Constitución de los ayuntamientos

El PSC se afianza como principal fuerza en Catalunya al capitalizar los pactos municipales

Jaume Collboni logra la alcaldía de Barcelona en una investidura de infarto

Perfil: el otro 'hijo del Guinardó' que le arrebata la vara a Xavier Trias

Collboni con la vara de alcalde, con Trias al lado, cruza la plaza Sant Jaume tras la investidura

Collboni con la vara de alcalde, con Trias al lado, cruza la plaza Sant Jaume tras la investidura / Manu Mitru

Sara González
Júlia Regué
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Tarragona, Lleida e, 'in extremis', Barcelona. El PSC ha cumplido con su objetivo este sábado de afianzarse como principal fuerza en Catalunya, tras salir de las urnas por segunda vez como partido más votado, apostando por una variedad de pactos locales, en buena parte a cuenta de la disputa entre ERC y Junts. La imposibilidad de gobernar en Girona ciudad pese haber ganado por una alianza independentista fue compensada por la cesión de los Comuns y el PP en la capital catalana, con un gobierno en minoría de Jaume Collboni pendiente de recabar apoyos tras ser investido. Más allá de ese hándicap no menor, la gran asignatura pendiente de Salvador Illa sigue siendo la Generalitat, un camino que sigue desbrozando pactando a izquierda y derecha.

Porque atadas con los socialistas, aunque bajo presidencia republicana, están las diputaciones de Tarragona y Lleida -la de Girona fue pactada entre ERC y Junts-, pero queda la Diputació de Barcelona. Los socialistas mantienen conversaciones abiertas a dos bandas tanto con republicanos como con posconvergentes, aunque no han escondido que no les importaría reeditar de nuevo la alianza con Junts. Pero, a tenor de la reacción de los dos partidos independentistas tras la operación que apartó a Xavier Trias, tampoco es descartable poder reeditar la misma aritmética que se ha ejecutado en el consistorio.

En los cuarteles de los tres partidos se estudian todas las opciones, ahora influidas también por el intercambio de reproches, pero hay tiempo para negociar durante la semana próxima. Y nadie descarta en este momento que la operación con la que ha logrado Collboni ser alcalde tenga como 'efecto bumerang' una compleja alianza independentista que saldría adelante si el PP no da sus votos al PSC para impedirlo.

Sea cual sea el desenlace, todas las capitales de provincia lucen ya una apariencia renovada. En Girona, la que fue el feudo de Carles Puigdemont, se ha convertido en el ejemplo de la unidad independentista pregonada pero no lograda a nivel global gracias al pacto entre Guanyem, Junts y ERC que ha frenado el paso al PSC; aunque ahora el alcalde es el anticapitalista Lluc Salellas.

Los socialistas recuperan, tras un paréntesis de cuatro años en manos de ERC, Tarragona y Lleida. Illa quiso presenciar en persona como Rubén Viñuales, el fichaje que hizo hace poco más de dos años de las filas de Cs, alzaba la vara tarraconense, mientras que Félix Larrosa devuelve al partido una plaza que hasta 2019 solo había conocido 40 años de gobierno socialista.

Para el PSC, más allá de sus grandes mayorías metropolitanas y del cinturón rojo, su principal vivero de votos, estas dos alcaldías, así como otras como Reus, Vilafranca del Penedès o Balague, simbolizan la recuperación del poder territorial con el que estrenan mandato. Pero también el PP recupera terreno metropolitano. 'Resurge' Xavier García Albiol, fortalecido tras una moción de censura que le apartó del cargo en una plaza que los socialistas no han logrado mantener, y Manu Reyes, que logra la vara de Castelldefels con el apoyo de una escisión del PSC.

La extrema derecha gobernará Ripoll

El foco de la jornada, más allá de Barcelona, se situó en Ripoll, donde los concejales de Junts rechazaron unirse a ERC, PSC y CUP para tejer un cordón sanitario a la extrema derecha y no impidieron que Sílvia Orriols, ganadora en votos y líder de Aliança Catalana, se haya alzado con la vara de mando. La dirección posconvergente desautorizó vía comunicado la maniobra de sus ediles, que no acataron la orden de la cúpula, al tiempo que criticaron que el partidismo "se impusiera por encima de la necesaria unidad contra el fascismo". En tiempo de descuento, ofrecieron liderar el pacto y hacerse con la alcaldía, pese al veto cruzado con la CUP. Orriols anunció que su primera decisión será clausurar la mezquita del pueblo, en la línea de su discurso racista e islamófobo.

A la semilla plantada por la extrema derecha independentista en Ripoll se suman los 124 concejales de Vox que han tomado posesión por toda Catalunya. Fueron varias las protestas antifascitas que se convocaron ante los ayuntamientos, entre ellos Barcelona. En Santa Coloma se produjo la anécdota del impacto de una piedra en una ventana. En Girona, Vox reclamó la foto del Rey y Salellas tomó él mismo la vara para impedir que se la entregara el representante de ultraderecha. La radiografía del mandato arranca muy distinta a la de cuatro años atrás.