Propuesta inédita

Sant Adrià plantea trasladar la incineradora de Tersa: "Llevamos 50 años quemando la basura del área metropolitana"

El Ayuntamiento de la localidad pegada a Barcelona pide por primera vez al AMB el cierre y el desmantelamiento de la planta, investigada por la presunta emisión de partículas contaminantes

'Caso Tersa': qué sabemos de la investigación sobre la contaminación en la incineradora

DOCUMENTAL | Historia de una contaminación. La incineradora del Besòs

La chimenea de la incineradora de Tersa, tras una reja en Sant Adrià de Besòs.

La chimenea de la incineradora de Tersa, tras una reja en Sant Adrià de Besòs. / ZOWY VOETEN

Jordi Ribalaygue

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Sant Adrià de Besòs se ha cansado de ser el crematorio de los desechos de Barcelona y su entorno. “Llevamos 50 años quemando toda la basura del área metropolitana. Es momento de repensarlo”, propone el teniente de Territorio y Medio Ambiente de la localidad, José Antonio Gras. 

La sugerencia rompe el mutismo con que el Ayuntamiento de la pequeña ciudad pegada a la capital ha aceptado desde 1973 albergar la incineradora de Tersa, la que más residuos calcina en Catalunya, investigada por la supuesta dispersión de partículas contaminantes por encima de lo permitido. En 2023, ardieron 342.827 toneladas en la planta. De media, fueron unas 939 toneladas al día. 

Con la actividad de la empresa de titularidad pública bajo escrutinio de la Fiscalía desde 2018 y un juzgado desde 2022, el consistorio ya no se resigna a que Tersa se perpetúe en su territorio. En una demanda inédita en medio siglo, la población de 37.906 habitantes plantea que se clausure y abandone la desembocadura del río Besòs. No exige que sea inmediato: quiere que desaparezca en algún momento de los próximos 26 años. “Esa es nuestra intención. La idea sería entonces estudiar una o dos posibles ubicaciones, no sé si para todo el complejo o dividido. Se debería estudiar”, emplaza Gras. 

La central es propiedad del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y el ayuntamiento de la capital. Sant Adrià nunca les había cuestionado antes la ubicación, el porvenir e, incluso, la mera existencia de la planta. Al menos, no lo había expresado de un modo tan explícito. 

Instalación estratégica

La localidad del Besòs ha destapado su rechazo mientras se tramita el próximo Plan Director Urbanístico Metropolitano, que prefigura cambios de usos de terrenos, infraestructuras a mantener y reformas a abordar en la capital y su entorno de aquí a 2050. El consistorio ha alegado contra la hoja de ruta del AMB que consagra la incineradora y las fábricas de ciclo combinado de Endesa y Naturgy que la flanquean como “equipamientos estructurantes”. Es decir, instalaciones estratégicas para la metrópolis.

“Lo que el plan plantea es la consolidación del equipamiento. Estamos en contra”, esgrime Gras, diáfano en cuanto a qué pretende Sant Adrià replicando al planeamiento de la Gran Barcelona de las próximas décadas: “Por primera vez, e impulsado por el equipo de gobierno, el Ayuntamiento ha presentado alegaciones pidiendo el cese y el cierre de la actividad de Tersa y el desmantelamiento de la infraestructura”.   

El concejal infiere que, si la reclamación prospera, se deberán estudiar con tiempo localizaciones donde trasladar la instalación dentro del área metropolitana. “Es un tema difícil, porque ninguno de los otros 35 municipios querrá recibir una infraestructura como esta”, admite. En todo caso, Gras no concibe una réplica exacta de la actual incineradora en otro enclave metropolitano: “No es cuestión de pensar que en 2050 la necesitaremos tal como es ahora pero en otro sitio. Debemos ser valientes e innovadores”.  

La chimenea de Tersa vista desde el parque del Fòrum, con las Tres Xemeneies al fondo, en Sant Adrià de Besòs.

La chimenea de Tersa vista desde el parque del Fòrum, con las Tres Xemeneies al fondo, en Sant Adrià de Besòs. / RICARD CUGAT

El edil defiende que ha llegado el momento de que el debate sobre Tersa “se plantee desde el resto de municipios y el AMB”. “Apelamos a la solidaridad metropolitana”, insta. “Se queman toneladas diarias de basura de toda el área metropolitana en un municipio de menos de cuatro kilómetros cuadrados, con la tensión y la presión de infraestructuras que tiene, en una zona clara de sacrificio. Si hablamos de la metrópolis del 2050 en adelante, como mínimo tenemos que sentarnos y replantear cómo se gestionarán los residuos en el futuro, cómo generamos energía y dónde deberíamos poner esta infraestructura”, enumera. 

“Sensible y complejo”

El viraje de Sant Adrià con Tersa abre un desafío sobre cómo la capital y su conurbación administran sus desperdicios. También obliga al AMB a posicionarse sobre la incineradora. “Hemos puesto sobre la mesa un tema que es sensible y, sobre todo, complejo”, observa Gras. 

Preguntado por este medio, el AMB se escuda en que tiene pendiente resolver las alegaciones para evitar pronunciarse. En todo caso, señala que la cuestión “requiere de un debate dentro de gobierno metropolitano”. Tras el futuro de la central no subyace una disputa entre rivales políticos. El PSC cuenta con mayoría absoluta en el municipio y también en el AMB, donde los socialistas son la fuerza hegemónica del gobierno que comparte con Junts, ERC y En Comú Podem

“Creemos en la colaboración entre administraciones y esperamos que nuestras alegaciones no sean desestimadas, al menos en su totalidad”, confía Gras. “Si no se aceptan, no nos quedaremos de brazos cruzados. La vía del contencioso, por ahora, no la contemplo. Si se estiman, deberemos comenzar a estudiar todos juntos desde ya cómo cesar la actividad y desmantelar la infraestructura lo más pronto posible”, manifiesta.

De todos modos, el teniente remarca que no quiere generar “falsas expectativas” en Sant Adrià, donde las pesquisas judiciales en torno a Tersa han hecho aflorar una inquietud sin apenas eco durante décadas. En ese sentido, deja claro que el consistorio no solicita una clausura inmediata. “No es que queramos que cierre ahora. Es una infraestructura necesaria, nos guste o no”, expresa Gras, que augura que un eventual desmantelamiento como el que el ayuntamiento pide fijar como horizonte no se producirá “a corto plazo ni seguramente a medio”.  

“Lo que pasa es que una planta así debe ponerse alejada o a una distancia prudente de núcleos urbanos, especialmente de zonas residenciales o equipamientos de actividad económica que no sean industriales”, sostiene el edil. “Cuando se dio la licencia en 1971, estaba en una zona alejada de todo, pero hoy no es así”, recuerda.

La petición de cierre no es ajena a que Sant Adrià aspira hoy a arrancarse la etiqueta de municipio subalterno. Atisba la construcción de un barrio de 1.783 viviendas y un polo de empresas audiovisuales que se pretende puntero en torno a las Tres Xemeneies, así como un aumento de población y la apertura de hoteles de alta gama. “El Plan Director Urbanístico pone unos criterios que no son coherentes con la existencia actual de Tersa, teniendo en cuenta la realidad construida y la que se construirá. Estamos defendiendo el interés general. Es difícil, pero alguien tenía que dar el paso”, blande Gras.

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