Opinión | APUNTE

Sònia Gelmà

Sònia Gelmà

Periodista

Anoeta como ejemplo para el Barça por Sònia Gelmà

El fondo y las formas de Gündogan

Saldremos mejores

Aitana y Carvajal, lo nuestro no es lo suyo

Xavi, durante la rueda de prensa previa al Shakhtar-Barça en Hamburgo.

Xavi, durante la rueda de prensa previa al Shakhtar-Barça en Hamburgo. / Valentí Enrich

Anoeta es el ejemplo de lo que no debe ser. Cuesta recordar un partido del Barça donde el juego y la recompensa obtenida estuvieran tan alejados. Ese partido es un rara avis. Lo habitual, lo normal, es que cuando un rival te atropella, te gane. Luego habrá matices, partidos más igualados, ratos de juego para cada equipo, como pudimos ver en el Clásico, en los que el acierto determina el resultado. Pero cuando te someten desde el primer minuto, si sumas un punto es casi un milagro, ya no les digo los tres.

Esa victoria que va contra toda lógica nos deja una sonrisa medio congelada, porque el barcelonismo sabe mejor que nadie que sin juego no hay resultado. Incluso los llamados resultadistas necesitan que el Barça sepa hilar tres pases. Porque para llegar al resultado, hace falta jugar bien. Quizás no en un partido puntual, pero sí a la larga. No hace falta ser brillante pero sí ejecutar un plan. 

Esperando la evolución que no llega

Nadie espera que el Barça cambie de cara radicalmente y pase a ser exuberante. Pero sí es responsabilidad de Xavi que su equipo evolucione respecto a la temporada pasada. Que más allá de los títulos que se puedan ganar, el juego sea mejor, algo más vistoso y con algo más de capacidad ofensiva.

Algo de eso vimos en un par de partidos, pero ese crecimiento se vio truncado por las lesiones y, desde entonces, como sucede siempre en los últimos tiempos, el equipo se ha escudado en la supervivencia. Y al parecer, no puede crecer mientras no tiene a su once titular.  

Xavi nota la impaciencia, nota la inquietud del entorno porque lo conoce mejor que nadie, pero asegura que estamos "a mitad de camino del éxito total". Palabras tranquilizadoras, porque si estás a mitad de un trayecto es que sabes hacia dónde vas, algo que viendo el juego del sábado podríamos llegar a dudar. Así pues, Anoeta pasa a ser la referencia. Se sabe que por ahí no se va a ningún sitio, y toca encontrar por donde se va para llegar a alguna parte. Hamburgo puede ser un inicio como cualquier otro. 

Suscríbete para seguir leyendo