Salud y crisis climática

Los médicos alertan de un récord de muertes por calor este año en Catalunya

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Las altas temperaturas prolongadas pueden ser letales para ancianos que viven solos, no se hidratan bien y tienen dificultades para mantener refrigerada su casa

13 JULIO 2022;TIEMPO;CLIMA;CAMBIO CLIMÁTICO;CALOR;ALTAS TEMPERATURAS;METEOROLOGÍA;TOALLA;SUDOR;BOTELLA DE PLÁSTICO

13 JULIO 2022;TIEMPO;CLIMA;CAMBIO CLIMÁTICO;CALOR;ALTAS TEMPERATURAS;METEOROLOGÍA;TOALLA;SUDOR;BOTELLA DE PLÁSTICO / David Zorrakino / Europa Press

Beatriz Pérez

Beatriz Pérez

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Médicos de hospitales y de la atención primaria alertan de que muy posiblemente este verano habrá más muertes que nunca atribuibles al calor. El del año pasado ya fue duro y esperan que este sea peor. De hecho, los epidemiólogos temen que este aumento de la mortalidad se produzca ya esta semana con la entrada de masa de aire caliente procedente de África. Las personas mayores y, sobre todo, aquellas que viven solas y padecen dificultades para afrontar los recibos de la luz (no tienen aire acondicionado o no pueden pagar ni la conexión de un ventilador) son las más expuestas.

"El típico golpe de calor es el del operario que trabaja baja el sol a mediodía y tiene una pérdida de conocimiento. Con los avances de la normativa laboral, la prevención ha ido mejorando. Hoy día, los golpes de calor suelen ser, por ejemplo, accidentes de gente que hace deporte y no se protege. Estas cifras ni suben ni bajan, sino que están estabilizadas. Lo que nos preocupa es otra circunstancia", señala Mireia Puig, directora del Servicio de Urgencias del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona).

Gente mayor polimedicada

Y esa otra circunstancia es la gente mayor, "polimedicada", con muchos problemas de salud, a quienes el calor prolongado perjudica mucho. "Son personas mayores que permanecen, durante muchos días, a una temperatura alta. No hablamos necesariamente de temperaturas de 50ºC, sino de 30ºC o de 32ºC. Los ancianos polimedicados, estando muchos días así, pierden mucho líquido y sufren deshidratación", explica esta urgencióloga. "Técnicamente no estaríamos hablando de golpes de calor, sino de pacientes que sufren la repercusión de estar sometidos a temperaturas altas de manera persistente", precisa.

Cada verano los médicos ven casos de este último perfil en las urgencias de los hospitales. En los últimos años, han ido aumentando. "El cambio climático se está notando mucho más en la salud. Y en ello no ayuda la factura de la luz. Muchos de los que vienen no usan ventilador. Nos preocupa no solo el calor que vendrá, sino que alguna gente no se puede pagar la refrigeración", lamenta Puig.

El papel de los CAP

Se trata de pacientes crónicos, complejos, que ya de por sí tienen un "equilibrio delicado" y a quienes el calor los perjudica. Algunos manifiestan al médico que no pueden conectar ni el ventilador. "La crisis económica hace que no se puedan pagar las facturas", dice esta urgencióloga de Sant Pau. Además, otros muchos de estos mayores están "muy solos", por los que nadie vigila su hidratación.

Los mayores con patologías crónicas, que viven solos y con escasos recursos son los más vulnerables

En este sentido, la atención primaria puede jugar un papel clave a la hora de identificar qué pacientes viven solos y pueden sufrir descompensaciones debido al calor, afirma el médico de familia Jordi Mestres Lucero, vocal de comunicación de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària (Camfic). Mestres Lucero explica que desde los CAP ya se hace seguimiento, vía telefónica, de los pacientes más vulnerables, que son los mayores que viven solos.

El geriatra del Hospital de Sant Pau Jordi Mascaró alerta de que la gente mayor "no suda", por lo que muchas veces no es consciente de que tiene calor. "Y, a menudo, cuando tienen sed ya es tarde", señala. Este geriatra recuerda, en épocas de calor, aumentar la hidratación y limitar la exposición al sol. "Cada verano vemos un aumento de ingresos y de mortalidad en gente descompensada", advierte.

Refugios climáticos

El presidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Óscar Zurriaga, recuerda que en julio del año pasado hubo "miles de fallecimientos agravados por el calor". "Estas personas con patologías como la diabetes son las que nos deben preocupar", dice Zurriaga, quien matiza que no hace falta pensar en el verano, sino que estas muertes se pueden producir ya en un episodio de calor como el que España vivirá esta semana. "El calor está matando más, pero no lo hace de forma muy directa, sino a través de la enfermedad", señala este epidemiólogo.

Por eso es tan importante, recuerda, la prevención de todas las personas con patologías de base, para que "no se expongan más de lo necesario y tengan en sus domicilios las condiciones adecuadas". Por eso defiende que las administraciones públicas habiliten más "refugios climáticos" a los que esta gente pueda acudir, como bibliotecas públicas, polideportivos o piscinas. Zurriaga también defiende que a las personas más vulnerables, que no pueden pagar la luz, se las provea de "bonos energéticos".

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