"Se me parte el alma cuando miro la imagen ganadora del World Press Photo"

¡Qué dolor!, la instantánea ganadora del World Press Photo. Dolor y una vergüenza sin límites. La vi de pasada en un informativo y no se me va de la mente. Pero además, pienso que es imprescindible comentar lo que refleja, a ver si las redes se inundan de comentarios.

Y eso que desde que empeoró el conflicto entre Israel y Palestina en otoño, la cantidad de imágenes que se han difundido -aunque terribles- ha sido tan grande que yo creo que nos ha inmunizado contra el horror. Es así, tenemos que protegernos de alguna manera.

Pero esa foto de la niña en brazos de su tía -no daré detalles- encapsula todo lo peor de la raza humana. Crueldad, impotencia, injusticia, pena, soberbia, avaricia, ira, venganza, odio, hipocresía… Y luego, la clara conciencia de que ninguno somos más que juguetes, muñecos en manos de los poderosos. De Oriente y de Occidente, da igual.

Solo se me ocurre una pregunta: si los civiles también les importan un comino a los dueños del mundo y a muchos mandatarios, ¿no habría una manera de salvar como mínimo a los niños? Refugios para ellos que sean absolutamente inaccesibles, acogida -como se hizo con algunos niños españoles durante la Guerra Civil-.

Por favor, ONU, UNICEF, quien sea, implíquense. Busquen una solución rápida para la población infantil. Lo que está pasando clama al cielo.