Los comunes acusan al PSC de aliarse con la derecha contra los ejes verdes del Eixample

Pese a haber sido socios hasta hace pocos meses y abogar por volver a cohabitar al frente del Ayuntamiento de Barcelona con los papeles intercambiados, el PSC y Barcelona en Comú mantienen cuentas pendientes por las divergencias que los separa. Las discrepancias que distancian al partido del alcalde Jaume Collboni de la formación de su antecesora, Ada Colau, han planeado a lo largo de la comisión municipal de urbanismo de este martes. 

Las diferencias entre ambas fuerzas y potenciales aliados en caso de que Collboni se abra al pacto progresista con el que ha especulado han vuelto a hacerse patentes, de nuevo por asuntos que ya tensionaron al bipartito que, mal que bien, se mantuvo en pie hasta el final del mandato pasado. Los desacuerdos en torno a la ‘superilla’ del Eixample, la reforma de la Rambla, el proyecto para remodelar la ronda Sant Antoni o los carriles bici han vuelto a salir a flote, como un ‘revival’ del final de la era Colau.

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Si las chispas ya han saltado con el cruce de acusaciones por los 33 expedientes caducados sin sanción a terrazas infractoras en Ciutat Vella, ambas fuerzas han seguido a la greña cuando se han abordado los ejes verdes. Junts ha instado a los socialistas a dar prueba de su intención de anteponer la recuperación de los interiores de manzana del Eixample con zonas verdes a la extensión de las pacificaciones como las de las calles de Consell de Cent, Girona, Rocafort y Urgell, de las que los comunes presumen como parte del legado de Colau a la ciudad. 

Los socialistas han propiciado que se aprobara la petición de los posconvergentes, que insta a estudiar ya que interiores de manzana se pueden remodelar. PP y Vox se han avenido también a la sugerencia, lo que ha llevado a Bcomú a acusar al PSC de mimetizarse con los conservadores “en contra de hacer más ejes verdes”. “Barcelona ha registrado el verano más caluroso de la historia, pero la derecha insiste en parar la transformación verde. El cambio climático es real y necesitamos medidas valientes, como la transformación de Consell de Cent”, ha aducido el partido de Colau. 

"Insostenible" para la movilidad

La teniente de alcalde de Urbanismo, Laia Bonet, ha recalcado que el ejecutivo en minoría del PSC está revaluando las “políticas urbanísticas y de movilidad de los dos últimos mandatos”, incluidos los ejes verdes, de los que no hay nuevas obras en licitación en el Eixample. La socialista ha sostenido que la pretensión de desplegar 21 vías peatonalizadas en arterias del distrito, con vegetación y restringidas al tráfico, “no es sostenible desde el punto de vista de la movilidad”, incluido el transporte público.

La que fuera responsable de Urbanismo en tiempos de Colau, Janet Sanz, ha tachado de "antigua" la proposición que los socialistas han apoyado. “Nace con la voluntad de hacer elegir a los vecinos entre hacer interiones de manzana o ejes verdes. No entendemos esta obsesión”, ha recriminado Sanz, que ha sostenido que resulta más caro acondicionar los patios del Eixample que ampliar la ‘superilla’: “Un interior de manzana puede generar unos 2.200 metros cuadrados de espacios verdes y cuesta cuatro o cinco veces más que un eje verde. Con cuatro de ellos, hemos liberado 58.000 metros cuadrados de coches y polución”.

Por otro lado, los comunes se han abstenido tanto en el proyecto del PSC para acortar la remodelación de la Rambla para que termine en enero de 2027 como en el trámite inicial para cubrir 340 metros más de la Ronda de Dalt. En alusión a la Rambla, Sanz ha avisado a los socialistas que "para hacerla posible, es necesario un presupuesto y tener un gobierno estable, no provisional". El gobierno de Collboni se aboca este miércoles, en la comisión municipal de economía, a que el resto de formaciones frene en seco la primera tentativa para tramitar las cuentas del Ayuntamiento para 2024. En todo caso, el PSC ha logrado tirar adelante ambas propuestas urbanísticas.