Psicología

¿Cuáles son los tipos de estrés? Idéntica si tienes alguno de ellos

Algunos eventos negativos pueden aumentar la motivación

Ser Feliz

Ser Feliz / 123RF

Ángel Rull

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El estrés es una reacción natural del organismo ante situaciones que percibe como desbordantes o amenazantes. En dosis moderadas, el estrés puede ser beneficioso, ya que nos brinda la energía y la concentración necesarias para enfrentar retos y superar obstáculos. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico o abrumador, puede tener efectos negativos en nuestra salud física y mental. Existen varios tipos de estrés, cada uno con sus características particulares y consecuencias. Aunque todos conocemos ya uno, el estrés laboral. Pero existen más.

¿Qué es el estrés?

Para saber qué es el estrés tenemos que entender que es una respuesta adaptativa del cuerpo que se desencadena cuando enfrentamos una situación que percibimos como amenazante. En estas situaciones, el cerebro activa la respuesta de lucha o huida, liberando hormonas como el cortisol y la adrenalina, lo que aumenta el ritmo cardíaco, la presión arterial y la concentración de glucosa en sangre. Esta reacción fisiológica nos ayuda a estar alerta y a tomar acciones rápidas ante situaciones de peligro.

El estrés puede ser desencadenado por diferentes situaciones, como problemas laborales, conflictos personales, preocupaciones financieras o eventos traumáticos. En ocasiones, el estrés puede ser beneficioso, impulsándonos a alcanzar nuestras metas y mejorar nuestro rendimiento. Sin embargo, cuando el estrés se prolonga en el tiempo y no se maneja adecuadamente, puede tener efectos negativos en nuestra salud y bienestar.

¿Puede el estrés ser bueno?

El estrés en dosis moderadas puede ser beneficioso para la persona. Se conoce como "estrés agudo" y puede ayudarnos a enfrentar situaciones de manera más efectiva. Este tipo de estrés nos proporciona la energía y la motivación necesarias para cumplir con nuestras responsabilidades diarias y superar obstáculos.

El estrés agudo también puede mejorar nuestra memoria y enfoque, lo que nos permite estar más alerta y reaccionar rápidamente ante situaciones cambiantes. Además, el estrés puede fomentar el crecimiento personal, ya que nos impulsa a salir de nuestra zona de confort y a enfrentar nuevos desafíos.

Por ejemplo, cuando una persona se encuentra en una situación de competencia deportiva, el estrés agudo puede aumentar su agudeza mental y su capacidad física, permitiéndole rendir mejor en la actividad.

¿Cuándo no es bueno el estrés y qué consecuencias tiene?

Aunque el estrés agudo puede ser beneficioso, el estrés crónico o excesivo puede tener efectos negativos significativos en nuestra salud y bienestar. El estrés crónico se prolonga en el tiempo y puede surgir de diversas fuentes, como una carga excesiva de trabajo, problemas familiares persistentes o una sensación constante de incertidumbre.

Cuando el cuerpo está expuesto a niveles elevados de estrés de forma continua, los efectos negativos comienzan a manifestarse en diferentes áreas de la vida. Algunas de las consecuencias del estrés crónico incluyen:

  • Problemas de salud física: el estrés crónico puede debilitar el sistema inmunológico, aumentar la presión arterial y contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
  • Problemas de salud mental: la ansiedad y la depresión son comunes en personas que experimentan estrés crónico. Además, el estrés prolongado puede afectar la capacidad de concentración y la toma de decisiones.
  • Problemas interpersonales: el estrés crónico puede afectar nuestras relaciones con los demás, causando conflictos y dificultades en la comunicación.
  • Problemas laborales: el rendimiento en el trabajo puede disminuir debido al estrés excesivo, lo que puede llevar a un agotamiento profesional.

¿Qué tipos de estrés hay?

un gran lastre para nuestra salud mental

Los diferentes tipos de estrés son:

1. Estrés agudo

Como mencionamos anteriormente, este tipo de estrés es de corta duración y suele estar asociado con situaciones que son un reto y que requieren una respuesta rápida. Cuando la situación se resuelve, el cuerpo vuelve a un estado de equilibrio.

2. Estrés crónico

Es el tipo de estrés que se prolonga en el tiempo y que puede surgir de diversas fuentes, como problemas laborales, económicos o familiares persistentes. El estrés crónico puede tener efectos negativos en la salud física y mental.

3. Estrés traumático

Se produce como respuesta a un evento traumático o una experiencia extremadamente estresante, como un accidente grave, la pérdida de un ser querido o un desastre natural. El estrés traumático puede tener un impacto duradero en la vida de una persona y puede requerir ayuda profesional para superarlo.

4. Estrés laboral

Este tipo de estrés se origina en el entorno laboral y puede ser causado por una sobrecarga de trabajo, un ambiente laboral tóxico, la falta de autonomía en el trabajo o conflictos con colegas o superiores. Puede conducirnos a una baja por estrés laboral.

5. Estrés financiero

Surge cuando una persona enfrenta dificultades económicas, como deudas, desempleo o problemas para llegar a fin de mes. La incertidumbre financiera puede generar una gran cantidad de estrés y ansiedad.

6. Estrés académico

Los estudiantes pueden experimentar este tipo de estrés debido a las altas expectativas académicas, la presión por obtener buenas notas o el temor al fracaso en los exámenes.

7. Estrés parental

Los padres pueden experimentar estrés debido a las responsabilidades y demandas de cuidar y educar a sus hijos. El equilibrio entre el trabajo y la vida familiar puede ser una fuente adicional de estrés.

Como vemos, el estrés es una respuesta natural del organismo que puede tener tanto efectos beneficiosos como perjudiciales. El estrés agudo puede ser útil para enfrentar determinadas situaciones y mejorar el rendimiento, pero el estrés crónico y otros tipos de estrés pueden tener consecuencias negativas para la salud física y mental.

Es importante reconocer cuándo el estrés está afectando negativamente nuestra calidad de vida y tomar medidas para gestionarlo de manera adecuada. Practicar técnicas de relajación, mantener un estilo de vida saludable, buscar apoyo social y aprender a establecer límites son estrategias útiles para manejar el estrés de manera efectiva.

* Ángel Rull, psicólogo.