Elecciones en un país clave
Alemania se ve abocada a unas duras negociaciones para formar Gobierno
El socialdemócrata Scholz se ve reforzado para ser futuro canciller mientras el democristiano Laschet se niega a tirar la toalla
Andreu Jerez
Periodista
"Tras la elección, llega la elección" es una expresión comúnmente utilizada en Alemania para indicar que un resultado salido de las urnas deja más preguntas que respuestas. El surgido de los comicios federales del pasado domingo hace honor al dicho.
El día después de la 'era Merkel' deja muchas incógnitas sobre qué colores tendrá el próximo Gobierno alemán y sobre los obstáculos que tendrán que superar las duras negociaciones entre partidos que el país tiene por delante. El ahondamiento de la fragmentación parlamentaria y la incapacidad de los dos grandes partidos históricos (SPD y CDU-CSU) de siquiera acercarse al umbral del 30% de los votos complican el panorama.
El resultado definitivo confirma las primeras proyecciones del domingo: los socialdemócratas del SPD obtienen una victoria por la mínima (25,7%, cinco puntos más que en 2017), la unión conservadora obtiene su peor resultado de la historia (24,1%, con una pérdida de casi nueve puntos), Los Verdes son terceros (14,8% y un aumento de casi seis puntos) y los liberal-conservadores del FDP, cuartos, con un ligero avance (11,5%).
Descartada la participación en una coalición de la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD, 10,3%) y de los poscomunistas de Die Linke (4,9%) -que estarán presentes en el Bundestag sólo gracias a haber conseguido tres mandatos directos-, el país se enfrenta a dos probables coaliciones tripartitas: la llamada Coalición Semáforo (SPD, Verdes y FDP) o la Coalición Jamaica (CDU-CSU, Verdes y FDP).
La Gran Coalición de socialdemócratas y conservadores, también matemáticamente posible, es una fórmula tremendamente desgastada durante los 16 años de Merkel: la cancillera saliente ha gobernado 12 de ellos mediante la Gran Coalición. La formación del futuro Gobierno federal pasa así necesariamente por conseguir el apoyo de Los Verdes y el FDP, que ya han anunciado conversaciones exploratorias a dos bandas. El candidato socialdemócrata, Olaf Scholz, y el democristiano, Armin Laschet, ya han manifestado su voluntad de intentarlo.
"Evidente mandato"
El mensaje lanzado por Scholz este lunes no podría ser más claro: el candidato socialdemócrata considera que el resultado de las urnas supone un "evidente mandato" para su partido, Los Verdes y los liberales del FDP a formar una coalición. "Estos tres partidos deberían liderar el próximo Gobierno", ha dicho Scholz, tras recordar que esas tres formaciones son las únicas que han conseguido mejorar sus resultados de 2017. El líder socialdemócrata pretende convertirse en canciller bajo un gobierno "social-ecologista-liberal".
Laschet, claramente incómodo en la rueda de prensa de este lunes en la Konrad-Adenauer-Haus, ha ofrecido un mensaje menos triunfalista que el de su rival: "Somos segundos y, por tanto, no tenemos derecho a encabezar un Gobierno", ha dicho el candidato democristiano, cuyo liderazgo es puesto ya seriamente en entredicho por algunos sectores del conservadurismo alemán. Algunas voces, como las juventudes del partido en Sajonia -estado en que la ultraderecha de AfD quedó primera fuerza- ya piden abiertamente su dimisión.
Serios obstáculos
Que Los Verdes y los liberales del FDP hayan iniciado ya conversaciones exploratorias demuestra que el tercer y el cuarto partido más votado están dispuestos a gobernar. Los ecoliberales y los liberal-conservadores parecen querer evitar la experiencia de 2017: tras las últimas elecciones federales, la CDU-CSU de Merkel, Los Verdes y el FDP negociaron durante semanas en vano. Los liberales acabaron levantándose de la mesa y la que tenía que ser la primera Coalición Jamaica a nivel federal, saltando por los aires.
El presidente liberal, Christian Lindner, argumentó entonces que los conservadores y los ecologistas ya habían llegado bilateralmente a una serie de acuerdos que su partido no podía aceptar. Con las conversaciones exploratorias a dos bandas entre Los Verdes y el FDP, estos dos partidos, más pequeños pero decisivos, parecen preparar el terreno para poner condiciones comunes a los dos candidatos que pretenden ocupar la cancillería.
Pese a la predisposición, los obstáculos programáticos siguen siendo serios: las propuestas de política fiscal y presupuestaria de socialdemócratas y verdes -progresiva y expansiva- parecen, por ejemplo, difícilmente compatibles con la negativa de subir impuestos y la disciplina fiscal que defienden los liberales. El FDP ya ha dicho, por ello, que su opción preferida es una Coalición Jamaica con conservadores y verdes.
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