Personas en situación de vulnerabilidad

Una madre soltera con pobreza energética: "Le restringí la tele a mi hija porque no podía pagar la luz"

Más de 240.000 niños de Catalunya sufren pobreza energética, según Save the Children

Maricela Muñoz, con una niña de ocho años, está pluriempleada y paga 720 euros al mes por un bajo viejo y húmedo en Nou Barris

Barcelona 1/2/2023 Maricela madre de una niña de 9 años que sufre pobreza energética. Reportaje sobre un informe de Save the Children sobre pobreza energética. Foto de Ferran Nadeu

Barcelona 1/2/2023 Maricela madre de una niña de 9 años que sufre pobreza energética. Reportaje sobre un informe de Save the Children sobre pobreza energética. Foto de Ferran Nadeu / Ferran Nadeu

Beatriz Pérez

Beatriz Pérez

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Maricela Muñoz es una madre soltera de 41 años. Pluriempleada (trabaja por las mañanas de camarera en un hotel y, por las tardes, cubriendo una suplencia en un colegio), paga 720 euros de alquiler al mes por un bajo viejo, húmedo, mal aislado y sin calefacción en Roquetas, Nou Barris. Ella y su hija Daneiry, de ocho años, sufren pobreza energética, que es esa situación en la que los hogares no pueden permitirse un uso normal de la energía o bien el gasto que realizan con un uso cotidiano es muy superior a sus ingresos.

"Ha subido muchísimo la luz. En agosto y septiembre, sobre todo, y tuve que restringirle mucho la televisión a la niña, igual que el móvil, porque no podía pagar la electricidad", relata Maricela. Gracias a la intervención de los servicios sociales, ha conseguido el bono social y, si antes pagaba hasta 200 euros de electricidad cada mes, ahora son "20 o 25". Save the Children denuncia que en Catalunya más de 240.000 niños sufren pobreza energética y que, en toda España, solo el 16% de las familias afectadas con niños a cargo tienen acceso al bono social.

"Lo que más me perjudica es que tengo todo eléctrico: horno, calentador... No hay nada a gas. Y el tendedero también es eléctrico porque si no en invierno no me seca la ropa", cuenta sentada en la mesa del comedor de su casa. Para que la niña no pase frío, ha colgado toallas de la ventana de su habitación.

Sin tele en agosto

Mientras la niña está en el colegio, Maricela explica a los periodistas su historia. Daneiry, dice, se da cuenta de lo que ocurre, es "muy madura". "Sabe que no puedo pagar la luz. Al principio se enfadaba mucho conmigo, pensaba que la castigaba. Luego lo entendió", dice Maricela.

La niña se quedó sin televisión en plenas vacaciones de verano (en agosto, cuando subió tanto la factura), justo cuando más tiempo pasaba en casa. "En el cole le decían que no podía ver la tele porque no tengo dinero. Al final, se entretenía jugando con sus cosas", añade la madre.

En casa, Daneiry ya no pasa frío como sí pasaba hace dos años, nada más llegar a este piso de Nou Barris. Ahora, gracias al bono social, la madre puede encender la estufa. En solo dos años, el alquiler pasó de costarle 660 euros a 720. "No hay pisos más baratos ahora mismo y la niña no se acostumbra a vivir en habitaciones. Ya estuvimos en una dos meses y me bajó las notas y se retrasó muchísimo", lamenta Maricela.

Gran parte de las horas del día las pasa Daneiry realizando actividades extraescolares: inglés, 'casal', catequesis. Excepto la catequesis, el resto de actividades están subvencionadas por la oenegé Save the Children.

22 años en Barcelona

Maricela llegó a Barcelona hace 22 años. Antes, estuvo unos años en Madrid. Nació en Ecuador. "Llegué indocumentada, trabajé en servicios de limpieza, en casas... En el 2006, conseguí los papeles", cuenta.

Aunque relata una vida dura (tiene otro hijo de 23 años que vive en Madrid), Maricela se queja poco. O más bien nada. "En la pandemia lo pasé muy mal porque cerraron los hoteles, donde trabajo. Me busco la vida como puedo", concluye.