¿Y si nos lavamos más las manos?

Un niño se lava las manos por precaución contra el coronavirus. / JOSÉ LUIS ROCA

Vivimos en una bola un poco deforme que se mueve a más de 100.000 kilómetro por hora alrededor del sol, gira sobre si misma a unos 1.000 kilómetros por hora dependiendo de la latitud y alberga trillones de formas de vida. Quien no se sienta especial en el Universo es porque no sabe lo privilegiados que somos. Lamentablemente nos dedicamos a pasar el rato ocupados en ganar dinero. Somos el único ser vivo del planeta que tiene que pagar por comer, que se obsesiona con tener segundas residencias, pintarse las uñas y acumular cosas de plástico en casa. Lo echamos a perder casi todo, al contrario que el Rey Midas, que convertía en oro todo lo que tocaba. Nosotros lo convertimos todo en ... Otra cosa. ¿Deberíamos lavarnos las manos como hizo Midas para quitarse el encantamiento? Porque lo nuestro es literalmente un encantamiento. Estamos encantados con nuestras posesiones y bienestar, no queremos ver que nuestra avaricia está arruinando el planeta y conviertiéndolo en una bola sucia y yerma. Para empezar deberíamos reconocer lo especiales que somos y cuidar mejor nuestra bola espacial.