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Ciudadanos de primera y ciudadanos de tercera

Dos operarios, trabajando en una obra pública de Barcelona, el pasado 15 de abril.

Dos operarios, trabajando en una obra pública de Barcelona, el pasado 15 de abril. / JOAN CORTADELLAS

En estos días, más que nunca, me doy cuenta de la diferencia de clases que existe en esta sociedad en la que vivimos. Son muchos los ejemplos en los que apoyar esta teoría.

Entretodos

-Que la clase política, los jugadores de fútbol y la gente famosa en general tengan acceso inmediato a los tests para saber si están infectados de coronavirus o no, mientras que la gente de a pie tiene que estar fastidiada de verdad, a las puertas de un ingreso de hospital, para poder saber si son negativos o positivos, aunque para entonces ya saben cuál será el resultado.

-Que haya clubs de fútbol de primer nivel que ya quieran entrenar y se lo prohíban por miedo a que haya un contagio pese a tener unas instalaciones de miles de metros cuadrados, pero en cambio un operario de producción que casi trabaja codo con codo con sus compañeros, porque no hay espacio para más, tenga que ir a trabajar porque la patronal aprieta para no perder sus beneficios anuales, que siguen aumentando año tras año. Porque ir a trabajar sí que puedes, pero ir a dar un paseo o correr un rato, no. Parece que el trabajo no contagia.

-Que la mayoría de la gente esté esperando a cobrar su prestación por erte para pagar su casa, ir a comprar y pagar impuestos,  que hayan tenido más de 15 días (desde mediados de marzo) para solucionarlo y que llegue el 10 de abril y te digan que hasta mayo no verás ni un duro. Pero lo demás te lo siguen cobrando puntualmente, porque no hablaré de lo difícil que es optar a las moratorias (otra mentira a medias).

Y lo que todos nos preguntamos es dónde están los ertes de la clase política, que no está trabajando en estos momentos y que está cobrando su sueldo íntegro con dietas incluidas mientras la mayoría está en casa como todos los demás. Escribo estas líneas por rabia, impotencia y vergüenza que siento estos días en un país con ciudadanos de primera y ciudadanos de tercera.

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