Ley de Seguridad Nacional

La diáspora de Hong Kong en el Reino Unido, bajo la permanente amenaza china

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La pareja de artistas originarios de Hong Kong, Lumlong y Lumli, en su estudio de Londres el pasado 15 de junio.

La pareja de artistas originarios de Hong Kong, Lumlong y Lumli, en su estudio de Londres el pasado 15 de junio. / JUSTIN TALLIS / AFP

Lucas Font

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El Reino Unido se ha convertido en un refugio para decenas de miles de ciudadanos hongkoneses desde que entró en vigor la Ley de Seguridad Nacional en el territorio chino en junio de 2020. Una ley que limitó derechos fundamentales como la libertad de reunión y la libertad de prensa, bajo el pretexto de supuestas "actividades terroristas" o "subversión del poder del Estado", y que ha obligado muchos de los activistas a favor de la democracia y de la libertad de expresión a abandonar el país para evitar las amenazas y la persecución del Gobierno chino. La última prueba de esta persecución se ha revelado esta semana con el ofrecimiento de recompensas por parte del Gobierno de Hong Kong a cambio de la detención de activistas huidos y con el arresto de cuatro jóvenes en la excolonia, acusados de prestar apoyo a sus compañeros en el exilio.

El Gobierno británico ya ha concedido más de 166.000 visados especiales desde enero de 2021, cuando puso en marcha un nuevo programa que permite vivir y trabajar en el país a cerca de tres millones de ciudadanos de la excolonia bajo el régimen de Ciudadanos Británicos Extranjeros (BNO, en sus siglas en inglés). El número de visados concedidos sigue subiendo desde entonces y podría superar los 300.000 --un 10% del total de personas elegibles-- en 2026, según las estimaciones del Ministerio del Interior del Reino Unido.

Seguridad amenazada

El cofundador de la organización 'Hongkongers in Britain' y responsable de Relaciones Públicas, Julian Chan, señala que la seguridad es de los ciudadanos hongkoneses en el Reino Unido es una de las principales preocupaciones de su organización y alerta de que ya se han producido agresiones físicas. "Hemos detectado casos en los que personas favorables al Gobierno de Pekín, entre ellos estudiantes de la China continental, han agredido a manifestantes pacíficos. Uno de los casos más recientes fue en Southampton, donde las provocaciones de ciudadanos chinos acabaron derivando en una pelea", explica a EL PERIÓDICO. 

Chan sostiene que algunos de estos incidentes también han sido alentados por miembros de los cuerpos diplomáticos en el país. El Gobierno chino ordenó el regreso a Pekín de seis diplomáticos del consulado en Manchester después de que la policía británica pidiera interrogarles por su presunta implicación en la agresión a un manifestante. Las organizaciones de hongkoneses denuncian además que muchas personas evitan renovar sus documentos en la embajada china por miedo a represalias. "La mayoría temen por su seguridad, así que optan por quedarse atrapados en el Reino Unido hasta que consiguen la ciudadanía británica al cabo de cinco años", denuncia Chan. 

Daños psicológicos

La sensación de inseguridad ha tenido un impacto psicológico en muchos de los recién llegados. Según una encuesta elaborada por 'Hongkongers in Britain', casi uno de cada cuatro hongkoneses instalados en el Reino Unido relatan haber tenido síntomas de estrés postraumático relacionados con las multitudinarias protestas de 2019 y con la implementación de la Ley de Seguridad Nacional. Un problema que se agrava entre las personas que no son elegibles para el programa de concesión de visados y que han accedido al país como solicitantes de asilo, y por lo tanto no cuentan con los apoyos económicos y sanitarios facilitados por el Gobierno británico.

A esto se suma la preocupación por el bienestar de familiares y amigos que permanecen en Hong Kong y que temen sufrir las consecuencias de una ley que no solo persigue a los disidentes sino también a personas que puedan resistirse a cooperar con el Gobierno de Pekín. "Las formas pasivas de resistencia también están siendo monitorizadas", alerta Chan, quien añade que muchas familias están abandonando la región administrativa para que sus hijos puedan tener una educación alejada de la influencia y de la propaganda china.

Viaje sin retorno

Las facilidades del Gobierno de Londres para la llegada de ciudadanos de Hong Kong le han costado un nuevo episodio de tensiones con Pekín, que ha acusado esta semana a las autoridades británicas de proteger a "fugitivos". La embajada china en Londres ha afirmado que los disidentes serán "perseguidos de por vida" y ha exigido al Reino Unido que no interfiera en lo que considera un ataque a la soberanía del país. "Se trata de una burda injerencia en el Estado de Derecho de Hong Kong y en los asuntos internos de China", ha asegurado la embajada a través de un comunicado.

Como respuesta a la protección ofrecida por el Reino Unido, Pekín anunció que no reconocería los documentos expedidos a los hongkoneses exiliados, algo que ha provocado que muchas de las personas que se han instalado en territorio británico descarten regresar a la región administrativa en algún momento. Según una encuesta realizada por el Gobierno británico, un 96% de los beneficiarios del programa tiene previsto quedarse en el Reino Unido más allá de la duración de su visado e incluso hacerlo de forma indefinida

Esta situación, sin embargo, tendrá consecuencias positivas para la economía británica. "Las personas que han llegado hasta ahora tienen niveles educativos muy altos y contribuirán de forma significativa al crecimiento económico del país", asegura Chan. Poco después de la aprobación del programa de visados para los ciudadanos de Hong Kong, el Ministerio del Interior valoró en cerca de 3.000 millones de euros el beneficio para las finanzas públicas gracias a la llegada de personal cualificado. Algo que se suma a los beneficios del intercambio cultural. "Hay una voluntad muy fuerte de integración, de mezclarse con la comunidad y, al mismo tiempo, de compartir la cultura de Hong Kong", sentencia Chan.

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