ELABORACIÓN DE UNA NORMA PENDIENTE

Máxima presión sobre el PSC para desencallar la ley electoral

Los diputados del Parlament votan una moción de Ciutadans sobre la ley electoral, ayer.

Los diputados del Parlament votan una moción de Ciutadans sobre la ley electoral, ayer.

JOSE RICO / BARCELONA

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El Parlament votará antes de cerrar por elecciones una propuesta de ley electoral catalana. Este hecho por sí solo tendrá la categoría de histórico, ya que jamás en 35 años se ha llegado tan lejos en la tramitación de esta norma pendiente. Cosa diferente será que el texto se acabe aprobando. A cinco meses vista, la ley sigue sin tener los 90 votos (dos tercios de la Cámara) que necesita. Sin embargo, los intereses coincidentes de varios partidos para salvar lo que el Govern ha definido como «la principal estructura de Estado» están acelerando renuncias que allanan el camino del consenso. Tanto es así que CiU, ERC e ICV-EUiA han forjado un principio de acuerdo para renunciar a sus propuestas propias y limitar la reforma del sistema electoral a la implementación de las listas desbloqueadas. Con este pacto, las tres fuerzas políticas redoblan la presión sobre el PSC, cuyo apoyo es clave para desencallar la ley y que por ahora se niega a aceptar unos retoques que considera meramente cosméticos.

Los ponentes de la norma prevén confrontar este viernes por enésima vez sus propuestas de modelo electoral, pero la admisión a trámite este jueves de la iniciativa legislativa popular impulsada por la extinta plataforma Ciutadans pel Canvi, y que permanecía congelada desde el 2010, fue un más que oportuno termómetro para medir las posibilidades reales de acuerdo. Y ese fue el foro que aprovechó el diputado de CiU Lluís Corominas para avisar en público al PSC de lo que ya le había advertido a puerta cerrada en la ponencia: CiU, ERC e Iniciativa están decididos a llevar al pleno un texto aunque no cuente con suficientes apoyos.

La estrategia de este 'tripartito' persigue poner contra las cuerdas a los socialistas, que se arriesgarían a ser señalados como bloqueadores de la norma si no flexibilizan su posición. Hasta hace poco, el PSC se situaba en el mismo frente que ICV-EUiA en defensa de un sistema electoral basado en un recuento único de los votos en toda Catalunya, dejando atrás así el actual escrutinio por circunscripciones. Esta fórmula haría más proporcional el modelo, pero CiU y ERC siempre la han considerado inaceptable al entender que perjudicaría la representatividad parlamentaria de Tarragona, Girona y Lleida en beneficio de Barcelona. Es obvio que en la posición de cada grupo influye principalmente en qué comarcas ha contado históricamente con una mayor pujanza electoral.

Pero este equilibrio de fuerzas se ha alterado en las últimas semanas. Ahora ICV-EUiA se aviene, en pos del consenso, a renunciar al escrutinio único y consagrar el sistema vigente -la Ley d'Hondt-, derivado de la ley electoral estatal. A cambio, CiU y Esquerra han aceptado una condición sine qua non para Iniciativa: desbloquear las listas. Los ecosocialistas reclamaban que si no había más remedio que blindar el sistema actual ante el fracaso de las negociaciones, al menos se debía dar a los ciudadanos la opción de marcar candidatos preferentes en la papeleta de voto como gesto de regeneración. Tras muchas reticencias, CiU ha cedido.

NO A UN 'LIFTING'

Estos movimientos han dejado la pelota en el tejado del PSC. La dirección de Miquel Iceta tilda de «'lifting'» la reforma que proponen CiU, ERC e ICV-EUiA y, haciendo valer su posición determinante para llegar a los 90 diputados, se aferra al recuento único como condición. No obstante, fuentes socialistas reconocen que podrían ceder en este aspecto si se halla otra fórmula que mejore la proporcionalidad. Y es que desbloquear las listas y que los votantes puedan apoyar más a unos candidatos que a otros tampoco convence en un partido sometido periódicamente a convulsiones internas.

Así las cosas, la ley electoral cuenta ahora mismo con los 84 votos que suman CiU, ERC e ICV-EUiA. Es decir, le faltan seis apoyos, y estos tres partidos no descartan, en caso de que el PSC no transija, buscarlos diputado a diputado para intentar que alguno rompa la disciplina de su grupo, en especial en las filas socialistas. La posición de la CUP sigue siendo una incógnita, aunque este jueves su diputado Quim Arrufat no parecía demasiado entusiasmado y negó que la ley electoral sea una prioridad. Si al final se sumasen sus tres diputados, solo faltarían tres para la mayoría requerida. Y dos si se da por seguro el apoyo de la no adscrita Marina Geli. Porque al PPC y Ciutadans se les da (casi) por imposibles.