Collboni trata de disuadir el voto a Trias en Sarrià: "Es el candidato de la inseguridad"

Si una cosa temía Xavier Trias antes de saltar de nuevo a la arena política para intentar recuperar la vara de alcalde era tener un contrincante que pugnara por el mismo votante que él, por el barcelonés catalanista moderado amante del orden, la seguridad y el crecimiento económico. Se reunió con el expresidente del Barça Sandro Rosell para asegurarse que no daría el paso. Pero también hubo un contacto con Santi Vila, nombre codiciado por el equipo de fichajes socialistas tras desmarcarse del independentismo unilateralista. Este jueves, el 'exconseller' ocupaba una de las tapizadas butacas rojas del teatro de Sarrià con el candidato del PSC, Jaume Collboni, en el escenario. Lo que no calculó Trias es que, a juzgar por las encuestas, sería el alcaldable socialista quien acabaría siendo su principal rival.

Es la primera vez en esta campaña que ha salido de las bambalinas la número dos, la exdelegada del Gobierno Maria Eugènia Gay, para participar en un mitin frente a las cámaras con un auditorio que esta vez no estaba lleno de militantes, sino de representantes de distintos sectores profesionales. Se trata de un tándem, el de Collboni y Gay, con el que consideran desde el PSC que pueden hacer mella en un barrio que, pese a que en 2019 se impuso Ciutadans, en las dos elecciones anteriores se rindió a los pies de Convergència primero y del PDECat después.

"El candidato Trias es el de la inseguridad", ha espetado tratando de disuadir que este enclave apueste ahora por Trias. En su sala de máquinas tienen señalado en rojo cómo el líder del partido, Salvador Illa, obtuvo un buen resultado en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi en las elecciones catalanas. En Sarrià se quedó a 700 votos de Junts, en Sant Gervasi-la Bonanova a unos 200, en Pedralbes a tan solo 10 y se impuso en Les Tres Torres por los pelos con 12 votos. "Tenemos filón aquí", aseguran. No en vano resumen la clave del éxito en estas elecciones en lograr ganar tanto en Nou Barris como en la conocida como 'zona alta' de la ciudad.

Por eso Collboni ha dedicado aquí los principales dardos a Trias. "Es inseguridad económica cuando propone pagar los impuestos a la agencia tributaria catalana, es inseguridad política cuando dice que hará cumplir el mandato del 1-O y es inseguridad en las calles por los cortes en la Meridiana", ha continuado. No se trata de propuestas que hayan salido de la boca de Trias -de hecho, se manifestó en contra de la primera y en su discurso no aparecen las otras dos-, pero sí de otros dirigentes de Junts. Collboni pretende transmitir que aunque Junts se vista de seda, Junts se queda.

Para la ocasión, el candidato del PSC ha desplegado el repertorio de medidas de su programa que cree que pueden interesar más al 'target' objetivo. Desde sus iniciativas para castigar más la multireincidencia a su propuesta para combatir las ocupaciones aplicando la ley que permite a los ayuntamientos activar el procedimiento pasados los 30 primeros días. De contar más con los colegios profesionales -ha dicho que Ada Colau los ignora- a presumir de haber logrado que La Copa del América se celebre en Barcelona el año que viene. Aquí Gay se ha salido del guion para dejar caer que esto último lo hizo de "extranjis" de la alcaldesa.

Sin Waterloo y con Calviño

También ha presumido Collboni de tener teloneros en la campaña como la ministra de Economía, Nadia Calviño, que este viernes estará en Barcelona, y de ser un dirigente que viaja a Bélgica "no para ir a Waterloo", sino para conseguir recursos para la ciudad en Bruselas. "Mi gobierno será ordenado, hará cumplir las normas, recuperará la tranquilidad que necesita la actividad económica profesional", ha proclamado tratando de seducir el voto del auditorio.

Gay, que ha ungido Collboni como el candidato que "da confianza" para desarrollar una carrera y un proyecto vital en la ciudad frente al "dogmatismo" de sus rivales, le ha pedido un minuto de oro al alcaldable. Y él le ha respondido loando que ella, su número dos, sea una "mujer trabajadora" capaz de combinar la crianza de cuatro hijos con tener un despacho, estar dos mandatos al frente del Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB), ejercer después durante un año como delegada del Gobierno y, finalmente, enrolarse en su candidatura. Pero ha habido coletilla a tenor de la petición del minuto de oro: "Piensen solo un minuto en las consecuencias para su actividad, sus familias y para el barrio si soy yo el alcalde o si lo son Colau o Trias". Después se ha bajado el telón y ha compartido copas de cava con Vila, entre otros.