La salud mental de los menores

Adolescentes y agresiones sexuales: "Muchos de ellos no son conscientes de haber cometido una violación"

El sexo compulsivo como autolesión, última frontera del malestar adolescente: "Follaba con tres en un día"

El porno normaliza prácticas de riesgo entre menores como la violencia o el compartir fotos íntimas

Beatriz Pérez

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"Yo estoy aquí por tráfico y por un robo". Pedro (nombre ficticio, como todos los de los adolescentes entrevistados en este reportaje), de 17 años, es uno de los jóvenes que viven en Can Ros, la escuela terapéutica de la entidad Amalgama7 en Aiguamúrcia (Tarragona) que ofrece atención educativa, clínica y social a niños, adolescentes y adultos jóvenes con problemas de conducta. Es verdad que Pedro, tiempo atrás, traficó con drogas y robó, pero está en Can Ros porque, además, presuntamente participó en una violación en manada. Tiene un juicio pendiente por este motivo. Cuando a Pedro se le pregunta qué piensa de las agresiones sexuales grupales, responde que le parecen mal pero niega tajantamente su participación en ninguna de ellas. "A mí me dijeron que hice 'tal' porque una chica se me sentó encima, pero yo no hice nada", insiste.

El porno por sí solo no explica por qué hay menores que agreden sexualmente: hay que mirar de frente a una sociedad que legitima y blanquea la violencia del hombre a la mujer

"Más allá de este caso particular, es habitual que no reconozcan lo que han hecho", precisará después el psicólogo y director clínico de Amalgama7, Jordi Royo. La hipersexualidad (entendida como la compulsión sexual, el sexo de riesgo, las relaciones tóxicas y las agresiones sexuales) es cada vez más frecuente en niños y adolescentes. Y más precoz. Royo califica este fenómeno de "autolesión psicológica": es una manera más que tienen los adolescentes de expresar un malestar emocional, un modo de evadirse para no pensar ni sentir. Pero en el caso de los menores que además agreden sexualmente, este malestar emocional no lo explica todo, sino que para entenderlo hay que mirar de frente a una sociedad que tradicionalmente ha legitimado y blanqueado la violencia del hombre a la mujer y la cultura de la violación.

Las "culpables" son ellas

A los psicólogos les preocupa especialmente que muchos agresores no tienen la percepción de haber hecho nada malo: no son ni "conscientes de haber cometido una agresión". "Muchos dicen que 'a esta tía le va la marcha' o que 'es una salida'. Que son ellas las que se ponen en esa situación y que ellos no son los culpables", cuenta Royo. Ellos no se sienten culpables pero, sin embargo, ellas sí.

"Muchos [agresores] dicen que 'a esta tía le va la marcha'. Que son ellas las que se ponen en esa situación y que ellos no son los culpables"

Jordi Royo

— Psicólogo y director clínico de Amalgama7

Tres de las cuatro adolescentes entrevistadas para este reportaje habían sido violadas al menos una vez. Marta, Paula e Irene aseguran seguir sintiéndose "culpables" por ello. "Hubo consumo de alcohol de por medio. No lo conté al llegar a casa" (Marta, 17 años, violada en dos ocasiones por jóvenes de su edad; uno de ellos, de su clase y novio de una amiga). "Me sigo culpando por lo ocurrido" (Irene, 15 años, violada por su padrastro). "Me culpo por no haber hecho caso a mi madre ese día" (Paula, 14 años, fue violada a los 13 tras ser pinchada en una discoteca de fuera de Catalunya un día que dijo a su familia que se iba a dormir a casa de una amiga). Ninguna de las tres puso denuncia. Elena, la cuarta joven, asegura no haber sido violada nunca, pero sí coaccionada por su ex para tener sexo. "Si él quería y yo no, se enfadaba, así que lo hacía para que no se enfadara", dirá en algún momento de la conversación.

"Ellos solo son conscientes de lo que han hecho si hay una detención. Ahí pueden empezar a tener una cierta percepción de que eso no era correcto. Pero lo que te explican ellas es más genérico. No ponen denuncias porque sienten esta culpabilidad", cuenta Royo. Por la contra, los adolescentes que han participado en violaciones en manada no se suelen sentir culpables porque muchas veces no hay denuncia. "Y como no hay consecuencia legal, no hay delito. Ellos no se sienten violadores porque no han encerrado a una chica en un portal y la han forzado. Te dicen: 'Vino al parque por su propio pie, ¿qué esperaba?'".

Las últimas cifras de la Fiscalía General del Estado revelan un "alarmante" aumento (de un 116%) de las agresiones sexuales cometidas por menores

Además, cuando en el caso de las adolescentes hay una compulsión sexual (Marta: "El día que no tenía sexo era una puta mierda"), ellos perciben que para ellas "no tiene importancia" y por eso "no se sienten violadores". "Sienten que implícitamente había consentimiento", explica Royo.

Aumento de agresiones

Las últimas cifras de la Fiscalía General del Estado revelan un "alarmante" aumento (de un 116%) de las agresiones sexuales cometidas por menores. En 2017 hubo 451 causas abiertas; en 2021, 688. Y en 2022, 974. El machismo implícito de la sociedad y la falta de educación sexoafectiva tanto en escuelas como en familias son dos factores. Pero Royo cree, además, que el consumo de pornografía está también muy relacionado.

"El 78% de los adolescentes ingresados en nuestros centros [Amalgama7 tiene varios en Madrid y Catalunya] manifiestan haber visto porno sadomasquista, de manadas y con colectivos vulnerables, como bebés, niños o personas con discapacidad. No hay que ir a la red oscura de internet para ver pornografía clasificada en estos tres niveles", advierte este psicólogo. "Creemos que sí afecta que los niños tan pequeños tengan acceso a la pornografía. Save The Children alerta de que el 20% de los que ven porno comparten vídeos íntimos, frente al 11% de los que nunca lo han visto". Más datos: un 22% de los niños que ven porno de manera frecuente dejan de realizar otras actividades para visionar vídeos de contenido sexual.

Save The Children alerta de que el 20% de los que ven porno comparten vídeos íntimos, frente al 11% de los que nunca lo han visto

Los seis adolescentes de Can Ros entrevistados por este diario aseguran que no les gusta el porno. Y además niegan haber visto vídeos de la tipología descrita anteriormente. Lo niegan de entrada porque, a medida que avanza la conversación, uno de ellos reconoce que una vez le llegó al móvil un vídeo sexual de una mujer "sin brazos y sin piernas". A menudo este tipo de vídeos circulan por los whatsapp de niños muy pequeños.

"Ocupas de la escuela"

Amalgama7, entidad privada concertada con la Generalitat de Catalunya, nació en 1997 para dar servicio jóvenes que transitaban por adolescencias difíciles. El perfil ahora es diferente. Han aparecido los TCA (trastornos de la conducta alimentaria), las autolesiones, la compulsión sexual. Son adolescentes, recalcan los trabajadores, que mayoritariamente se sienten solos. "Hacen de ocupas en las escuelas, pese a que algunos están integrados en la familia. Ya no atracan farmacias como los 'yonkis' de los 90, ya no tienen sobredosis, pero sí psicosis", dice Royo.

Los terapeutas también denuncian la carencia de una formación ético-sexual adecuada. Los propios chavales piden más educación sexual

Los terapeutas también denuncian la carencia de una formación ético-sexual adecuada. Los propios chavales piden más educación sexual. "No nos enseñan a conocer nuestros sentimientos ni los de los demás", dice Elena, de 20 años. "Yo, por ejemplo, a veces estaba triste y lo expresaba con enfado. Ahora me permito sentir tristeza y llorar", añade junto a ella Irene, de 15, que empezó a beber a los 11 porque su padre era alcohólico.

Pese a todo, son adolescentes con planes de futuro. Marta quiere estudiar integración social. Irene, recuperar "todo el tiempo perdido" con su hermano y su madre, quien ha estado "en todos los momentos" en que el padre prefirió el alcohol. Pedro quiere pasar más tiempo con su familia y su novia. Y viajar. "Yo antes estaba todo el día en el bar o dando vueltas por ahí. Ahora estoy en 4º de ESO y quiero acabarlo", concluye.

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