Ciencia y sociedad

Madrid es un callejón para tormentas que vienen con granizos enormes

A lo largo de los últimos 200 años ha registrado episodios tan potentes como los de otros puntos del país

Una de las piedras de granizo caída en Girona

Una de las piedras de granizo caída en Girona / Geophysical Research.

Héctor Sacristán

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El granizo ha alcanzado dimensiones enormes, como un huevo de gallina, una bola de billar, incluso más grande que un puño, o como un adoquín de empedrar las calles, y se presentan con mayor frecuencia en el flanco norte del Sistema Ibérico. También hay una tendencia a que se formen fuertes tormentas sobre el suroeste y centro de la comunidad de Madrid.

Llevamos un par de años en los que el granizo gigante está protagonizando noticias y vídeos espectaculares en redes sociales, de diferentes partes del mundo, como Estados Unidos, Italia, China, o Argentina.

Habitualmente lo vemos como algo lejano que sucede en otros países donde el tiempo es más extremo que en España. ¿Pero sabían que la prensa histórica española recoge muchas granizadas acaecidas en nuestro país de dimensiones comparables a las más grandes sucedidas en otros lugares del mundo?

Sí, el granizo ha alcanzado dimensiones enormes, como un huevo de gallina, una bola de billar, incluso más grande que un puño, o como un adoquín de empedrar las calles, estos son términos utilizados para describir el tamaño del granizo aquí en España.

Estas tormentas de granizo gigante ocurren con mayor frecuencia en el flanco norte del Sistema Ibérico, en provincias como La Rioja, Zaragoza, o Teruel, y tienen su menor frecuencia en el suroeste de la península y en Asturias.

De entre las capitales de provincia, Madrid sufrió una de las mayores tormentas de granizo gigante, la de 1899, y sus alrededores también fueron afectados por algunas tormentas importantes ocurridas a lo largo de los últimos dos siglos. Estas son algunas de las mayores tormentas ocurridas en Madrid históricamente.

Tormenta del 10 de agosto de 1847

Esta fue una tormenta que afectó a los pueblos situados al este de Madrid, actualmente barrios de la ciudad. Desde Vallecas en el sur hasta San Sebastián de los Reyes en el norte. A Alcobendas la tormenta llegó sobre las nueve y media de la noche, primero una ráfaga de aire huracanado que volcó carros, arrancó árboles y tumbó muros. Algunos pinares quedaron tronchados y tumbados. Después se desató una cortina de agua y granizo de 20 minutos con piedras de hasta 350 gramos de peso (equivalente a 9 cm) que rompieron gran parte de las tejas de las casas. Días después aún se podían ver montones de piedras como huevos en La Moraleja.

Lugares afectados por la tormenta del 9 de julio de 1864.

Lugares afectados por la tormenta del 9 de julio de 1864. / Héctor Sacristán.

Tormenta del 9 de julio de 1864

Esta fue una tormenta de gran recorrido, afectó fuertemente a las ciudades de Madrid y Guadalajara, junto con muchos otros municipios a lo largo de 80 kilómetros desde Leganés a Humanes.

En el propio Madrid las piedras alcanzaron los 90 gramos de peso (equivalente a 5-6 cm) rompiendo cristales, sorprendiendo a la gente, muchos no habían visto granizo semejante antes.

Donde más impacto tuvo fue en algunos pueblos cercanos al actual aeropuerto de Barajas. En Daganzo, Ajalvir y Paracuellos de Jarama, hubo granizo del tamaño de naranjas que quebró tejas de los tejados, causó fuertes contusiones a labradores y llegó a matar ovejas. Esta tormenta, desplazándose rápidamente, solo descargó durante 10 minutos.

Tormenta de 9 de junio de 1899

A finales del siglo XX, España vivió un periodo muy tormentoso. En 1889, 1892, 1896, 1899 y 1904, hubo tormentas de granizo lo suficientemente grandes como para romper los cristales de las casas en la ciudad de Madrid. Una fuerte acumulación de granizadas, igual a la mitad o más de los eventos de semejante tamaño que Madrid ha visto en los últimos 200 años.

Se produjo también una gran racha de granizadas gigantes en otros puntos de la provincia: por ejemplo, en 1886 una granizada destrozó las tejas de los tejados en Cervera de Buitrago, en 1890 hubo granizo de medio kilo en Villamanrique de Tajo y en 1892 granizo como medio ladrillo de tamaño en Villaviciosa de Odón, en 1893 fueron los tejados de Cenicientos los que sufrieron por una granizada brutal y en 1894 los de Fuente el Saz los que acabaron con destrozos.

Dentro de esta racha de fuertes tormentas Madrid vivió su peor granizada histórica, el 9 de junio de 1899. Una tormenta que barrió lentamente de oeste a este el centro de la ciudad hacia las seis de la tarde. Llegó desde la Casa de Campo y alcanzó su mayor intensidad sobre el barrio de Chamberí y otros circundantes.

Sobre este barrio el granizo cayó ininterrumpidamente durante 36 minutos -según los periódicos del momento- todas las calles quedaron cubiertas bajo medio metro de granizo enorme y compacto que interrumpió completamente la circulación.

Algunas calles se tornaron en ríos de metro y medio de profundidad y el agua penetró a través de los techos inundando muchas habitaciones y espacios en las viviendas. En los paseos madrileños los árboles quedaron deshojados y desgajados, luciendo el mismo aspecto que en invierno. 

En el Congreso de los Diputados las piedras de granizo más pequeñas se describen como huevos de paloma, y las más grandes como bolas de billar (de unos 6 centímetros de diámetro). Se llegan a mencionar piedras de 460 gramos (equivalente a 10 cm) que habrían caído en los puntos de mayor afectación de la tormenta, la zona de Chamberí. Resultaron heridas personas en la cabeza por la piedra, e incluso inconscientes, y muchos cristales rotos por toda la ciudad, así como cables del tendido eléctrico caído. Se trata de la tormenta de mayor impacto en Madrid por abarcar todo el centro, el tamaño de la piedra, y su excepcional duración.

Mapa meteorológico del 5  de septiembre de1949.

Mapa meteorológico 18.00 UTC 5 de septiembre de 1949. / Copernicus.

Tormenta de 5 de septiembre de 1949

Esta fue una tormenta que afectó principalmente a los barrios periféricos de la ciudad, aunque en menor medida también el centro. El día 4 de septiembre se había producido una tormenta con granizos de hasta el tamaño de nueces que hizo destrozos en arbolado y jardines de Madrid. Al día siguiente se desató una tormenta aún mayor.

Después de un día bochornoso y encapotado descargó a las cinco de la tarde en el centro, con granizo descrito como nueces o huevos de gallina que destrozó cristales, durando un cuarto de hora. De la poca información que hay, se sabe que en los algunos de los barrios periféricos la granizada fue mucho mayor. En Puente de Vallecas se recogieron piedras de 700 gramos de peso, lo cual serían 11-12 cm de longitud si tienen forma esférica, y mayor si tienen protuberancias alargadas, como suelen tener piedras de granizo de estas dimensiones. Algunas piedras de granizo llegaron a romper platos dentro del comedor de una casa después de atravesar como una bala el techo de tejas y cielo raso de la misma.

La tormenta continuó 110 kilómetros hasta Sigüenza donde llegó sobre las siete de la tarde, siendo de rápido desplazamiento. En Sigüenza de nuevo hizo grandes destrozos, descargando piedras de medio kilo de peso. Un ruido extraordinario precedía la tormenta, este ruido es el “hair roar” como se llama en inglés: es un sonido continuado que se asemeja al de un tren o al ruido del mar embravecido, se produce al golpear las piedras de granizo la superficie terrestre y puede venir anunciando una tormenta de granizo gigante por hasta un cuarto de hora o más.

El callejón de Madrid

Es posible que se haya percatado de que la mayoría de estas tormentas pasaron por Madrid y después subieron por el corredor del Henares hacia Guadalajara, de hecho, la trayectoria de las tormentas del 1864 y 1949 es prácticamente igual, excepto porque la segunda recorrió más distancia. ¡Parece que hay un Tornado Alley madrileño! Bueno, esto es exagerado.

Sí que ha existido un tornado que recorrió este callejón, el tornado de 1886 que impactó Madrid y donde seguidamente, otro tornado impactó en Guadalajara. No será un Tornado Alley pero sí podríamos considerarlo un Supercélula Alley: parece que hay una tendencia a que se formen fuertes tormentas sobre el suroeste y centro de la comunidad, y empujadas por el viento en altura avancen hacia el noreste pasando junto a la ciudad de Guadalajara y entrando en esta provincia.

No es ni de lejos una zona tan activa como lo pueda ser el Bajo Aragón, o el norte de La Rioja, ni siquiera como Ciudad Real o Jaén, pero bajo raras circunstancias puede dar lugar a tormentas tan poderosas como las de otros puntos del país. Y la ciudad de Madrid parece estar en el centro de este pequeño callejón.

¿Y por qué este callejón?

Pienso que la respuesta es sencilla, el Valle del Tajo actúa como una canalización para los vientos de oeste, que sube entre los Montes de Toledo al sur, y la Sierra de Gredos al norte. Al llegar a la altura de Madrid, el valle se abre y curva hacia el norte y las brisas del oeste pierden velocidad al no haber ya este efecto pasillo para los vientos, aquí se pueden amontonar y dar lugar a tormentas. Además, también puede llegar aire húmedo Mediterráneo desde el sureste, a través de La Mancha que alimente las ya formadas tormentas. Por lo tanto, bajo patrones de viento específicos la topografía favorece el disparo de tormentas intensas en el suroeste y centro de la Comunidad de Madrid.

En los últimos dos años se ha registrado un aumento en la temperatura superficial del mar (una ola de calor marina) de casi todo el planeta, esto está posiblemente detrás de una serie de tormentas de granizo gigante porque el aire húmedo caliente al chocar con masas de aire frío alimenta las tormentas más violentas.  

Una de las preocupaciones que existen entre algunos científicos con estas tormentas de granizo gigante asociado a supercélulas es la influencia que podría tener el cambio climático sobre la frecuencia o la intensidad de estas. Esto habría que investigarlo más, pero sería en todo caso motivo de otro artículo.

Protéjanse de las granizadas por favor.