Los 4 retos de Ciutadans en las elecciones municipales de Catalunya

El próximo 28 de mayo solo habrá papeletas de Ciutadans en 93 municipios catalanes. Es menos de la mitad de las que había en 2019, cuando consiguieron articular listas en más de 200 ciudades. Y no se trata de poblaciones menores. Entre las que se han quedado por el camino hay 12 capitales de comarca -entre ellas Igualada, Vic, Mollerussa o Amposta- y ciudades con cifras importantes de población como Sant Feliu de Llobregat, Ripollet o Molins de Rei, donde el que fuera candidato naranja es ahora el 'número dos' del PP.

Una situación que se da también -en estos casos encabezando las listas populares- en Pallejà, la Llagosta, Viladecavalls, Caldes de Malavella, Canet de Mar, El Catllar o Tossa de Mar. Estas cifras, de entrada, ya no auguran unos buenos resultados para el partido, como tampoco lo hacen las encuestas, que les dejan sin representación en Barcelona y otras ciudades importantes. Estos son los retos a los que se enfrentan las siglas en las urnas:

Aguantar en Barcelona

La obcecación de los naranjas es evitar que el partido desaparezca o quede en una situación residual, especialmente en la capital catalana. Para revertir la tendencia que apunta la demoscopia, Cs ha elegido una candidata que no pasa desapercibida, Anna Grau, y ha apostado por una campaña agresiva y de lucimiento de su carácter, como muestra el propio cartel electoral en el que aparece semi desnuda emulando el póster de Albert Rivera en 2006. Fuentes del partido aseguran estar mejor que hace unos meses y que notan un cierto "efecto Grau" en los estudios demoscópicos que han llevado a cabo. En el resto de Catalunya, la situación depende de cada municipio, pero la estrategia es parecida: que sus candidatos entren en las polémicas de campaña y se hable de ellos.

Luchar contra el fantasma del voto útil

La pretensión es evitar que la formación quede engullida por el voto útil a otros partidos. Las últimas debacles electorales -especialmente cuando pasaron de 36 diputados a 6 en el Parlament- sumadas a las malas encuestas que acarrean los naranjas en todo el Estado, puede provocar un cierto desanimo al votante de Cs que le lleve a apostar por otros partidos o a quedarse en casa. Tanto el PP como el PSC pueden sacar tajada de esta situación, de ahí las llamadas del candidato popular en Barcelona, Daniel Sirera, a unir el voto de derecha y centroderecha 'constitucionalista' bajo sus siglas. Desde Ciutadans, niegan que el PP sea el único con posibilidades de este bloque, pero en cualquier caso, aseguran que no les da "miedo". "La fragmentación se combate siendo la mejor opción y es lo que vamos a demostrar durante la campaña", señalan.

Condicionar algún gobierno

Más allá de la capital, para Cs también son importantes varios municipios del área metropolitana, donde sacaron buenos resultados en 2019. Son ejemplos de ello Santa Coloma de Gramenet, donde son segunda fuerza con cuatro concejales, y L'Hospitalet de Llobregat, donde quedaron terceros con cuatro representantes. También tienen en el punto de mira Terrassa y Sabadell, donde tienen tres ediles en cada municipio, además de la ciudad de Tarragona, donde llegaron a sacar casi un 15% de los votos y entraron los primeros cuatro nombres de la lista. Es previsible que retrocedan en todas estas localidades, pero fuentes de la formación aseguran que la aspiración es poder mantenerse dentro de alguno de estos ayuntamientos y hasta condicionar la formación de gobiernos. "Quizá podemos sacar un único concejal, pero que sea decisivo", apuntan.

Recuperar la marca antes de las generales

En 2017, Cs estaba en la cúspide. Con solo diez años de vida, llegó a ganar las elecciones en el Parlament con 36 diputados. Seis años después, la situación es claramente distinta. La caída a nivel estatal cuando se tuvieron que repetir las elecciones de 2019 y las múltiples crisis internas que se han sucedido desde entonces, han lastrado el valor de la marca. Algo que la dirección del partido quiere mirar de revertir en estas municipales para llegar a las generales -previstas entre noviembre y diciembre- con unas perspectivas menos catastróficas. "Queremos volver al quilómetro cero de Ciutadans y renovar nuestros votos con la sociedad catalana", defendía Anna Grau en la presentación del cartel de campaña de Barcelona, con el guiño al desnudo de Albert Rivera de 2006 y con el fin de intentar volver a conectar con los orígenes de la formación.

Suscríbete para seguir leyendo