En pleno invierno

Save the Children calcula que más de 240.000 niños de Catalunya sufren pobreza energética

"Le restringí la tele a mi hija porque no podía pagar la luz"

La oenegé alerta de que solo el 16% de los hogares en esta situación reciben el bono social

Barcelona 1/2/2023 Maricela madre de una niña de 9 años que sufre pobreza energética. Reportaje sobre un informe de Save the Children sobre pobreza energética. Foto de Ferran Nadeu

Barcelona 1/2/2023 Maricela madre de una niña de 9 años que sufre pobreza energética. Reportaje sobre un informe de Save the Children sobre pobreza energética. Foto de Ferran Nadeu / Ferran Nadeu

Beatriz Pérez

Beatriz Pérez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Unos 241.088 niños de Catalunya están pasando frío en casa, en plena ola invernal, porque sus familias no disponen de calefacción o no pueden hacer frente a los gastos de electricidad y gas. La oenegé Save the Children alerta de que un 17,2% de los menores catalanes de 18 años (un 13% en España) viven en hogares que no pueden mantener una temperatura adecuada en invierno, según los últimos datos de la Encuesta de Condiciones de Vida.

La oenegé acaba de publicar el informe 'Pobreza energética en familias con hijos e hijas a cargo en España', en el que además denuncia que el bono social no está llegando a todas las familias que lo necesitan. Según estima la entidad, solo el 16% de los hogares que no pueden calentar su casa tienen acceso a esta ayuda que consiste en un descuento en la electricidad. Además, casi un 17% de familias españolas tienen un gasto desproporcionado en energía y más de un 10% consumen menos energía de la que deberían por miedo a no poder pagarla.

"A diferencia de los hogares constituidos solo por adultos, las familias con hijos o hijas a cargo afrontan más situaciones de endeudamiento, ya que priorizan su bienestar. Mientras que en el gasto desproporcionado destacan los hogares monoparentales, las familias numerosas tienen un riesgo mayor de verse en una situación de pobreza energética escondida, es decir, infrautilizan la energía", recoge el informe de Save the Children.

Esta problemática repercute en el rendimiento escolar, la salud física y mental de los menores y la seguridad en el hogar

La oenegé también advierte de que el impacto que la pobreza energética tiene en la infancia y adolescencia es "desproporcionado", especialmente durante los primeros años de vida, ya que los menores pasan más tiempo en casa que los adultos. Y afecta especialmente a tres ámbitos: la educación, la seguridad y la salud.

Triple impacto

Varias investigaciones apuntan a que la pobreza energética puede estar asociada al absentismo escolar y a un peor rendimiento en la escuela, junto a situaciones de estigma y aislamiento. Así, un niño que no tiene cubiertas sus necesidades básicas, que tiene frío o calor, está más nervioso, más inquieto, y esto afecta a su concentración. En consecuencia, ello puede impactar en su rendimiento escolar.

Además, advierte el informe de Save the Children, hay otros efectos de la precariedad energética, como la falta de seguridad en algunas viviendas para intentar mantener la casa caliente. Incendios y otros accidentes pueden poner en riesgo la vida de toda la familia a causa de conexiones irregulares en la red de suministro o bien por el uso de métodos alternativos para calentarse o iluminar la casa, como las velas o braseros.

Y, por último, la pobreza energética también causa mella en la salud física (provoca problemas respiratorios y aumenta las visitas al hospital) y mental de los menores. "Vivir en casa el estrés financiero y el endeudamiento pueden provocar o agravar problemas de estrés y salud mental entre los miembros de la familia, incluidos los niños, niñas y adolescentes", asegura Carmela del Moral, responsable de Políticas de Infancia de Save the Children.

Medidas efectivas

En su análisis, Save the Children menciona algunas medidas clave para paliar este mal, como, por ejemplo, convertir en permanentes las ayudas temporales de emergencia, reformar el bono social para que este se otorgue automáticamente a las familias que se encuentran bajo el umbral de la pobreza (independientemente del tipo de compañía con la que hayan contratado el bono social) y que en el umbral de acceso para las familias con hijos a cargo se tenga en cuenta el coste de vida en cada territorio.

La oenegé también pide crear espacios en los que se tramiten todas las cuestiones informativas y de prestación relacionadas con la provisión de energía. También, con una visión más a medio y largo plazo, apostar por la rehabilitación de edificios con un criterio de equidad y accesibilidad y una perspectiva de infancia (mejorando la eficiencia energética de las casas).

La organización valora muy positivamente el escudo social energético puesto en marcha por el Gobierno, aunque considera que se puede hacer más para conseguir que las familias puedan hacer frente a las olas de frío que estamos viviendo estos días. "Lo hemos visto en el 2021, con la aprobación de una partida excepcional en los Presupuestos Generales del Estado de 202,5 millones de euros destinada a la financiación del bono social térmico, lo que representa un incremento de 100 millones respecto al ejercicio anterior. Es cuestión de voluntad política", asegura del Moral.

Por último, la oenegé destaca como caso positivo para hacer frente a la pobreza energética la ley 24/2015 en Catalunya, pionera en Europa, por la cual se prohíben los cortes de suministro (luz y gas) en las familias en situación de vulnerabilidad basándose en unos criterios de renta concordes a los gastos de una familia y a los gastos que supone garantizar el bienestar de los niños. Esta ley evitó un mínimo de 200.000 cortes de luz, agua y gas entre el 2015 y el 2020 en Catalunya.