Urbanismo

El carril bici de la Via Augusta se abrirá de punta a punta el 15 de julio

El ayuntamiento asegura que una vez se ponga en funcionamiento lo "reevaluará", tal y como prometió Jaume Collboni durante la campaña electoral

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via augusta

via augusta / Laura Guerrero

Carlos Márquez Daniel

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Durante la campaña electoral, el ahora alcalde Jaume Collboni compartió su voluntad de "reevaluar" el carril bici de la Via Augusta. No dijo que fuera a dar marcha atrás ni que fuera defensor a ultranza de este nuevo corredor ciclista. El concejal socialista mantiene un cierto tono de continuismo, y este lunes, durante la presentación del catálogo de obras veraniegas en la vía pública, se ha podido degustar esta miel cuando se ha citado el controvertido vial de la zona alta. Ya tiene fecha de estreno para su recorrido de punta a punta, desde la Diagonal hasta la calle de Dolors Monserdà, a nada de la Ronda de Dalt. Sucederá el 15 de julio si nada lo evita. Pero se mantiene el interrogante sobre su futuro, pues el ingeniero jefe, Oriol Altisench, ha hecho suyas las palabras textuales del líder del PSC en la ciudad: "Este ayuntamiento no se detiene, pero una vez el carril esté en funcionamiento, lo reevaluaremos".

Futura parada de TMB, a la altura de la estación de FGC de Sarrià. El suelo de ajedrez es el carril bici, que comparte espacio con el apeadero de bus.

Futura parada de TMB, a la altura de la estación de FGC de Sarrià. El suelo de ajedrez es el carril bici, que comparte espacio con el apeadero de bus. / Laura Guerrero

Estamos ante un proyecto largamente reivindicado por el colectivo a pedales de la ciudad, pues es un eje fundamental para las conexiones entre los barrios de montaña y el Eixample y lo que tiene por debajo. Se empezó por lo menos discutido, de la Diagonal hasta Gal·la Placídia. Luego se siguió hasta la plaza de Molina. Y a partir de ahí, tocaba ir avanzando salvando los cruces de Muntaner, General Mitre y la Bonanova, amén de la coincidencia con el Túnel de Vallvidrera, una de las entradas naturales en coche desde el Vallès. Las obras empezaron en noviembre de 2022 y el carril se ha ido ejecutando por tramos y con financiación distinta: fondos europeos y presupuestos participativos.

Un cierto embudo

El trozo que más ha complicado la circulación es el que va desde Mitre hasta Hort de la Vila, es decir, el punto de acceso a la galería viaria. La pérdida de un carril por sentido (quedan dos por ladera, compartidos con el bus y sus paradas) ha generado un cierto embudo con la pérdida del 33% del espacio destinado a los coches. Según cifras municipales, entre Vergós y Hort de la Vila pasan a diario (en laborable) 34.500 vehículos de subida (que aún tienen tres carriles porque las obras no han alcanzado este punto de la Via Augusta y unos 32.000 de bajada (ahora, ya, con un vial menos). A la altura de Doctor Roux son unos 30.000 por costado, y una vez pasada la Ronda del Mig, la cosa baja a 25.000 hacia plaza Molina y 28.000 en sentido montaña.

El tramo de Laforja a Ganduxer ya se abrió el 30 de junio. Queda por terminar el camino hasta Dolors Monserdà, dos calles por encima de la Bonanova y punto en el que desemboca la última salida del túnel de Vallvidrera antes de su llegada en abierto a Via Augusta. Aquí, en este lateral, ya se han pintado las líneas y se han colocado los separadores de goma, que son mucho más cortos y menos altos que los que uno puede encontrarse en el Eixample. Para que se hagan una idea, una moto o una bici podría pasar por encima sin caerse. En el de Diputació, por ejemplo, al suelo casi seguro.

Separadores más suaves

Adrià Gomila, director de Movilidad, ha explicado que se ha hecho así para garantizar más y mejor la convivencia entre las bicis y el resto de vehículos. Otra alternativa, dado que aquí se registra mucho tráfico, era mantener dos carriles de circulación y pintar una bici en el suelo para que todo el mundo fuera consciente de la coincidencia entre coches y bicis. La calle hace bajada, así que tampoco iban a producirse situaciones de estrés derivadas de la diferencia de velocidad. Pero se optó por segregar y dotar de la máxima protección posible al ciclista. Está por ver, cuando vuelvan a funcionar las escuelas, cómo reacciona este tramo de calle, que más arriba ya viene de perder un carril que se ganó para pintar un aparcamiento de motos.

Via Augusta, a la altura de Vergós. Aquí se ve con claridad cómo a la altura de Mitre, al fondo, la cosa ya se aclara porque muchos giran a la izquierda. En construcción, el carril bici

Via Augusta, a la altura de Vergós / Laura Guerrero

El consistorio estima que el tráfico bajará entre un 3% y un 5%. Sumado a un cambio en las semaforizaciones, espera que, a medio plazo, el volumen de tráfico y la congestión sean similares a la situación previa a la pérdida de un carril por sentido. Bastará con esperar a la vuelta al cole... La empresa concesionaria de los túneles de Vallvidrera, que es la misma que explota la galería que atraviesa el Cadí, tiene previsto por su parte analizar cómo les afecta el carril bici una vez hayan terminado las obras. A día de hoy pasan por los peajes unos 30.000 vehículos.