Relevo al frente de la ciudad

La renuncia a la alcaldía de Marín provoca los reproches en bloque de la oposición de L'Hospitalet

ERC, Comuns y PP han aprovechado el anuncio para insistir en sus críticas al modelo y gestión de la ciudad del PSC

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Núria Marín, alcaldesa de L'Hospitalet.

Núria Marín, alcaldesa de L'Hospitalet. / Manu Mitru

Àlex Rebollo

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“Ayer comuniqué mi decisión de dejar de ser la alcaldesa de esta ciudad. Han sido 16 años de trabajo de todos para construir una ciudad mejor. Nuestro camino sigue y mi compromiso con la ciudad se mantiene intacto”, ha dicho Núria Marín (PSC) tras darse a conocer su salida de la alcaldía de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelonès). Le sucederá en el cargo el también socialista David Quirós, actualmente tercer teniente de alcaldía y al frente del área de Servicio a las Personas.

Tras la noticia, los grupos de la oposición han emitido sus respectivos comunicados en los que se muestran críticos con la gestión de Marín durante los últimos años. ERC-EUiA emitió un comunicado este mismo miércoles 22 de mayo, pocas horas después de que se hiciese público la fecha en la que la todavía alcaldesa cederá su vara de mando, en el que asevera que el balance de la etapa de Marín al frente del consistorio “es, desde todos los puntos de vista, muy negativo”. “El Ayuntamiento de L’Hospitalet ha vivido en una situación de provisionalidad durante más de cuatro años, con un gobierno sin dirección, ni rumbo, ni proyecto de ciudad”, reza el texto del primer grupo de la oposición.

El PSC gobierna la ciudad en solitario y en minoría desde que perdió su mayoría absoluta en las elecciones municipales de 2023 —suma 13 de los 14 concejales necesarios para alcanzarla—. Así, más allá de la línea roja que supone Vox, la distancia de la alcaldesa y los socialistas con las demás fuerzas del consistorio han imposibilitado, hasta hoy, la opción de llegar a acuerdos de gobierno que doten al ejecutivo local de mayoría absoluta.

De este modo, durante el último año, Marín ha trabajado para lograr pactos puntuales con ERC y con En Comú Podem. Por ejemplo, los republicanos votaron a favor de las ordenanzas municipales de 2024, mientras que los Comuns permitieron que los presupuestos salieran adelante con su abstención.

Relaciones judicializadas

Pero, más allá del desgaste generado por las diferentes visiones de modelo de ciudad, la relación entre el PSC y sus dos principales socios ocasionales está condicionada por la judicialización de algunos de los temas que marcaron el pasado mandato. Por una parte, el líder local de los republicanos, el exPSC Jaume Graells, fue el denunciante de las supuestas irregularidades en el Consell Esportiu de L’Hospitalet, un caso que sigue abierto y que se saldó con la dimisión de dos concejales socialistas: Cristian Alcázar y Cristóbal Plaza, ambos investigados.

Con los Comuns también ocurre algo parecido. Actualmente, todavía son acusación particular en el ‘Caso Consell Esportiu’ y, además, también han llevado a los tribunales algunas de las reformas y promociones urbanísticas más sonadas de la ciudad, como la construcción de los edificios de Cosme Toda o el anterior PDU de la Granvia hospitalense, que, de hecho, fue tumbado por los tribunales y tuvo que replantearse.

Pese a ello, los Comuns siempre han mantenido la puerta abierta a llegar a acuerdos con el gobierno local, aunque, condicionados a “cambios en la política urbanística” y en “políticas activas para encarar los problemas sociales de la ciudad”, tal y como señala el líder de los morados en el consistorio, Manuel Domínguez.

Preguntado sobre qué puede suponer para la ciudad la marcha de la alcaldesa, Domínguez apunta que “si [David Quirós] continúa con la política de Corbacho y Marín, habrá significado poco”. En esta línea, los Comuns reclaman que la nueva etapa “represente un cambio de rumbo hacia una política realmente de izquierdas”, así como abandonar “la subordinación de la ciudad a los intereses de las empresas de la construcción y los servicios”.

El PP, también críticos

Por parte de las derechas, las posturas están aún más alejadas. Aunque antes de las municipales del año pasado el PP se postulaba como un posible socio ocasional, la formación que encabeza Sonia Esplugas ha reiterado desde los comicios su tono crítico con el ejecutivo de Núria Marín.

De hecho, tras pasar de ser la única concejala popular a tener cuatro ediles —quedando a pocos votos de ERC— y ser la segunda fuerza de la ciudad en las elecciones catalanas, Esplugas se reivindica como “la alternativa real de gobierno” y afirma que trabajarán para “alcanzar la alcaldía de L’Hospitalet en las próximas elecciones municipales”.

En su caso, los populares han focalizado sus críticas hacia los temas vinculados con la seguridad y la Guardia Urbana de la ciudad, donde también se ha judicializado la convocatoria de una plaza de superintendente. Durante los últimos meses, además, los distintos grupos de la oposición han reprochado a Marín su papel en otras instituciones. Núria Marín fue presidenta de la Diputación de Barcelona entre 2019 y 2023 y, en julio del 2023, fue designada senadora, lo que, para los partidos, ha significado "la ausencia" de Marín en la ciudad.