Collboni asegura que no se irá del ayuntamiento si pierde y que Maragall hará "lo que le diga Aragonès"

A medida que avanza la campaña electoral, los candidatos van desbrozando qué caminos explorarán cuando tengan los resultados encima de la mesa. Y en Barcelona puede ir de tan poco y las diferencias entre el primero, el segundo y el tercero pueden ser tan estrechas, que ganar tampoco será sinónimo de ser alcalde. Mandarán los pactos. El alcaldable del PSC, Jaume Collboni, no deja de insistir en que es él quien se va a imponer, que así lo pronostica la mayoría de encuestas, pero en una rueda de prensa en la agencia de noticias ACN ha dejado claro que, si no lo logra, no se irá. Y no solo se quedará en el ayuntamiento -ha dicho que no hará "turismo de campaña" como Trias- sino que su lugar, ha precisado, será la oposición.

Descarta, por lo tanto, entrar a formar parte de un gobierno municipal como socio menor, es decir, repetir el rol que ha jugado hasta ahora en coalición con los Comuns. Dicho en plata: o es alcalde o estará en la oposición. Sin embargo, lo que se cuida mucho de no hacer el PSC es de cerrarse cualquier vía de pacto. Los tiene abiertos a derecha e izquierda, con formaciones independentistas y no independentistas, una aritmética de la que no disponía hace cuatro años.

Pero tras un arranque de campaña en que había vetos que no habían aparecido hasta ahora, el candidato de ERC, Ernest Maragall, sí que ha acabado levantando la voz para decir que no piensa pactar con los socialistas. Una manera de intentar poner entre la espada y la pared a su rival de Junts, Xavier Trias, que coquetea con la posibilidad de entenderse con el PSC para formar gobierno. Collboni ha aprovechado la ocasión para replicar al republicano y restar credibilidad a su afirmación. "Maragall hará lo que le diga el señor Aragonès. Ya sabemos con quién tendremos que hablar para tomar decisiones", ha espetado con el propósito de hacer cuajar que será con el 'president' de la Generalitat con quien deba interlocutar para llegar a acuerdos.

El aspirante del PSC ha tirado de hemeroteca para reforzar su crítica a Maragall. Ha recordado como en 2021, tras asegurar que no apoyaría los presupuestos del gobierno municipal, acabó cambiando de voto en tan solo 72 horas porque este fue el requisito que pusieron los Comuns para avalar las cuentas de la Generalitat. También ha recordado cómo los republicanos, por boca especialmente de Oriol Junqueras, aseguraron que no pactarían las cuentas de 2023 con el PSC de Salvador Illa y el pasado 1 de febrero se rubricó una alianza que previamente habían negado. "Yo sería un poco más contenido a la hora de poner líneas verdes, amarillas y rojas", ha advertido el exprimer teniente de alcaldía.

Las tres condiciones para pactar

Collboni ha vuelto a insistir que en todos los sondeos aparece en primera o en segunda posición, motivo por en el que en estos últimos días está reclamando "más apoyo" para poderse imponer de forma clara y no tener ataduras para llevar a cabo su proyecto. "Somo la alternativa progresista real a Ada Colau", ha presumido. De partida, no se niega a hablar con ninguna formación, pero sí que pone tres condiciones que marcarán su política de pactos: lealtad al Estado -una manera de dejar claro que sus socios deberán rechazar cualquier vía unilateral-, políticas sociales sin recortes ni privatizaciones y apuesta por el crecimiento económico, con el apoyo a la ampliación del aeropuerto incluida, propuesta que es un anatema para los Comuns de Ada Colau.