Represión china

Cuatro detenidos en Hong Kong por ayudar a los exiliados

Del idilio al desamor: China conmemora el 25º aniversario del traspaso de Hong Kong

El activista Ivan Lam-Long, detenido por la policía en Hong Kong.

El activista Ivan Lam-Long, detenido por la policía en Hong Kong. / TYRONE SIU / REUTERS

Adrián Foncillas

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La disidencia exiliada y quienes la socorren desde Hong Kong tampoco tendrán respiro. Es el mensaje de la operación policial practicada la mañana de este jueves contra cuatro jóvenes acusados de delitos contra la seguridad nacional y que llega dos días después de que el Gobierno de la excolonia ofreciera recompensas por la detención de activistas huidos.

Los cuatro arrestados, de entre 26 y 28 años, son sospechosos de prestar ayuda económica a sus compañeros en el exilio y de colusión con gobiernos en el extranjero, entre otros cargos. Las informaciones policiales hablan de "recepción de fondos a través de compañías, plataformas sociales y aplicaciones de telefonía móvil para apoyar a los que han huido al extranjero y siguen comprometidos con acciones que ponen en peligro la seguridad nacional".

También están acusados de "publicar repetidamente informaciones con intención sediciosa" en internet. La sedición es un delito de la época colonial que, según los activistas, es utilizada como cajón de sastre contra cualquier crítico. La policía les acusa de colgar contenido a favor de la independencia de Hong Kong.

Plataforma 'Punish me'

Los agentes han registrado la mañana de este jueves sus domicilios y lugares de trabajo y confiscado documentos y aparatos electrónicos. La prensa local ha conectado las detenciones con una plataforma en internet conocida como 'Punish me' que serviría para recoger los fondos y canalizarlos a los exiliados.

No han trascendido los nombres de los acusados pero imágenes en internet muestran a la policía llevándose a Ivan Lam de su domicilio en el distrito de Kwai Chung. Lam era una de las caras más visibles de Demosisto, un grupo político contrario al Gobierno local y a Pekín durante las protestas de 2019.

La formación fue autodisuelta horas antes de que entrara en vigor la Ley de Seguridad Nacional el siguiente año. Entre sus miembros más destacados figuraba Joshua Wong, ahora encarcelado, y Nathan Law, exiliado en el Reino Unido.

Recompensa de 120.000 euros

La policía no ha vinculado las detenciones con la oferta de recompensas anunciada dos días atrás por informaciones que conduzcan a la detención de ocho activistas en el extranjero. Esa medida, que promete un millón de dólares hongkoneses (casi 120.000 euros) por activista, carece de precedentes en la excolonia y ha sido reprobada por las organizaciones de derechos humanos y los gobiernos de acogida.

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, calificó de "inaceptable" la persecución a residentes en su país. Londres aclaró que no tolerará los intentos de "silenciar e intimidar" a sus ciudadanos y China la acusó después de "dar cobijo a fugitivos".

El jefe ejecutivo de Hong Kong, John Lee, clamó ayer que los ocho serán "perseguidos durante toda su vida" y que su única vía de evitarlo es la rendición. La iniciativa, sin embargo, está condenada al fracaso porque Estados Unidos, Australia y Canadá carecen de tratados de extradición con China.

Fue paradójicamente una ley de extradición que Hong Kong tramitaba con Pekín la que generó las peores y más virulentas protestas que ha visto la excolonia. En 2020, tras un año de convulsiones diarias, el Parlamento chino aprobó una Ley de Seguridad Nacional destinada a Hong Kong. Esa ley certifica la división social en la isla. Para unos, devolvió la paz al territorio cuando se abocaba al precipicio. Para otros, laminó las libertades que garantizaba la fórmula "un país, dos sistemas". Unas 260 personas han sido detenidas desde que entró en vigor.