Debate parlamentario

La legalización del cannabis se estrella contra el muro del Congreso

El PSOE se alía con el PP y Vox frente a sus socios para vetar el uso recreativo de la marihuana

El consumo de la droga se dispara mientras su industria crece al calor de la pandemia 

Cannabis

Cannabis / .39361846

Juan Ruiz Sierra

Juan Ruiz Sierra

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Congreso volvió a plasmar este martes que mientras la sociedad española se encamina en una dirección, aunque sea con timidez, los representantes políticos se mantienen inmóviles. Los ciudadanos están divididos sobre la legalización del cannabis para uso recreativo, pero son más los partidarios de dar el paso: el 49,7% frente al 40,9%, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). En la Cámara baja, sin embargo, los defensores del actual enfoque prohibicionista representan el 75% del hemiciclo. Así que la proposición de Más País para despenalizar el consumo de marihuana, tanto con fines medicinales como lúdicos, fue tumbada a última hora de la tarde por 263 votos en contra, 75 a favor y 9 abstenciones, con el PSOE aliándose con el PP y Vox frente a sus socios en la izquierda. Casi todos los apoyos tradicionales de los socialistas, de ERC al PDECat, pasando por Unidas Podemos, Bildu y la CUP, votaron a favor. Incluso Ciudadanos secundó la iniciativa.  

El debate se enmarca dentro de una tendencia despenalizadora que se extiende a uno y otro lado del Atlántico. Uruguay fue el primero en abrir la senda, despenalizando el consumo. Después llegaron Canadá y varios estados de EEUU. En Europa, los tres partidos llamados a gobernar Alemania tras las elecciones del mes pasado (socialdemócratas, verdes y liberales) negocian una amplia legalización de la marihuana. Italia y Portugal permiten su uso terapéutico, al igual que otros 70 países. Pero en España, nada. De momento, lo único que hay es una subcomisión en el Congreso, creada hace una semana a iniciativa del PNV, que estudia autorizar el cannabis para fines medicinales, algo sobre lo que empieza a haber un amplio consenso científico, debido a sus propiedades para combatir inflamaciones, náuseas, vómitos, dolores crónicos y efectos secundarios de la quimioterapia. 

En principio, esta vía terminará saliendo adelante. Los socialistas sí apoyan el enfoque, al igual que la inmensa mayoría de la población española: el 90,1%, según reflejó el CIS en su barómetro de abril. Pero no hay ningún plazo definido. Mientras tanto, se acumulan las pruebas de que el actual enfoque prohibicionista no surte el efecto deseado. 

La última encuesta sobre alcohol y drogas del Ministerio de Sanidad, publicada a finales del año pasado, reflejaba que el cannabis era, con mucho, la droga ilegal más consumida. El 37,5% de los españoles la han probado. En 1995, en cambio, el porcentaje era del 14,5%. Al mismo tiempo, el país, por sus condiciones climáticas, ideales para la planta, se ha convertido en líder de la industria ilegal en Europa. Buena parte de la marihuana que se consume en el continente viene de España, donde en 2019 la policía incautó 1,5 millones de plantas, siete veces más que en los seis años anteriores, con Catalunya a la cabeza de esa clasificación. El actual contexto pandémico también ha provocado un ‘boom’ de la industria asociada al cannabis, que se mueve en el limbo de la alegalidad, con despachos de abogados especializados en la materia explicando que en el último año se han multiplicado los clientes que quieren abrir un club de fumadores o fundar un banco de semillas. 

Las dudas socialistas

Pero el Congreso, de momento, no se mueve. Todo dependía este martes del PSOE. Si el partido de Pedro Sánchez hubiese apoyado la iniciativa de Más País, esta habría salido adelante y tomada en consideración, iniciando entonces, hasta su entrada en vigor, un largo trámite parlamentario en el que el texto original puede ser enmendado por los grupos. Los socialistas reconocen que pisan aquí un terreno delicado, porque su posición en esta materia puede hacerles perder voto joven, un colectivo abrumadoramente a favor de la legalización. 

Hubo un momento, a mediados de la semana pasada, en el que el PSOE se mostraba dispuesto a apoyarla, si bien dejando claro que solo estaba a favor solo del uso medicinal. Pero el partido cambió de posición durante la tarde del lunes. Según miembros de su cúpula, la iniciativa de Más País, que abogaba por legalizar el consumo en la vía pública, adolecía de “graves fallos técnicos”. Pero también, a las puertas de la negociación de los Presupuestos, en la que el partido de Íñigo Errejón tendrá un papel fundamental, hay motivos muchos más prosaicos. “No han querido negociar nada. Ha sido un trágala. Si se hubieran mostrado dispuestos a dar algo cambio, habría sido otra cosa”, señalan las mismas fuentes del PSOE, que no cierran la puerta, llegado el caso, a cambiar su voto en otras iniciativas similares que llegarán al Congreso en los próximos meses, presentadas por ERC y por Unidas Podemos. “Ya veremos”, señalan. 

Un regalo a las mafias

En cualquier caso, el debate tuvo algún momento interesante. “Si no legalizamos el cannabis, estamos regalándoselo a las mafias”, dijo Errejón, citando un estudio de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), que calcula que la medida crearía 100.000 empleos directos y generaría 3.300 millones de euros al año a través de impuestos. “Regular no es incentivar, igual que con el tabaco y el alcohol. El consumo ya es un hecho. La prohibición no está funcionando. Está provocando más consumo, más criminalidad y más daño a la salud”, insistió. 

Sus argumentos no calaron en el PSOE, cuyo diputado, Daniel Viondi, señaló que la marihuana “priva de su libertad” a quienes la consumen. “Nosotros no somos Uruguay ni el estado de Colorado. Somos España y la gobernamos los socialistas”, concluyó, en una posición muy similar a la del PP. “Consumir drogas no es un derecho. Es un problema de salud pública”, dijo la conservadora Elvira Velasco. 

La extrema derecha, como siempre, fue un paso más allá. Juan Luis Steegmann, de Vox, acusó a la izquierda de querer convertir a España en un “narcoestado”, y por el camino “idiotizar” a la “juventud”. Acabó proponiendo que Más País pasara a llamarse “Más Hachís”, algo que sus compañeros de filas celebraron con un aplauso cerrado y gritos de “¡torero, torero!”.