Impulso urbanístico

El Port Vell aprovecha la Copa América de vela para abrirse a la ciudad con una inversión de 120 millones

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Cristina Buesa

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Las obras en el Port Vell de Barcelona siguen a buen ritmo con el revulsivo de la Copa América de vela en el horizonte. Solo falta uno de los seis equipos por llegar y cuatro entrenan casi a diario en el campo de regatas que acogerá la competición el verano que viene. La celebración de este gran evento deportivo y tecnológico ha acelerado unos trabajos que se traducen en 19 proyectos y 120 millones de euros y servirán, sobre todo, para acercar el puerto a Barcelona, derribar barreras e incentivar la visita de la ciudadanía a sus espacios.

La actividad en los muelles es frenética. Hay inversiones públicas y privadas con calendarios muy diversos, pero todas tienen la mirada puesta en la Copa América. Más allá de las bases desmontables donde se instalarán los equipos, el Port de Barcelona quiere aprovechar el escaparate de la competición para que los barceloneses y visitantes hagan más vida en esos lugares. Y, para atraerlos, una fórmula infalible es que haya espacios para pasear, actividades lúdicas que hacer o restaurantes a visitar.

Restaurante con vistas

La construcción de la rambla Nova Bocana y el edificio Mirador, todo en la Bocana Nord, es un ejemplo de ese triple imán. El puerto está rehabilitando la infraestructura del espaldero, que la proximidad marítima ha castigado pero, además, ha diseñado un paseo elevado sobre la rasante de los muelles y con vistas al Mediterráneo. En total serán más de siete millones de euros e incluirá un icónico edificio con forma de "U" invertida que acogerá un restaurante, que todo apunta que ofrecerá una atractiva propuesta gastronómica que disparará las visitas a la zona.

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Obras en la bocana Nord del Port Vell con el icónico edificio del Mirador que acogerá un restaurante con vistas. / FERRAN NADEU

Además, entre agosto y septiembre se derribará una de las naves de Nautic Center, ahora ocupado por actividades del Institut de la Nàutica, con lo que visualmente será mucho más diáfano. Esta demolición dará paso a una explanada, junto a la base de Luna Rosa Prada Pirelli.

Trabajo "quirúrgico"

Junto al edificio Mirador se habilitarán tres gradas para el público que quiera contemplar las salidas y llegadas de los equipos de la Copa América entre agosto y octubre del 2024. Los seguidores de esta competición suelen recibir a su escuadra después de las regatas. Otro de los lugares que se habilitarán en el Port Vell para este fin será junto al World Trade Center, en el costado este, un espacio hoy cerrado.

El presidente del Port de Barcelona, Lluís Salvadó, ha destacado este martes que se ha realizado un trabajo "quirúrgico" en el Port Vell para lograr que la actividad de las concesionarias del puerto se pudiera desarrollar con normalidad. También ha querido subrayar su disponibilidad para facilitar el encaje de las bases de los equipos, ya que se han situado en ocasiones ocupando parcialmente emplazamientos de esas empresas, algo que también ha valorado el 'cirujano' que ha gestionado esos movimientos, el gerente de Port Vell, David Pino.

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Un legado para la capital

Salvadó ha insistido en que la inversión público privada permitirá dejar un legado en la capital catalana, más allá de la cita deportiva. Repartida al 50%, el responsable de la autoridad portuaria ha explicado que se trata de la transformación urbanística más importante que han afontado desde la celebración de los juegos olímpicos de 1992. La permeabilidad entre el puerto y los ejes viarios (Paral·lel, Rambla, Joan de Borbó) será el siguiente reto para ganar todavía más conexión ciudadana.

Entre las inversiones públicas impulsadas, Salvadó ha mencionado justamente la Bocana Nord, la apertura al público de la lonja de pescadores y la transformación del muelle Drassanes, frente al espacio ocupado ahora por el defensor del título, Emirates Team New Zealand.

1,5 millones de personas

Entre las privadas, la primera que podrá disfrutar el gran público será el America's Cup Experience, un centro de interpretación de la copa que se inaugurará dentro de pocos días donde estaba el Imax. Habrá una parte de acceso libre, con una exposición sobre la historia de la competición, un restaurante y una tienda, y, en el piso superior, un espectáculo audiovisual inmersivo. Los impulsores, la empresa Dortoka, calculan recibir 1,5 millones de visitantes.

Pero no solo el extinto Imax contará con otra vida. El Maremàgnum, con una nueva oferta de ocio y hostelera, o el Aquàrium, que desembolsará 13,7 millones en cambiar la fachada (con unos peces de diferentes materiales) y algunas instalaciones interiores para modernizarlo, también se sumarán a la transformación del Port Vell por la Copa América.

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Base en obras del equipo suizo de Alinghi Red Bull Racing, en el Port Vell de Barcelona. / FERRAN NADEU

Solo falta Francia

Mientras, los equipos, auténticos protagonistas y 'culpables' de la revolución urbanística acelerada, se instalan a diferentes ritmos en cada uno de los seis emplazamientos. La base más céntrica, junto al World Trade Center, es la del defensor del título, Emirates Team New Zealand, que entrena en Barcelona desde el 14 de julio, y es el que lleva más rodaje junto a los de Alinghi Red Bull Racing.

No obstante, los suizos todavía no cuentan con su base definitiva, ubicada entre el Maremàgnum y el Aquàrium, un edificio con un coste de siete millones, mucho más robusto y sofisticado que los hangares efímeros del resto. Únicamente falta por llegar el equipo francés, que se situará bajo el puente Porta d'Europa.