Lucha vecinal

‘Objetivo Venus’: así son la campaña viral y el libro que financian el frente judicial de La Mina

La falta de títulos de propiedad en el bloque Venus complica el gran desalojo pendiente de La Mina

CLAVES | ¿Por qué los vecinos de La Mina piden 12,5 millones de indemnización por un bloque deteriorado?

Paqui Jiménez, dentro del bloque de la calle Venus, en el barrio de La Mina.

Paqui Jiménez, dentro del bloque de la calle Venus, en el barrio de La Mina. / JORDI OTIX

Jordi Ribalaygue

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“Venus es mucha rabia”, define Paqui Jiménez, la inquieta vecina de La Mina que se ha echado a la espalda exigir remedio para el bloque más maltrecho de la zona, encallado a la espera de un derribo enquistado desde hace demasiado. A menudo en soledad o sin más auxilio que unos contadísimos aliados, el empeño de Paqui ha sostenido la reivindicación por la dignidad de los moradores del edificio de la calle Venus, 21 años a la búsqueda de una salida en un laberinto de podredumbre. 

Desamparados, la frustración ha hecho mella en los habitantes y las escaleras, aún identificable de puertas adentro. Sin embargo, una campaña viral para captar el interés sobre el inmueble en que las miserias se enredan vino a dar aliento al vecindario, alumbrándolo con el foco de atención que le ha solido ser esquivo. 

El SOS emitido desde el extrarradio durante 80 días justo antes del susto del confinamiento de 2020 se rememora en un libro acabado de publicar. 'Objectiu Venus' (Pol.len edicions) reúne textos y fotografías de vecinos y trabajadores de La Mina, periodistas (tres escriben en EL PERIÓDICO, por cierto), escritores y activistas. Dan cuenta de las historias, las razones y las vidas que se agolpan en el edificio que va carcomiéndose en pie a las puertas de Barcelona. 

Aunque parezca paradójico tratándose del despropósito de Venus, es también el relato de un éxito, el de la colecta de fondos a través de internet -un ‘crowdfunding’, tal como se les llama- para costear la batalla judicial que los vecinos tienden a las administraciones. Mediante pequeñas aportaciones, se recaudaron casi 18.000 euros, por encima de los propósitos y las expectativas: sentó como una victoria, siempre huidiza en las afueras, y fue toda una hazaña, siempre rutinaria para sobrevivir en los márgenes.

Víctimas de la "inactividad"

Los demandantes de Venus lograron que el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya reprobara la “inactividad” de las administraciones implicadas en el devenir del barrio, desde la Generalitat a los ayuntamientos de Barcelona y Sant Adrià de Besòs. También un centenar de los 239 hogares habitados en el inmueble han recurrido para solicitar indemnizaciones por los daños materiales del edificio y los perjuicios al vecindario debido a la demora en acometer el plan de expropiación. La reclamación suma una petición de unos 12,5 millones de euros.

Todo ello viene sustentado por la colecta fructífera, que cubre por ahora los costes judiciales de casi medio centenar de familias del bloque, mientras aguardan el desenlace de un enredo que, pese a intuirse los primeros desalojos, aún tardará al menos cinco años en completarse. “Pensábamos que no lo íbamos a conseguir y que cuando la gente viera que éramos de La Mina no tiraría adelante. Pero depositaron la confianza en nosotros y conseguimos todo el dinero”, celebra aún Jiménez.

Paqui Jiménez, delante del bloque de la calle Venus, en el barrio de La Mina.

Paqui Jiménez, delante del bloque de la calle Venus, en el barrio de La Mina. / JORDI OTIX

Para no cejar en el pulso con las instituciones, los afectados de Venus acudieron a la Plataforma de Educación Social de los salesianos, muy implicada en La Mina y autora de una web que es memoria viva de sus calles. Allí se urdió la estrategia para dar esperanza a unos vecinos desalentados y tejer una red de cómplices que, dentro y fuera del barrio, propagó lo que se tramaba.

Tenacidad y agitación

Resabiada por la imagen estereotipada y estigmatizante que la ha condicionado durante décadas, parte de La Mina desconfía de quien viene de fuera con la pretensión de retratarla. Pero esta fue una de las escasas ocasiones en que sí reclamó que periodistas y cámaras se desplazaran en masa para que la observaran. Tomando ejemplo de la tenacidad de Paqui, se propuso agitar conciencias en los despachos, en las redacciones y en la calle ante una desidia flagrante, tal como la Justicia acabó reprochando después a los poderes públicos.

“Supimos meternos en la caja de resonancia que son los medios de comunicación", piensa David Picó, uno de los artífices de ‘Objetivo Venus’. Educador social durante muchos años en La Mina, describe el eco de la campaña como una sacudida: "Aún no había terminado y nos reunimos con el Ayuntamiento de Barcelona, luego el exconseller Chakir El Homrani atendió a los portavoces de los vecinos, se aprobó la nueva hoja de ruta... Podría haber pasado igual, pero estuvimos ahí". Picó cataloga a Venus como “un símbolo” del fracaso de la regeneración prometida hace más de dos décadas para ese enclave en el extremo exterior de Barcelona. Como suele decir, allí “nada empieza ni nada acaba”.

Paqui se ha encargado de recordárselo a todo mandatario con que se ha cruzado, “del más alto al más bajo”. Carles Puigdemont, Quim Torra y una larga nómina de consejeros han acudido a parlamentar con ella al bar en que oficia tras la barra: para esas ocasiones, no deja de vestir la misma bata con que despacha a quienes padecen por llegar a fin de mes. Les ha recordado los frecuentes cortes de luz que condenaron al frío y la reclusión a los vecinos durante días de varios inviernos consecutivos, también los campamentos de toxicómanos que, con cíclica regularidad, se instalan en el terrado.

“Me conformaba con que vieran la vergüenza que tenemos en Barcelona, cuando presumen tanto de capital”, reprocha Jiménez, siempre afilada: “Ves que la administración es pasiva, que no le ha importado que nos quedáramos presos en el edificio, que no le importas a nadie y te acostumbras a vivirlo en carne propia… De la rebeldía que sientes nace defenderte como un león. O como una leona. Porque tienes que defender lo tuyo”. 

El libro es una de las recompensas para los mecenas que colaboraron con la colecta y pone el colofón a la campaña de apoyo a los afectados, aunque no acaba aquí. De hecho, parte de lo que se obtenga a partir de ahora con las ventas de la edición seguirá nutriendo la hucha que financia las demandas de los vecinos, retenidos en uno de los reveses del área metropolitana en que se declaran menos ingresos. 

‘Objectiu Venus’ ha tardado unos cuatro años en estar en librerías y puntos de venta en la red. No obstante, ha llegado antes de que se facilite el realojo a los primeros residentes y empiece la operación que debe culminar con la demolición del bloque. Que el libro se haya avanzado a la solución da patente muestra de la desesperante lentitud en el largo adiós a una injusticia de periferia.

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