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Carles Sans
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Con propina o sin propina

Debería de darse cuando alguien te ofrece un servicio que va más allá del que tiene por obligación con su trabajo

Archivo - Un camarero ateniendo a los clientes de una terraza en la Plaza Mayor de Madrid

Archivo - Un camarero ateniendo a los clientes de una terraza en la Plaza Mayor de Madrid / EUROPA PRESS - Archivo

Hace unos días, al ir a pagar la cuenta en un bar del centro de Barcelona, veo que se incluye en el recibo una cantidad de dinero en concepto de propina. Fue tal mi sorpresa que le pregunté al camarero si aquello era lo que parecía ser, y sí, era la propina añadida en la cuenta. Por supuesto, dijo, no es obligatorio dejarla. No era obligatorio, pero la ponían en el papel. Al parecer esta es una modalidad que están adoptando algunos bares de Barcelona y que corre el peligro de extenderse.

He visto que el portavoz de Facua-Consumidores en Acción, Rubén Sánchez, mostraba su preocupación, ya que esta medida puede crear un sentimiento de culpa al cliente que decide no dejar nada. Recuerdo la primera vez que viajé a Nueva York cómo me persiguió un camarero hasta la calle porque no le había dejado propina. Aquello, ¡ignorante de mí!, me pareció rarísimo. Lo de la propina es algo muy personal. Por otro lado, mientras que en EEUU es obligatoria, en Dinamarca, China o Japón se ve como un insulto dejar más dinero del estipulado en la factura. En mis tiempos de juventud se daba propina para casi todo: al taxista, al acomodador, al botones, al chaval del supermercado y, por supuesto, en los restaurantes. De toda esa lista ahora solamente se deja en los restaurantes, al menos yo. 

La propina debería de darse cuando alguien te ofrece un servicio que va más allá del que tiene por obligación con su trabajo. Esa es mi idea. Que alguien te sirva un café de manera correcta no debería conllevar una gratificación. Otra cosa es que el camarero se haya esmerado por ofrecerte un servicio que va más allá de su cometido. Tampoco ha lugar dar propina a un taxista por haberte llevado hasta la dirección indicada. Otra cosa es que, al decirle que tienes prisa, el chófer haya acelerado para llegar lo antes posible. Entonces sí. 

¿No será que con esa medida algunos propietarios pretenden que seamos nosotros quienes paguemos lo que deberían incluir ellos en la nómina del empleado? ¡Al loro!

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