El PSC promete 250 millones más en los barrios y pide el voto de los "decepcionados" con Colau

El PSC juega a la pesca del voto a dos bandas. Si este jueves apostó por el tándem Jaume Collboni - Maria Eugència Gay en Sarrià para pedir el apoyo de los moderados que no se acaban de fiar de Xavier Trias, este viernes quien ha subido al escenario en Sant Andreu ha sido Lluís Rabell, exlíder de Catalunya Sí que es Pot, con el objetivo de tender la red de arrastre en el río revuelto que detecta entre los vecinos de izquierdas "decepcionados" con Ada Colau. Los socialistas se han reivindicado aquí como el partido "de los barrios humildes, populares, obreros" y han prometido 250 millones de euros más de inversión para "dignificarlos".

Por un lado, ya anunciaron justo antes de la campaña que duplicaría el presupuesto del plan de barrios para que pasara de los 150 a los 300 millones, una carpeta que asumirá el mismo Rabell si Collboni logra ser alcalde. El número siete de la candidatura se dedica precisamente a recorrer los distritos recogiendo en libretas las reclamaciones vecinales. Y el programa socialista recoge, además, triplicar la partida -de 50 millones a 150- para el mantenimiento de plazas, calles, escaleras, alcorques y otros elementos del espacio público.

"Me dirijo a los progresistas de izquierdas que quieren ver su ciudad digna, limpia y segura", ha asegurado Collboni, que ha defendido que los barrios populares deben tener los mismos equipamientos y prestaciones que los barrios acomodados de la zona alta. La invitada especial en esta ocasión, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha sentenciado que los últimos 8 años han sido "decepcionantes" para la ciudad -obviando que el PSC ha gobernado todo el mandato con los Comuns y durante año y medio al anterior- y que la ciudad ha perdido demasiadas "oportunidades". Es hora, ha dicho de pasar página a la "resignación" y la "frustración".

Otra de las propuestas que ha planteado el alcaldable socialista es una "descentralización" de las competencias hacia los distritos, aunque no ha entrado en detalles de cuáles y de cómo. El concepto que ha puesto en circulación es que los concejales de distrito se conviertan en "alcaldes de distrito" y que estén "empoderados" para ejercer de referentes de proximidad de los vecinos. Una de las promesas más aplaudidas por el auditorio que ha asistido al mitin ha sido la de cambiar la recogida de basura puerta a puerta, que considera que, por muy "benintencionado" que haya sido, "no ha funcionado".

Barcelona, "capital del chip"

Si por la tarde se ha quitado la corbata y ha sacado a relucir el discurso obrero, por la mañana se ha rodeado de empresarios y profesionales para explicar que su apuesta pasa también por convertir la ciudad en la "capital del chip" del sur de Europa. "El Mobile World Congress seguirá en Barcelona hasta 2030 porque el Gobierno de España y el teniente de alcalde de economía han apostado por él. Si no, dudo de que hubiera continuado. Estamos en campaña y tenemos que decir las cosas claras". Todo un torpedo a la línea de flotación de la alcaldesa Colau, de la que ha dicho que ha "agotado la paciencia" de la mayoría de barceloneses por su "dogmatismo" y su apuesta por el "decrecimiento económico".

Apadrinado por la vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, que ha reivindicado que es hora de que la capital catalana "recupere la sensatez", el aspirante socialista ha convertido su conferencia en el Nueva Economía Fórum en una plataforma para explicar que su apuesta de crecimiento de la ciudad no es ni la de los Comuns ni la de Junts. Ha defendido que, mientras el PSC apuesta por un "crecimiento sostenible e inclusivo" y por ser la "Barcelona del sí", Colau ha "negado posibilidades a la ciudad" y ha "generado desconfianza" en el tejido económico. Es, ha resumido, la "candidata del decrecimiento".

Y respecto a Trias, ha reivindicado que son los socialistas los que en estos momentos generan "confianza y estabilidad" actuando con "sentido común", mientras que el candidato de Junts es sinónimo de "inseguridad jurídica y política" porque depende de "las instrucciones" de Carles Puigdemont desde Waterloo. "Hay un modelo de protección y de progreso y otro de precariedad y recortes", ha asegurado Calviño.

Collboni presume de que el Mobile se ha quedado en Barcelona gracias a él

El 'Barcelona Chip Coast'

Para Collboni, en el Ayuntamiento de Barcelona tiene que llevar la batuta quien apuesta por un progreso de la mano de la "paz social", sin necesidad de "confrontar, dividir o crispar". Y ese alguien, ha advertido, será él. "Dejémonos de romances y apostemos por dar oportunidades a la ciudad", ha subrayado. Con ese objetivo, ha planteado convertir la ciudad en una capital de la industria del chip con la celebración del 'Barcelona Chip Coast' para, a partir del ecosistema ya preexistente, convertirla en un punto de referencia e innovación. Una apuesta que supondría la creación de 15.000 nuevos empleos "en los próximos años". No ha concretado más el calendario, aunque sí una cifra de inversión de 12.000 millones de euros.

"El chip es el punto de encuentro, el eje sobre el que pivota la innovación y la economía del futuro", ha lanzado ante un auditorio con representantes del ámbito económico y sindical, pero también de la plana mayor socialista, con Salvador Illa, los exalcaldes Jordi Hereu y Joan Clos y el delegado del Consorci de la Zona Franca, Pere Navarro. Convertir Barcelona en una capital del chip pasa, ha dicho, por proyectos como ampliar en 70.000 metros cuadrados la Zona Franca para que acoja la sede de las empresas de innovación al entorno del microchip, por crear un fondo de inversión de capital de riesgo en microelectrónica dotado en 100 millones de euros, activar bonificaciones fiscales para empresas que instalen microelectrónica -el 95% del Impuesto sobre Actividades Económicas durante cinco años- y celebrar la cumbre mundial del microchip.

El "modelo Boston" para el aeropuerto

Collboni ha dicho sin ambages que él es partidario de acoger grandes acontecimientos como este, que estaría estrechamente vinculado al Mobile, así como la Copa del América de Vela. Por ese motivo, ha vuelto a defender también que es partidario de la ampliación del aeropuerto del Prat, una de las condiciones que pondrá encima de la mesa en los pactos postelectorales. "Nuestro modelo es Boston", ha insistido a sabiendas que se trata de una carpeta que no podrá acordar con Colau.