Junts desautoriza a sus concejales en Ripoll por permitir que gobierne la extrema derecha

La dirección de Junts per Catalunya ha lanzado este sábado un comunicado en el que desautoriza la maniobra de sus concejales en Ripoll, que han declinado sumarse al cordón sanitario contra la extrema derecha facilitando así que Sílvia Orriols luzca ya la vara de mando. "La ejecutiva no comparte la decisión de los ediles de no impedir el acceso a la alcaldía de la candidata de Aliança Catalana y el sectarismo de aquellos que han impedido un pacto por un gobierno central, especialemente los que han ejercido vetos para sacar provecho partidista", remachan en lo que es todo un dardo a la CUP.

En el texto, la cúpula argumenta que hizo una propuesta para liderar el gobierno municipal al ser la segunda fuerza política del consistorio, junto con ERC y el PSC, que se rompió el viernes por razones que aseguran desconocer y que han llevado a la situación de esta mañana. "En Ripoll, el partidismo se ha impuesto por encima de la necesaria unidad contra el fascismo. Los intereses de partido, el sectarismo y la miopía política han impedido un gobierno central, estable y fuerte", apuntan.

Así pues, la misiva de Junta va en una doble dirección: por un lado, dejar claro que el partido no comparte la acción final de sus ediles en Ripoll y, por el otro, señalar también a la CUP, ERC y el PSC. Las tres formaciones de izquierdas sí que han mantenido su compromiso de votar a la aspirante republicana para intentar impedir que Orriols fuera alcaldesa, pero los tres representantes de Junts, clave para que prosperara ese dique de contención, han acabado votando a su propia alcaldable, Manoli Vega. Los representantes de Junts en Ripoll sí que se han ofrecido a explorar una moción de censura a partir del lunes.

La desautorización de la cúpula de Junts llega después de que el pasado lunes se pronunciara a favor del pacto impulsado por ERC, el PSC y la CUP para evitar que en Ripoll gobierne el partido de extrema derecha independentista. El correctivo era también para la propia presidenta de Junts, Laura Borràs, que llegó a cuestionar públicamente que se tuviera que participar del cordón sanitario que planteaban los partidos de izquierdas.