Pedro Sánchez un año después

Hace poco más de un año, con la vista puesta en las primarias del PSOE, escribía una carta en este mismo periódico, Qué más da que Susana Díaz sea mujer y andaluza. En ella, expresaba lo desacertado que estuvo el expresidente Zapatero al señalar que el motivo del voto sanchista en Catalunya se debía a la existencia de prejuicios contra Susana Díaz por ser mujer y de origen andaluz. Además, puse de manifiesto que a mi juicio, el motivo real era que Pedro Sánchez representaba un mayor rechazo al PP y que el diálogo y el consenso que se necesita para solucionar esta crisis política solo podría venir por la izquierda, una bandera que había hecho suya Pedro Sánchez.

Hoy en día, Pedro Sánchez va por unos derroteros bastante alejados de los de hace un año. Pongo en duda que reformar el código penal para modificar y endurecer el apartado de rebelión o dejar abierta una posible intervención de TV-3 gracias a otro 155, sean intentos de acercamiento o de diálogo para afrontar la crisis política entre Moncloa y Generalitat. La España plurinacional ha desaparecido de la agenda del dirigente socialista para dar paso a una pugna con PP y C's por ver quién se muestra menos flexible ante un desafío que es de Estado.

Lejos quedan, por tanto, las reflexiones de aquel artículo en donde Pedro Sánchez no competía por poner una rojigualda más grande que sus rivales, sino por liderar la bandera de la izquierda.