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La inspiradora historia de las futbolistas de la selección femenina de Arabia Saudí

Arabia Saudí lanza su primera liga de fútbol femenino a puerta cerrada

Arabia Saudí: de su historial de abusos al plan de Estado para dominar el fútbol

Las futbolistas de la selección femenina de Arabia Saudí

Las futbolistas de la selección femenina de Arabia Saudí

Andrea López-Tomàs

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Si hay un país que hace temblar a la industria del fútbol, ese es Arabia Saudí. La megapotencia, situada en la península arábiga, está construyéndose su propio nombre en el mundo del deporte a golpe de talonario. Aún así, el Estado cuenta con una población históricamente obsesionada con el balompié. Niños y niñas, hombres y mujeres, se entregan con pasión a cada partido. Unos llevan años pudiendo disfrutar de los aplausos del público tras una buena jugada. Ellas, en cambio, han empezado a conocer estos placeres en el último lustro. Durante este tiempo, el príncipe heredero Mohammed bin Salmán, conocido por sus siglas MBS, ha combinado su agresiva campaña de abusos contra los derechos humanos con su estrategia de sportswashing y desarrollo del panorama deportivo en su país. 

Ahora, un nuevo documental de FIFA+ se centra en el ascenso de un grupo de jóvenes futbolistas que hicieron historia al integrar el primer equipo femenino de la selección saudí de fútbol. “Por cada niña que soñó con jugar para su nación, esta es su historia”, proclaman los primeros fotogramas de ‘Destinadas a jugar: la historia no contada del fútbol femenino saudí’. No fue hasta el 2018 cuando las mujeres en Arabia Saudí pudieron ingresar por primera vez a los estadios como espectadoras. Desde entonces, el ascenso ha sido meteórico. Un año después, en septiembre del 2019, se creó el departamento de Fútbol Femenino de la Federación de Fútbol de Arabia Saudí (SAFF, por sus siglas en inglés). La culminación de estos avances fue el lanzamiento del primer equipo nacional de fútbol femenino saudí en el 2021.

‘Destinadas a jugar’ sigue el viaje vital de sus jugadoras. La mediocampista Layan Jouhari cumplió el sueño de toda su familia con apenas 22 años. “Es algo muy grande, te trasciende por completo”, confiesa, al borde de las lágrimas. Para la capitana Bayan Sadagah, de 28 años, el fútbol le ha permitido superar las dolorosas experiencias a las que le enfrenta su trabajo de enfermera. Todas estas jóvenes se convirtieron en el reflejo anhelado de miles de niñas en Arabia Saudí. Una marea verde de niñas pegadas a un balón, vestidas con la camiseta de la selección saudí, se deslizan por el campo de entrenamiento, con sus padres animándoles desde las gradas, en una imagen que sería impensable hace menos de un lustro. 

Esfuerzo gubernamental

El enorme esfuerzo de las ricas autoridades para hacer del fútbol femenino una realidad se traduce en resultados muy elevados. En el 2021, había 374 jugadoras registradas en la SAFF. Sólo un año después, ya eran 694 en todo el país, aumentando un 86%. Durante el mismo período, el número de clubes femeninos creció un 56%, de 16 a 25, al igual que el número de cursos de entrenamiento, que experimentó un impresionante crecimiento del 557% pasando de sólo 7 a 46. Esta temporada 2022-23 más de 48.000 jugadoras han competido en los 3.660 equipos de la Liga Escolar

Todo este progreso no habría sido posible sin el apoyo de su gobierno que ha puesto todos los recursos disponibles para impulsar el fútbol femenino. Esta estrategia de Estado también alcanza al fútbol profesional, con el fichaje de grandes estrellas para la competición masculina. Es parte de la gran maniobra de sportswashing de MBS. El gobernante de facto saudí usa el deporte (y el entretenimiento, y el cine, y el mundo gamer, y el arte, y un abundante etcétera) para que el planeta le celebre por estos avances históricos, ignorando, de esta forma, su pobre historial de abusos humanos. Durante este 2022, las autoridades saudís han roto su propio récord de ejecuciones, según Amnistía Internacional. La libertad de expresión y el activismo siguen ampliamente perseguidos. Y las mujeres, aunque ahora ya pueden jugar a fútbol, siguen siendo ciudadanas de segunda

Deterioro de los derechos humanos

“Algunas mujeres que obtienen el apoyo de sus familias tal vez puedan jugar al fútbol, pero las autoridades deberían trabajar para abordar la discriminación en la ley y en la práctica, de modo que todas las mujeres puedan elegir vivir sus vidas como quieran, incluso si quieren jugar al fútbol", denuncia Rothna Begum, investigadora principal sobre derechos de las mujeres de Human Rights Watch, a este diario.

En su intento de lavar su imagen por estos abusos ampliamente conocidos, el régimen saudí ha abierto nuevos espacios a la mujer, más allá del fútbol. Aunque están cada vez más presentes en el espacio público, como Layan o Bayan, eso no se ha traducido en una mejora de su situación política y civil. "Continúan deteniendo a mujeres en los llamados refugios cuando las familias las denuncian por desobediencia u otra conducta que no aprueban, y han silenciado a las mujeres para que no hablen sobre sus derechos mediante prohibiciones de viajar, sentencias suspendidas y sentencias de prisión draconianas de décadas de duración”, concluye Begum.

Las autoridades buscan dar esta imagen de modernidad del autocrático país, pero la mitad de su población sigue sin gozar de todos los derechos políticos y civiles. Aunque ha habido ciertas mejoras, las mujeres saudís siguen bajo el sistema de tutela masculina, por el que necesitan la aprobación de un varón en gran parte de las decisiones de su vida. "En definitiva, pone en práctica la discriminación existente", señala Begum a EL PERIÓDICO. La mitad de la población ya puede conducir, pero algunas de las activistas que lucharon con su propio cuerpo para conseguirles este derecho siguen entre rejas o bajo la prohibición de viajar. En Arabia Saudí, conviven varias realidades. La excitación por poder chutar un balón en público se desdibuja al comprobar que, por ser mujeres, siguen estando en segundo, y último, lugar. 

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