Derechos humanos

Mujeres y saudís, deportistas y ciudadanas de segunda en la explosión del fútbol: "Nada ha cambiado"

Pese a que las autoridades del régimen impulsan iniciativas deportivas para ellas, estas no coinciden con una mejora de sus derechos sociales y cívicos

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Arabia Saudí lanza su primera liga de fútbol femenino a puerta cerrada

Dos mujeres saudís asisten en Yeda al duelo de Supercopa jugado entre el Valencia y el Atlético en la Supercopa de España de 2020.

Dos mujeres saudís asisten en Yeda al duelo de Supercopa jugado entre el Valencia y el Atlético en la Supercopa de España de 2020. / Reuters

Andrea López-Tomàs

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Más allá del modernizado mercado futbolístico, hay una Arabia Saudí que permanece anquilosada. No se mueve. La Arabia Saudí que aumenta las ejecuciones de muerte. La que ha bombardeado durante años a población civil en Yemen. La que castiga con latigazos a su ciudadanía LGTBIQ+. La que encarcela por opinar o tuitear diferente. La que sigue abusando y torturando a sus trabajadores migrantes. La que mantiene entre rejas a periodistas, activistas feministas y por los derechos humanos. La que continúa impune por crímenes como el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Esa Arabia Saudí sigue existiendo. Quienes más lo sufren siguen siendo sus mujeres, aún subyugadas al sistema de tutela masculina, por el que un varón, sea su padre, hermano o marido, decide casi todo por ella. 

“Al mismo tiempo que Arabia Saudí se muestra al exterior como un país abierto, moderno y reformista, tiene un historial respecto a los derechos humanos muy preocupante”, explica Carlos de las Heras, responsable de derechos humanos y deportes en Amnistía Internacional. “Desafortunadamente nada ha cambiado en la situación de las mujeres: siguen siendo consideradas tanto en la ley como en la práctica como ciudadanas de segunda”, constata a este diario. Aunque la realidad social no es tan distinta como la de hace unos años, sí que es verdad que, en el ámbito deportivo, las mujeres saudís no han sido olvidadas. La iniciativa Visión 2030, lanzada por el príncipe heredero Mohammed Bin Salmán para huir de la dependencia económica de los hidrocarburos, también las incluye.

Encuentro entre el Al-Ahli y el Al-Ittihad en Riad en enero de 2018, cuando se permitió a las mujeres asistir como público.

Encuentro entre el Al-Ahli y el Al-Ittihad en Riad en enero de 2018, cuando se permitió a las mujeres asistir como público. / Reuters

Bajo el objetivo de explotar la parte del entretenimiento de la economía saudí con tal de diversificarla, las autoridades han puesto el foco en el deporte, deteniéndose, a su paso, en el femenino. Según una investigación del Ministerio de Deportes, la participación femenina ha aumentado en un 150% desde 2015. En el mismo período, el número de equipos nacionales femeninos oficiales que representan al reino saudí han pasado de ser cero a 23. A su vez, las deportistas saudís han obtenido alrededor de 100 medallas en eventos regionales e internacionales, dominando la esgrima con 29 condecoraciones. En lo que respecta al fútbol, apenas hace seis años que se les ha permitido disfrutar de este deporte en los estadios

Lastradas por la tradición

El progreso es innegable, con el impulso de la liga de fútbol femenina o los esfuerzos de la federación saudí para fortalecer la selección femenina. “Pero si todo esto lo trasladamos al día a día, tiene muy poquito impacto en las posibilidades reales de las mujeres saudís para practicar deporte”, subraya de las Heras. Los motivos son varios, según explica el también encargado de Oriente Medio y Europa en Amnistía. “La tradición y las dificultades culturales que tienen determinadas tradiciones hace que saltarse esos códigos tan estrictos sea complicado para las jóvenes saudís”, señala. “Y en parte por una autocensura, ya que todavía no se atreven a practicar determinados deportes”. Por ello, en muchos deportes, las autoridades saudís ponen el foco en las bases, aunque aún les queda un largo camino por recorrer.

Además, en la mayoría de las ocasiones, el principal problema es la falta de infraestructura para que estas mujeres se atrevan a empezar a sudar. “Para que se deje de acusar a Arabia Saudí de 'sportswashing', debe permitir el acceso real de las mujeres a su participación en la vida social, entre muchas otras mejoras en materia de derechos humanos”, reivindica de las Heras. Las miradas están puestas sobre el régimen saudí. “Pero no todo vale”, constata. Ante el intento de patrocinar el Mundial de fútbol femenino que está teniendo lugar, las jugadoras de otros países presionaron a la FIFA para que se echara atrás. “Es de locos que un país que no respeta los derechos de las mujeres promocione una de sus mayores competiciones deportivas”, critica el representante de Amnistía. El cambio pasa por que la Arabia Saudí que proyectan en sus deportistas se traslade a las calles, los hogares y las vidas de las demás mujeres.