llegó a Barcelona tras un nuevo cambio familiar de domicilio y se puso a trabajar con su padre de repartidor. "Salíamos a las cinco y media de la mañana y estábamos repartiendo paquetes hasta las siete de la tarde. Llegábamos a casa y yo me quería morir; me quería morir, y pensé: si esto es lo que me espera, prefiero estudiar", reflexiona Enric Cañardo. Es alumno de la primera promoción de la Escola Municipal de Segones Oportunitats de Barcelona (EM2O) y desde hace un par de meses, estudiante de ciclo formativo de grado superior de Integración Social. Una situación que hace apenas tres años, cuando dejó el instituto en Girona sin el título de la ESO, no podía ni imaginar. 

Cañardo estudia en BEMEN-3, un centro concertado, hecho que evidencia la disfunción que supone el nuevo sistema de preinscripción de FP que prioriza a los alumnos que provienen de cuarto de la ESO. Esto supone que los alumnos que proceden de centros de segundas oportunidades, como él, se encuentran con que las pocas plazas públicas ya están llenas. "Somos los últimos de la cola, por eso disponemos de becas que cubren el 100% de las plazas de nuestros alumnos en centros concertados", puntualiza Jhonny Mancilla C., director de la EM2O. Este docente alerta de que sería una pena (y un sinsentido), que, tras todo el trabajo hecho por estos alumnos para animarse a volver a un circuito que les expulsó, se quedaran fuera por falta de plazas públicas.

"Desde pequeño, por mi historia de vida, he pasado por situaciones que me han hecho pensar que yo sirvo para esto, para ayudar a la gente. Pasé ocho meses de usuario en un centro abierto y tuve muy claro que quería ser educador; acompañar a todos esos niños y demostrarle que se puede salir", prosigue Cañardo con una sonrisa ante la mirada llena de orgullo de Mancilla.

Katherine Carias llegó a Barcelona desde Honduras hace seis años. Tenía 14 años y la pusieron directamente en tercero de ESO. "El primer año fue muy difícil. Repetí, y la segunda vez aprobé", señala. Pero a su madre, quien no tenía un trabajo estable, le salió un empleo en Figueres y se fueron a vivir allí, donde volvió a empezar de cero en otro instituto, ahora en cuarto. "Lo pasé fatal. Muy mal. No me sentí acompañada por nadie. Acabé sacándome el título con mucho esfuerzo, pero me dejó muy mal sabor de boca", se sincera la joven, sentada junto a Mancilla y Cañardo.

La joven tenía muy claro que quería estudiar Auxiliar de Enfermería -algo que finalmente ha logrado-, pero en Figueres había muy pocas plazas y no entró porque tenía una nota muy baja de la ESO. Empezó entonces a estudiar Peluquería porque era lo que había, sin ninguna motivación, pero estalló la pandemia y lo dejó sin lograr sacarse el título. "No tenía ordenador y hacer los trabajos desde el móvil es difícil", prosigue. El curso siguiente se quiso sacar el carnet de conducir, pero tampoco pudo porque no tenía documentación. En ese momento se puso a trabajar y, tras tener problemas con su madre, se aventuró a mudarse a Barcelona con su novio, quien la acompañó a la EM2O, donde la ayudaron a lograr su objetivo: estudiar Auxiliar de de Enfermería (en un centro concertado, también, como el caso de Enric, por los mismo motivos que él).

Junto a los tres, escucha atento Edgar Pinel, otro exalumno de la EM2O que hoy estudia APD (Atención a Personas en Situación de Dependencia). "En 2018 acabé la ESO y pese a que yo sabía lo que me gustaba, tiré por lo que me decía la gente e hice el grado medio de carrocería. Más por lo que me decían, que por lo que me gustara, que no me gustaba", se sincera el joven. "Acabé y me puse a trabajar de aquello, pero no me gustaba. Lo pasé muy mal", prosigue.

"Encontré trabajo en Infojobs de monitor sin el título y me gustó mucho. Cuando salía de trabajar de carrocería y me metía de monitor veía la diferencia entre una cosa y la otra. Que en un lado contaba las horas, y en el otro, no. Entonces entré en septiembre del año siguiente al EM2O y me convencieron de que lo mío era trabajar con personas y que podía hacerlo. Y sin darme cuenta iba al cole cada día. No faltaba. Y aquí estoy, haciendo el grado medio de atención a personas en situación de dependencia, con el objetivo de estudiar después Integración Social", concluye el futuro integrador.