Plan de futuro

Barcelona abrirá el parque de la Ciutadella con tres nuevas puertas y un muro trasero semitransparente

Barcelona estudia cuatro fincas públicas desaprovechadas para reforzar la Ciutadella

Barcelona abrirá el parque de la Ciutadella con tres nuevas puertas

PI Studio

Meritxell M. Pauné

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El parque de la Ciutadella de Barcelona ya tiene, al fin, un plan de futuro. Han pasado veinte años del último documento estratégico y el principal pulmón verde del centro de la ciudad acumula un notable desgaste, muy visible en el estado de la vegetación y el patrimonio histórico que contiene. Las mejoras necesarias para el uso cotidiano quedaban hipotecadas por la falta de un documento que clarificara y ordenara los grandes retos del recinto, obras públicas complejas como la relación con la estación de Francia. Un Plan Director municipal recién estrenado este marzo, al que ha tenido acceso El Periódico, trata de desencallar el revulsivo pendiente.

El consistorio de Ada Colau prometió en 2018 actualizar este documento y recuperó la vieja ambición barcelonesa de abrir la Ciutadella al mar, lo que ponía en cuestión la continuidad de la Estación de Francia. Ahora el área de Urbanismo, capitaneada por Janet Sanz, ha zanjado cinco años de espera con un proyecto de mejoras pragmático: renuncia a conquistar la playa de vías ferroviaria, pero ratifica la continuidad de la estación y mejora la accesibilidad del parque con tres nuevas puertas –una en cada lateral– además de ventanas y puentes en el muro trasero para permeabilizarlo. Y, sobre todo, allana el camino para las inversiones urgentes de rehabilitación y mantenimiento.

Por el contrario, al documento le falta calendario y presupuestos y se estrena a tres meses del cambio de mandato. Su ejecución y celeridad dependerá de la predisposición que tengan los próximos gobiernos municipales. El listado incluye 64 propuestas, de las que 29 están terminadas, en marcha o encarriladas. El resto no tienen proyecto de obra ni hecho ni en redacción y además una decena constan como acciones “a largo plazo” o “en estudio” porque hay que pactarlas con otras administraciones. En la misma línea, el Ayuntamiento identifica 4 fincas desaprovechadas que podrían ser "estratégicas" para reforzar el parque y su vocación científica, como avanza El Periódico en este artículo.

Sanz calcula que las ejecuciones en marcha suman unos 20 millones de euros, de los que unos 5 son directamente para mejorar el verde. Gracias, en parte, a los fondos europeos Next Generation que ha recibido la capital. “Que la ciudadanía pueda usar este espacio verde sin que se deteriore requiere mucho mantenimiento y ahora lo priorizamos con esta inversión, que tendrá un impacto muy tangible y cotidiano”, promete. La Ciutadella recibe 7 millones de usuarios al año y ocupa 31 hectáreas, de las que 14,7 son parque, 13,5 son el Zoo y 2,8 son edificios.

En cuanto a la conexión con el mar menos ambiciosa, rechaza que se trate de una renuncia. Es más, considera el nuevo plan “coherente” con el anuncio de 2018: “Se había estudiado de muchas formas pero había que desarrollar un diálogo con Adif y otras instituciones; ahora se ha hecho y tenemos la mejor propuesta, que no obliga a elegir entre la estación y la conexión con el mar, sino que hace compatibles las dos cosas”. “Queremos que la estación mantenga el uso ferroviario y vuelva a tener centralidad en la planificación”, resuelve.

Dos nuevas puertas… y la tercera ‘gafe’

Los primeros cambios que verán la luz son dos nuevas puertas. En mayo se podrá entrar en la Ciutadella por el centro del paseo Picasso, a través de un nuevo paso de peatones. Justo delante habrá un acceso encajado en la nave central del museo Martorell, que justo está acabando ahora las obras de reforma.

El parque de la Ciutadella tendrá un nuevo acceso este 2023 desde el Museu Martorell

El parque de la Ciutadella tendrá un nuevo acceso este 2023 desde el Museu Martorell / Georgina Roig

El siguiente paso será una nueva entrada, más amplia, en la esquina de Pujades, Meridiana y Wellington, que el consistorio ha bautizado como “Puerta de Meridiana” alineada con Glòries. Una obra que no tiene aún proyecto en redacción pero sí está pactada con el Zoo y cuenta con unas primeras recreaciones virtuales de cómo sería. Se trata, en síntesis, de abrir una apertura amplia en la valla exterior y conectar con el camino ya existente tras la cascada.

Aspecto actual de la intersección de la Ciutadella y la avenida Meridiana, donde el consistorio abrirá una nueva puerta al parque

Aspecto actual de la intersección de la Ciutadella y la avenida Meridiana, donde el consistorio abrirá una nueva puerta al parque / Georgina Roig

La puerta más esperada y problemática, sin embargo, sigue sin dibujar ni desencallar. El Ayuntamiento de Barcelona oficializa con este Plan Director que la Ciutadella debe tener una puerta lateral en la calle Wellington, una intensa reivindicación de la UPF y los vecinos de la Vila Olímpica, que ahora tienen que dar un gran rodeo para entrar en el parque o llegar a Ciutat Vella. El obstáculo sigue siendo el mismo: cómo atravesar el zoo por su zona más ancha sin perjudicar el circuito de visita ni generar pasadizos inseguros. “Aún no tenemos una propuesta concreta”, asume el arquitecto jefe municipal, Xavi Matilla.

Muro perimetral de la Ciutadella en la calle de Wellington.

Muro perimetral de la Ciutadella en la calle de Wellington. / GEORGINA ROIG

Expulsar los coches del Parlament

Una primera experiencia, peculiar, abrirá camino. El gobierno Colau se propone desterrar los coches oficiales del Parlament, que ahora cruzan el parque por una vía asfaltada entre Picasso y la sede institucional. La clave es el aparcamiento del futuro centro de investigación científica Mercat del Peix junto a la UPF: las obras empezaron en enero y deberían acabar en julio de 2024. Un verano siguiente se estrenaría el edificio.

Imagen de archivo de coches oficiales en el Parlament de Catalunya, dentro del parque de la Ciutadella

Imagen de archivo de coches oficiales en el Parlament de Catalunya, dentro del parque de la Ciutadella / Joan Cortadellas

Allí podrían aparcar el año que viene los vehículos y que los diputados y trabajadores del Parlament llegaran a la cámara cruzando el zoo con un permiso especial. Entrarían por la puerta de visitantes de Wellington y saldrían por una salida de emergencia que da al Parlament. Solo quedaría allí un pequeño espacio para encochar y desencochar y alguna plaza de estacionamiento comodín. El Parlament, claro, tendrá que estar de acuerdo. Una negociación que encontrará sobre la mesa del próximo gobierno municipal.

Una circunvalación que da miedo

La otra apertura de la Ciutadella, la más peliaguda, es la marítima. Hoy el parque acaba en el paseo Circumval·lació, un no-lugar de manual que transmite sensación de inseguridad con descampados de Adif a un lado y un muro degradado del zoo en el otro lado. De todos estos agravios el primero en afrontarse es el muro trasero: 584 metros lineales de opacidad. Este 2023 estará redactado un proyecto de obras para abrir grandes ventanas en esta larga frontera opaca. Los técnicos municipales están estudiando si serán tramos de cristal reforzado, celosías o algún tipo de fachada. Como mínimo se abrirán en el tramo del Aquarama y del Terrario, demolidos en el marco del plan de futuro del Zoo.

En cuanto a la conexión con la Barceloneta, el ayuntamiento vuelve a confiar en dos puentes sobre las vías de tren y la ronda Litoral. La misma solución que usó la Exposición Internacional de 1888. En el parque de la Barceloneta una arcada interrumpida marca dónde aterrizaría el primero de los dos puentes que plantea la ciudad ahora. El otro prolongaría la calle Wellington. Esta operación se prevé millonaria y debe pactarse con el Estado, titular de las dos infraestructuras que sobrevolarían las pasarelas. Sin concreción alguna, hoy no pasa de ser una aspiración.

Quizá la mejora más notable que vivirá esta década el paseo Circumval·lació será la nueva biblioteca provincial en la antigua ala de correos de la estación, que estará acabada de demoler en abril. Polémicas a parte sobre el proyecto, el uso cultural en esta parcela promete lo que más necesita este no-lugar: personas, movimiento, vida. El consistorio ya está tramitando la licencia de obra, que empezaría este diciembre con finalización prevista para noviembre de 2027. Es decir, no el próximo mandato, sino a principios del siguiente.

El Hivernacle, más cerca

Además de la entrada por la calle Fusina, este 2023 la Ciutadella tiene otros estrenos a la vista. Para empezar, uno muy esperado: el Hivernacle. La rehabilitación terminará supuestamente en junio y otro proyecto técnico definirá este año si puede acoger algún uso ciudadano además de albergar tesoros vegetales. La plaza Joan Fiveller, frente al Parlament, ha finalizado este marzo una detallada renovación. Y a la rehabilitación del Instituto Verdaguer ya solo le falta el último tercio. Quedan en la sala de espera la puesta al día del Umbracle, el Castell dels Tres Dragons y la cascada, aún sin fecha.

Redirigir las bicis por Picasso

Antes que acabe el año también deberían estar acabados los proyectos para crear un carril bici en el paseo Picasso y redirigir las bicicletas que cruzan el parque: “Hoy el paseo de los Til·lers suple esta carencia”, apunta Matilla. También debería empezar el tercer trimestre un paquete de mejoras en el propio parque, como plantar nueva vegetación en Til·lers y rehabilitar el paseo Renart y la plaza de la Cigonya. En el horizonte están además conectar con la estación del Nord mediante un eje verde en las dos manzanas superiores de Wellington, pacificar el tramo inferior de Sardenya y repensar la ancha avenida del Marquès d’Argentera.