Opinión | Apunte

Sònia Gelmà

Sònia Gelmà

Periodista

El fondo y las formas de Gündogan

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Aitana y Carvajal, lo nuestro no es lo suyo

El Barça y sus límites

Gundögan intenta escapar a la presión de Tchouaméni en el reciente clásico de Montjuïc

Gundögan intenta escapar a la presión de Tchouaméni en el reciente clásico de Montjuïc / Javier Borrego / Europa Press

Gündogan es un ganador. Lo dice su palmarés, lo dice su carácter. Y los ganadores no conviven nada bien con la derrota. Con ese malestar, el centrocampista apareció este sábado ante los micrófonos, con la intención de ser honesto "sin pasarse". Más allá de cómo lo hayan encajado sus compañeros, su mensaje fue revelador. Al señalar el conformismo de parte de su vestuario, también destapó la indulgencia del entorno con el equipo.

Dice el centrocampista alemán que él no ha fichado para perder este tipo de partidos. Su ambición nos sacude y nos conmueve a partes iguales, no solo por lo que pueda contagiar al vestuario sino por la reflexión a la que nos obliga. Gündogan aparece como un agitador mientras el análisis general, incluido el de su entrenador, busca ser comprensivo: rescatar los momentos buenos del equipo en el partido y tener en cuenta las lesiones. Porque él ha fichado por el Barça y aquí, las derrotas ante el eterno rival no deberían asumirse con indulgencia.

Su inconformismo y nuestra comprensión —como la de Xavi— tienen puntos de partida diferentes. La suya es la visión de un recién llegado, campeón de Europa, que está convencido de su calidad y la de sus compañeros. Es un novato en decepciones azulgranas. La crítica externa —como Xavi— tiene desgraciadamente mucha más experiencia en lo que ha sido el Barça de los últimos años y, de manera progresiva, ha ido rebajando el nivel de exigencia. Su toque de atención resulta útil para elevar, ni que sea un palmo, el listón.

Hasta aquí el análisis del fondo y el agradecimiento externo. La mentalidad del grupo aparece como una clave más en el análisis. No hay dudas sobre el fondo, quizás sí sobre la forma. Veremos si el grupo entiende su amonestación pública. Gündogan denuncia a sus compañeros por no rebelarse. Señala que hay perdedores. Quizás crea que la pública sea la única vía para la reacción, pero cuando formas parte de un colectivo, situarte por encima del resto no parece lo más constructivo. 

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