Entrevista televisada

Bin Salmán asegura que ve "cada vez más cerca" la normalización de relaciones de Arabia Saudí e Israel

Irán, Arabia Saudí y la democracia en Israel centran la primera reunión entre Biden y Netanyahu

Petróleo e influencia económica: las claves de la entrada de países de Oriente Próximo en los BRICS

El heredero saudí, Mohamed bin Salmán, en una imagen de archivo.

El heredero saudí, Mohamed bin Salmán, en una imagen de archivo. / HASAN BRATIC / DPA

Andrea López-Tomàs

Andrea López-Tomàs

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"Cada vez más cerca". Así ha descrito el príncipe heredero saudí, Mohammed Bin Salmán, el estado actual de una posible normalización con Israel. En la primera entrevista con la televisión estadounidense desde 2019, el gobernante de facto del reino ha hablado sobre las condiciones para que eso ocurra, poniendo encima de la mesa la cuestión palestina. Además, también ha mencionado su intención de obtener un arma nuclear en caso de que Irán también la tuviera. Unas horas después de la primera reunión entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, desde que este llegó al poder, las palabras de Bin Salmán en Fox News han coincidido con el discurso de sus futuros aliados.

La entrevista del comúnmente conocido como MBS tiene lugar a la vez que la Administración Biden sigue adelante con sus esfuerzos para mediar entre las dos potencias regionales y sus dos principales socios en la región hasta conseguir un acuerdo histórico. Durante estas complicadas negociaciones, se espera que los israelís hagan algunas concesiones a los palestinos y, a cambio, Riad consiga garantías de seguridad de Estados Unidos y cierta ayuda nuclear civil que el reino ha buscado. "Para nosotros, la cuestión palestina es muy importante", ha declarado MBS cuando se le ha preguntado qué haría falta para conseguir un acuerdo de normalización. 

"Tenemos que resolver esa parte [...] y esperamos que las negociaciones lleguen a algún lugar que facilite la vida de los palestinos y que Israel se convierta en un actor en Oriente Próximo", ha añadido. También ha hablado sobre sus nuevas relaciones con Irán. Hace unos meses, las dos grandes potencias regionales pusieron fin a siete años de disputas y retomaron sus vínculos abriendo sus misiones diplomáticas. Aún así, MBS ha expresado su preocupación por si su viejo amigo consigue un arma nuclear. "Esa es una mala jugada; si lo usas, tendrás que tener una gran pelea con el resto del mundo", le ha advertido a los iranís. "Si ellos consiguen una, nosotros tenemos que conseguirla, por razones de seguridad y por el equilibrio de poder en Oriente Próximo, pero no queremos ver eso", ha concluido.

Beneficios para los tres

Un acuerdo de normalización podría traer grandes beneficios a los tres actores involucrados. Los estadounidenses defienden que este mega-acuerdo regional podría eliminar un posible foco de tensión en el conflicto árabe-israelí, fortalecer el baluarte contra Irán y contrarrestar las incursiones de China en el Golfo. Para Biden, sería una destacada victoria en política exterior mientras busca la reelección en noviembre del 2024. Estados Unidos tendría que claudicar a las demandas de MBS como el tratado que comprometa a Washington a defender el reino en caso de ataque, y la concesión de armas avanzadas y asistencia para un programa nuclear civil. Algunos funcionarios estadounidenses temen que pueda ser una cobertura para un programa de armas nucleares para contrarrestar a Irán.

Además, Biden se puede encontrar con algunos obstáculos en casa, ya que un tratado de estas características con Arabia Saudí, un país al que él mismo tildó de "paria" tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, puede ser problemático a ojos de sus compatriotas. Este pacto de defensa mutua se parecería a los que EEUU mantiene con Japón o Corea del Norte, casi al mismo nivel que los acuerdos con Estados europeos. Pese a los tímidos cambios en el régimen saudí, aún hay muchos legisladores de alto rango en Washington, entre ellos destacados demócratas, que ven al Gobierno saudí y a MBS como socios poco fiables a quienes apenas les importan los intereses estadounidenses o los derechos humanos.

"En cuatro o cinco meses"

Para Israel, la normalización supondría la casi aceptación definitiva en el mundo árabe. Tanto Bin Salmán como Biden saben que no pueden firmar nada si el Estado hebreo no se compromete a hacer concesiones significativas a los palestinos para mantener vivas las perspectivas de un Estado en los territorios ocupados. Pero el actual Gobierno de extrema derecha de Netanyahu no se muestra muy dispuesto a ceder. "Las brechas se pueden salvar", ha dicho el ministro de Asuntos Exteriores, Eli Cohen, a la Radio del Ejército de Israel. "Tomará tiempo, pero hay avances", ha añadido, horas después de la emisión de la entrevista con MBS. 

"Creo que ciertamente existe una probabilidad de que, en el primer trimestre de 2024, dentro de cuatro o cinco meses, podamos llegar a un punto en el que se finalicen los detalles [de un acuerdo]", se ha atrevido a vaticinar. Desde Nueva York, el presidente de Irán, Ebrahim Raisí, ha descrito la inminente normalización como "una puñalada en la espalda del pueblo palestino y de la resistencia de los palestinos". "El inicio de una relación entre el régimen sionista y cualquier país de la región, si es con el objetivo de brindar seguridad al régimen sionista, ciertamente no lo logrará", ha dicho Raisí en una conferencia de prensa en el marco de la Asamblea General de la ONU.