Salud y crisis climática

Presión médica para adaptar las ciudades a las olas de calor: menos coches y más árboles

A los sanitarios les preocupa más el agravamiento de los enfermos crónicos que los golpes de calor

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Catalunya vivirá este año un récord de muertes atribuibles al calor

Barcelona 23-07-2022 Barcelona. Ola de calor. Ambiente piscinas olímpicas montjuic. AUTOR: MANU MITRU.

Barcelona 23-07-2022 Barcelona. Ola de calor. Ambiente piscinas olímpicas montjuic. AUTOR: MANU MITRU. / Manu Mitru

Beatriz Pérez

Beatriz Pérez

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Barcelona vivió el año pasado tres olas de calor administrativamente declaradas: una en junio, otra en julio y otra en agosto. Cada año son más y de mayor intensidad. La comunidad médica ve urgente "adaptar" las urbes a la realidad que ya está aquí: las elevadas temperaturas derivadas del cambio climático que tienen un impacto directo en la salud de las personas.

Altas temperaturas y contaminación influyen en enfermedades respiratorias, cardiovasculares, cáncer y en la salud mental

A los médicos no les preocupan solo las muertes por golpes de calor (esta semana fallecieron dos agricultores en Aznalcóllar -Sevilla- y en Ciudad Real a causa de ello), sino el agravamiento de la salud de enfermos crónicos que acaban muriendo por el calor. O personas mayores que se deshidratan. Y, también, las variadas enfermedades (respiratorias, cardiovasculares, cáncer, trastornos de salud mental) inducidas por la contaminación atmosférica y acústica, como señalan numerosos estudios del Instituto de Salud Global Barcelona (ISGlobal).

"Las ciudades deben adaptar su entorno urbano a esta situación, facilitando refugios climáticos, aumentando el arbolado, disminuyendo el asfalto y también la cantidad de coches", señala Manuel Franco, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas). Este epidemiólogo lo dice sin ambages: "[Los coches] Son monstruos climáticos que aumentan la temperatura nocturna, hacen que durmamos mal y generan islas de calor urbanas. Dormimos fatal, no descansamos y nos sube la hipertensión. Y acabamos teniendo problemas de ansiedad o nerviosismo". Los barrios más vulnerables, como el Raval de Barcelona, son los más afectados por el calor.

"[Los coches] Son monstruos climáticos que aumentan la temperatura nocturna, hacen que durmamos mal y generan islas de calor urbanas", dicen los epidemiólogos

Los médicos reclaman ciudades más verdes, donde haya más vegetación y en las que la gente se pueda desplazar andando. "Los árboles son una gran protección. Necesitamos espacios más frescos. Hay que limitar los coches y los vehículos que contaminan por todo lo que suponen para las personas que sufren problemas respiratorios o de corazón", señala la médica Roser Bausà, que forma parte del Servicio de Protección de Riesgos Laborales del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona). Barcelona, opina Bausà, no está aún pensada para toda la gente que hay.

La adaptación de las urbes a las altas temperaturas, las actuales y las que vendrán, pasa pues por reducir los coches. Esto, advierten los médicos, no es una opinión política, sino una evidencia científica. "El coche repercute en el calor y las temperaturas. Cuantos más vehículos, más ciudades incómodas y menos sostenibles. Estamos hablando de soportar temperaturas extremas como las que ya estamos viviendo y de disminuir las enfermedades crónicas, sobre todo las cardiovasculares", insiste Óscar Zurriaga, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).

Zurriaga reitera que lo peor no son los fallecidos por golpes de calor, sino los "agravamientos de patologías" (como insuficiencias cardiacas y respiratorias, pancreatitis, cáncer avanzado o hipertensión) por las temperaturas extremas (ya sean muy altas o muy bajas). Cada año mueren en España unas 5.000 personas en esta situación. "Cuando hay episodios de altas temperaturas sostenidas, hay un incremento de la mortalidad. Hacer las ciudades más amables con las personas nos prolonga la vida", añade.

Más enfermedades

Además de calor, la contaminación atmosférica causa enfermedades. "Hay muchos riesgos a nivel respiratorio, cardiovascular o neurológico. Pero la contaminación también afecta al aparato urinario, al embarazo y al cerebro, causando enfermedades psiquiátricas", advierte el neumólogo Xavier Muñoz, miembro de la comisión de salud y medio ambiente del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.

Muñoz recuerda que cada año mueren en el mundo unos 9 millones de personas por causas atribuibles a la contaminación, cifra que triplica los decesos por enfermedades infecciosas (como sida, tuberculosis o malaria). "La contaminación es, como el tabaco, uno de los factores que más mortalidad causan", insiste.

"La contaminación es, como el tabaco, uno de los factores que más mortalidad causan", insisten los oncólogos

Según Muñoz, aproximadamente el 17% de los casos de cáncer de pulmón están asociados a la contaminación. Y, en Barcelona, la polución es la responsable del asma del 51% de los niños de entre 7 y 9 años. "También vemos pulmonías e infartos. Hay más infartos los días que hay picos de contaminación". Y, aunque limitar el uso del coche es una decisión política controvertida, todos los médicos reconocen que es algo necesario para abordar esta realidad. "Detrás del coche hay una industria enorme y poderosa a la cual le interesa mucho que tengas uno, porque eso implica una financiación, un seguro y un gasto en gasolina. Es una industria que perpetúa otras muchas industrias, aunque se vende como una idea de libertad", critica el epidemiólogo Franco.

"Invertir en el futuro"

El oncólogo del Institut Català d'Oncologia (ICO), experto en cáncer de pulmón, Ernest Nadal, señala que, aunque es difícil de cuantificar, las partículas en el ambiente (ligadas a los combustibles fósiles y al tránsito rodado) se pueden asociar a una "inflamación crónica en el recubrimiento del epitelio respiratorio". Así, la contaminación de los coches causa enfermedad pulmonar obstructiva crónica (epoc). "En el cáncer de pulmón también una asociación entre la contaminación y las partículas en suspensión. En países como China e India, más contaminados que el nuestro, hay más cáncer de pulmón entre los no fumadores", dice Nadal.

Este oncólogo aboga por reducir ya el tráfico y sacar los vehículos del centro de las ciudades. "Estas medidas, que suelen ser polémicas, tienen una doble lectura, que es invertir en el futuro. Mirar las repercusiones económicas es cortoplacista. Debemos mejorar la salud de nuestros hijos e invertir en el beneficio global de todos", remacha.

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