Psicología
Emociones: siete pasos clave para calmarlas cuando se desbordan
La regulación de la emoción es síntoma de bienestar

Emoción de calma / 123RF


Ángel Rull
Ángel RullLicenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, con más de 10 años de experiencia en el ámbito de la Psicología Sanitaria, tanto en clínica con población general, como en hospitales, con patologías más severas. Desde 2017, trabajo diariamente con personas de diferentes edades y con una amplio abanico de problemas de manera online, rompiendo las barreras físicas de la terapia convencional.
Las emociones son una parte fundamental de la experiencia humana. Desde la alegría que nos llena de vitalidad hasta la tristeza que nos hace reflexionar, desde la ira que nos impulsa a defender nuestras creencias hasta el miedo que nos alerta ante posibles peligros, nuestras emociones son brújulas internas que nos guían en la travesía de la vida. Si bien son una parte esencial de nuestro ser, a veces pueden sentirse abrumadoras, como una tormenta que nos arrastra sin control. Es importante entender que las emociones pueden calmarse y, de hecho, deben ser gestionadas de manera adecuada.
El problema de las emociones desbordadas
Cuando nuestras emociones se desbordan, pueden generar estrés, ansiedad y conflictos en nuestras vidas. Un ejemplo común es la rabia incontrolable, que puede dañar nuestras relaciones personales y laborales, socavando la base de la comunicación efectiva. Por otro lado, la ansiedad constante, que se manifiesta a través de preocupaciones excesivas e irracionales, puede afectar gravemente nuestra salud mental y física a largo plazo. Ignorar o reprimir las emociones no es la solución, ya que pueden regresar con mayor intensidad en el futuro, manifestándose en formas aún más perjudiciales.
Calmar las emociones implica reconocerlas plenamente, entender su origen y abordarlas de manera saludable y constructiva. Reconocer las emociones no significa necesariamente actuar sobre ellas de inmediato, sino permitirnos sentir lo que estamos sintiendo sin juzgarnos. Por otro lado, reprimir las emociones significa evitar sentir o expresar lo que experimentamos, lo cual puede tener efectos perjudiciales a largo plazo en nuestra salud mental.
Los pasos para calmar nuestras emociones
Nuestras emociones pueden ser una fuente de estrés o frustración si no sabemos cómo manejarlas. Sin embargo, cuando aprendemos a llevarlas a la calma, son una poderosa herramienta. Lo bueno, es que esto es posible. Podemos aprender a calmar nuestras emociones y usarlas a nuestro favor.
Estos son los siente pasos para calmar nuestras emociones:
1. Reconocimiento y aceptación
El primer paso para calmar nuestras emociones es reconocerlas y aceptarlas sin juicio. A menudo, tendemos a negar o minimizar lo que sentimos, tratando de ocultar nuestras emociones incluso a nosotros mismos. Sin embargo, negar lo que sentimos solo prolonga el sufrimiento emocional. Tomémonos un momento para identificar y etiquetar lo que estamos sintiendo en un momento dado. Decir en voz alta o escribir nuestras emociones puede ser una técnica efectiva. La aceptación de nuestras emociones, sean positivas o negativas, es esencial para poder avanzar y gestionarlas de manera adecuada.
2. Comprender el origen
Una vez que hayamos reconocido nuestras emociones, es importante explorar su origen. ¿Qué desencadenó estas emociones? ¿Hay patrones recurrentes en nuestras respuestas emocionales? Reflexionar sobre el por qué detrás de nuestras emociones nos ayuda a comprendernos mejor a nosotros mismos y a nuestras reacciones emocionales. Identificar los desencadenantes nos brinda la oportunidad de abordar los problemas subyacentes que pueden estar contribuyendo a nuestras emociones intensas.
3. Prácticas de mindfulness
La práctica del mindfulness puede ser una herramienta poderosa para calmar las emociones. El mindfulness se trata de estar plenamente presente en el momento actual, observando nuestras emociones sin juzgarlas. A través de la meditación y la respiración consciente, podemos aprender a distanciarnos de nuestras emociones y observarlas con objetividad. Esta observación no solo nos permite entender nuestras reacciones emocionales, sino que también nos ayuda a evitar reacciones impulsivas y desproporcionadas.
4. Expresión saludable
En lugar de reprimir nuestras emociones, debemos buscar formas saludables de expresarlas. La expresión emocional es una parte natural de ser humano. Hablar con un amigo de confianza, escribir en un diario o buscar la ayuda de un profesional de la salud mental son formas efectivas de liberar lo que sentimos de manera constructiva. Compartir nuestras emociones con otros nos brinda apoyo y comprensión, y a menudo, nos hace sentir aliviados y menos solos en nuestras experiencias.
5. Estrategias de regulación emocional
Existen diversas estrategias de regulación emocional que podemos emplear para calmar nuestras emociones. El autocuidado es fundamental en este proceso. Esto incluye el ejercicio regular, una dieta equilibrada y un buen descanso, ya que el cuerpo y la mente están intrínsecamente conectados. Además, aprender a manejar el estrés y la tensión a través de técnicas como la relajación muscular progresiva, la práctica del yoga o la respiración diafragmática puede ser de gran ayuda. Estas técnicas nos permiten reducir la activación emocional y recuperar un estado de calma.
6. Terapia y apoyo profesional
No debemos subestimar el poder de la terapia y el apoyo profesional en el proceso de calmar nuestras emociones. Un psicólogo puede brindarnos herramientas específicas para comprender y manejar nuestras emociones de manera más efectiva. La terapia nos proporciona un espacio seguro para explorar nuestras emociones, identificar patrones de pensamiento y comportamiento poco saludables, y desarrollar estrategias para abordarlos. Buscar ayuda no es señal de debilidad, sino de valentía y autocuidado. Si enfrentamos dificultades emocionales persistentes que afectan nuestra calidad de vida, buscar ayuda profesional es un paso fundamental.
7. Tiempo y paciencia
Calmar nuestras emociones no es un proceso rápido ni lineal. Requiere tiempo y paciencia. A lo largo del camino, es importante recordar que está bien cometer errores y retroceder ocasionalmente. La autocompasión es esencial en este proceso. Todos enfrentamos problemas emocionales en la vida, y aprender a gestionar nuestras emociones es un viaje continuo. Lo esencial es seguir avanzando hacia un mayor autoconocimiento y bienestar emocional. Cada paso que damos en la dirección correcta es un logro importante.
Nuestras emociones son una parte natural e inherente de nuestra existencia humana. Aprender a calmarlas es fundamental para vivir una vida más equilibrada y satisfactoria. Reconocer, comprender y gestionar nuestras emociones de manera saludable nos permite navegar por los obstáculos de la vida con mayor tranquilidad y resiliencia.
* Ángel Rull, psicólogo.
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