Psicología

Síndrome postvacacional: ¿existe realmente?

La vuelta a la rutina impacta en nuestra salud mental y física

Una persona se relaja en la playa

Una persona se relaja en la playa / 123RF

Ángel Rull

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El regreso a la rutina diaria después de unas vacaciones puede ser un momento agridulce. Pasar de días de descanso y relajación a la vuelta al trabajo o a las responsabilidades cotidianas puede generar una sensación de desánimo y melancolía. A menudo, escuchamos hablar del síndrome postvacacional como una explicación para estos sentimientos, pero ¿es realmente un síndrome médico reconocido o simplemente una etiqueta que le damos a una experiencia común?

¿Qué es el síndrome postvacacional?

El síndrome postvacacional es un término que se ha popularizado en los últimos años para describir una serie de síntomas y sentimientos que algunas personas experimentan después de regresar de un período de vacaciones. Estos síntomas suelen incluir fatiga, tristeza, irritabilidad, dificultad para concentrarse y una sensación general de desmotivación. Se cree que este síndrome se debe al estrés y la ansiedad asociados con el retorno a la rutina y las responsabilidades después de un período de descanso.

¿Por qué se da el síndrome postvacacional?

El síndrome postvacacional puede ser resultado de varios factores que interactúan entre sí. Esto se suma a los síntomas, haciendo que, incluso, puedan aumentar. Entender las causas también puede ayudarnos a tener una mejor gestión.

Los motivos pueden ser:

  • Cambio brusco de rutina: durante las vacaciones, nuestras rutinas suelen ser muy diferentes a las que tenemos en nuestro día a día. El retorno a la rutina laboral o escolar puede ser abrupto y desencadenar una sensación de desorientación.
  • Pérdida de libertad: las vacaciones a menudo implican una sensación de libertad y ausencia de responsabilidades. Volver al trabajo o a las obligaciones puede sentirse como una pérdida de esa libertad.
  • Desconexión emocional: las personas pueden sentir que han dejado atrás un mundo feliz y relajante durante sus vacaciones y ahora tienen que enfrentar nuevamente el estrés y las preocupaciones cotidianas.
  • Presión para rendir: la expectativa de ser altamente productivo después de las vacaciones puede aumentar la ansiedad y la sensación de estrés.
  • Miedo al cambio: a veces, el síndrome postvacacional puede ser una manifestación de un miedo subyacente al cambio. Volver a la rutina implica una adaptación a nuevas demandas y responsabilidades.

¿Existe realmente el síndrome postvacacional?

A pesar de su uso común en la sociedad, el síndrome postvacacional no está oficialmente reconocido como una entidad médica en la mayoría de los sistemas de clasificación de enfermedades. Esto significa que no se encuentra en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5) ni en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10). Su falta de reconocimiento como un trastorno específico ha llevado a algunos expertos a cuestionar su existencia como una entidad médica legítima.

En lugar de ser un síndrome médico definido, el síndrome postvacacional puede ser mejor entendido como una respuesta emocional y psicológica normal al cambio de la vida de vacaciones a la vida cotidiana. Es una experiencia común que afecta a muchas personas en mayor o menor grado, pero no necesariamente requiere tratamiento médico.

Síntomas de síndrome postvacacional

A pesar de que el síndrome postvacacional no sea una entidad médica formal, sus síntomas son reconocibles y pueden variar en intensidad de una persona a otra. Ayudar a reconocerlos, sobre todo, puede ayudarnos a normalizar lo que nos está ocurriendo y no sufrir el aumento de la ansiedad por la incertidumbre.

Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Fatiga: una sensación general de cansancio y agotamiento, que puede hacer que sea difícil volver a la rutina de trabajo o estudio.
  • Tristeza o melancolía: sentimientos de nostalgia o tristeza por el final de las vacaciones y la vuelta a la realidad cotidiana.
  • Irritabilidad: una menor tolerancia hacia las demandas y las responsabilidades, lo que puede llevar a la irritabilidad y la impaciencia.
  • Dificultad para concentrarse: la mente puede estar distraída y preocupada, lo que dificulta la concentración en las tareas diarias.
  • Desmotivación: una falta de entusiasmo y motivación para realizar las actividades cotidianas.
  • Cambios en el sueño y el apetito: algunas personas pueden experimentar alteraciones en el patrón de sueño y cambios en el apetito como resultado del síndrome postvacacional.
  • Síntomas físicos leves: dolores de cabeza, malestar estomacal o tensión muscular pueden acompañar a los síntomas emocionales.
una respuesta normal al cambio

Si bien no se requiere tratamiento médico para el síndrome postvacacional en la mayoría de los casos, es importante cuidar de nuestra salud mental y emocional. Tomar medidas para reducir el estrés, como planificar con anticipación la vuelta a la rutina y mantener un equilibrio entre el trabajo y el tiempo libre, puede ayudar a hacer que la transición sea más suave. Además, compartir nuestros sentimientos con amigos, familiares o un profesional de la salud mental puede ser beneficioso si experimentamos síntomas más intensos o persistentes. En última instancia, recordemos que es natural sentir cierta nostalgia después de las vacaciones, pero con el tiempo, podemos adaptarnos nuevamente a la vida cotidiana y encontrar el equilibrio entre el descanso y las responsabilidades.

* Ángel Rull, psicólogo.