Asignatura pendiente

Catalunya trabaja en un nuevo plan para reducir la contaminación de las playas por aguas fecales

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Aguas residuales

Aguas residuales / AGencias

Guillem Costa

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Cada vez que las lluvias torrenciales acechan la costa catalana, es habitual que el agua de las playas se vea afectada por la entrada de aguas fecales, cosa que obliga a impedir el baño. Este fenómeno se repite desde hace muchos años, pero sigue siendo una asignatura pendiente de los ayuntamientos y la Generalitat. Según ha podido saber EL PERIÓDICO, la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) ya trabaja para adaptarse al nuevo reglamento de dominio público hidráulico que entró en vigor en septiembre, más exigente con este tipo de episodios.

El pasado verano, estos episodios obligaron a prohibir el baño en las costas catalanas una media de ocho días

La idea es ir reduciendo el número de aliviadores existentes en la red de saneamiento y así conseguir que estos efectos negativos ocurran con menos frecuencia. Si no hay tantas estaciones de vertido ni tantos aliviadores que desemboquen al mar, con más control y vigilancia, se podrá empezar a poner coto a este fenómeno desagradable.

¿Pero por qué llegan aguas residuales al mar, cuando llueve con intensidad? ¿Qué función tienen estos llamados aliviadores? Cuando llueve con intensidad o de forma moderada pero continuada, el sistema de saneamiento colapsa, y para evitar destrozos en la red o que las alcantarillas sufran desperfectos en la vía pública, los aliviadores descargan agua al exterior para rebejar la presión del caudal en la red de aguas residuales. Es entonces cuando esta agua de lluvia mezclada con aguas residuales llega al mar.

8 días negros

"Cuando esto ocurre, el baño no es recomendable porque no se pueden garantizar las condiciones sanitarias adecuadas, ya que puede haber contaminación fecal en el agua” admite Mariona de Torres, jefa de la unidad de aguas costeras de la ACA, en declaraciones a este diario. Torres destaca la buena coordinación que existe con los ayuntamientos para que enseguida se advierta a los vecinos y se ponga la bandera roja si es necesario.

A lo largo de este verano, de media, en todas las playas catalanas, el baño ha estado prohibido por este motivo durante un total de ocho días. ¿Dónde es más habitual que suceda? "Los lugares más afectados son los municipios con gran densidad de población, porque parte de la lluvia va a la red de saneamiento, y también las playas cercanas a desembocaduras de ríos o las que tienen rieras, torrentes o salidas de aguas pluviales", afirma Torres.

Estos cauces de ríos y rieras facilitan la llegada al mar de residuos sólidos. "Aparecen cañas, restos vegetales, trozos de madera y el agua se vuelve turbia", expone Torres. Todo esto se suma a la porción de aguas fecales que aparece en el agua. Las aguas fecales, de forma natural, al cabo de unas 48 horas, quedan diluidas con el agua del mar y dejan de ser un problema.

En cambio, los sólidos que ya se han vertido al mar, se quedan ahí. Para remediarlo, un equipo de barcos de limpieza trabaja para retirarlos. Sin embargo, lo esencial sería evitar que toallitas y otro tipo de sólidos acaben en la cloaca. Elisa Berdalet, investigadora espacializada en biología marina del Institut de les Ciències del Mar (ICM), pone sobre la mesa otros elementos perjudiciales que acaban en el mar: "Cuando las aguas fecales llegan a la playa, restos de antibióticos, drogas y otros medicamentes también se mezclan con el agua del mar, ya que estos químicos están presentes en la orina de las personas. Además, los plásticos son un problema para muchas de las especies marinas".

Más depuración

Berdalet exige más inversiones: "Cada vez somos más gente. Por lo tanto, se debe revisar el sistema de alcantarillado de forma continua. No se puede arreglar un día y después dejarlo abandonado". Además, propone impedir que se siga construyendo en la costa: "Es insostenible añadir más edificios en la línea costera. Cuantos más seamos, más a menudo se repetirán estos episodios".

Torres puntualiza que, en ausencia de lluvias, la calidad del agua de las playas catalanas es óptima y cumple con los requisitos exigidos por la Unión Europea: "La calidad de las playas es notable y muy buena para el baño. Todo el litoral de Catalunya dispone de sistemes de saneamiento y todas las aguas que se vierten al mar se han depurado previamente". A día de hoy, ya se está estudiando cómo ampliar y aumentar el número de tratamientos a los que se someten las aguas residuales para que no supongan un problema, ni para los bañistas ni para el medio ambiente. Sin embargo, están por resolver estos vertidos que se repiten en todo el litoral cuando aparecen las lluvias torrenciales. Para hacerlo, la ACA se está coordinando con los ayuntamientos.

Si no se consigue evitar la presencia de aguas fecales, al menos se debería disminuir la presencia de sólidos en las aguas marinas, aseguran fuentes de la ACA. Por esto algunos ayuntamientos, como el de Badalona, ya trabajan en ello. Otro reto es tener en cuenta estos episodios no solo en verano, cuando la gente acude a las playas, sino todo el año.

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