Equipamiento

¿Necesita Barcelona un "elefante" como la Biblioteca Pública del Estado?

Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona exponen sus ideas sobre el macroequipamiento 'maldito' de la ciudad, por fin en marcha y con fecha de entrega en 2027

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lugar.jpg / Jordi Cotrina

Ramón Vendrell

Ramón Vendrell

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La red de bibliotecas públicas de Barcelona consta de 40 centros que suman casi dos millones y medio de documentos (exactamente 2.455.515 el miércoles pasado). La ratio de documentos por habitante de la ciudad es de 1,5, la recomendada por los estándares internacionales para poblaciones del tamaño de la capital catalana. Y los barceloneses tienen una biblioteca a una media de entre 15 y 20 minutos a pie.

Al margen del sistema municipal, la Biblioteca de Catalunya tiene una colección de más de cuatro millones y medio de ejemplares.

Simulación del edificio.

Simulación del edificio. / Archivo

¿Necesita, pues, Barcelona la Biblioteca Pública del Estado? Hablamos de un edificio de nueva planta proyectado por los estudios Nitidus Arquitectes y Serveis d'Arquitectura Betarq junto a la estación de França, de 16.168 metros cuadrados útiles y 55 millones de presupuesto, que empezará a construirse en 2023 y debería estar terminado en 2027.

Equipamientos equivalentes

Aunque triplica la superficie de la mayor biblioteca municipal de Barcelona (la Jaume Fuster, de 5.636 metros cuadrados) y más que quintuplica el coste de la última (la Gabriel García Márquez: 9,6 millones de euros), una ojeada a los equipamientos más o menos equivalentes inaugurados recientemente en el extranjero relativiza magnitudes. La Biblioteca Central Oodi de Helsinki (2018) tiene 17.000 metros cuadrados y costó 98 millones; la Biblioteca Central de Calgary (2018) tiene 22.300 metros cuadrados y costó 215 millones; el edificio Dokk1 de Aarhus (2015) tiene 60.000 metros cuadrados (la biblioteca 'solo' ocupa 35.600) y costó 280 millones; la Biblioteca de Birmingham (2013) tiene 31.000 metros cuadrados y costó 217 millones; la Biblioteca Pública de Stuttgart (2011) tiene 20.000 metros cuadrados y costó 79 millones.

¿Para qué?

La respuesta a la pregunta formulada más arriba es obviamente 'sí' por parte de las tres administraciones implicadas: Gobierno de España, que aporta el dinero; Ayuntamiento de Barcelona, que brinda el suelo, y Generalitat de Catalunya, que tendrá la gestión.

"La Biblioteca Provincial de Barcelona tendrá mucha más potencia que el resto de bibliotecas de la ciudad"

Josep Vives

Director general de Promoció Cultural i Biblioteques

"La Provincial [empieza el baile de nombres] está contemplada en todos los planes de bibliotecas de Barcelona desde hace décadas y sin ella el sistema está incompleto", dice Josep Vives, director general de Promoció Cultural i Biblioteques de la Generalitat. Y añade: "Del mismo modo que el Hospital de Vall d'Hebron tiene unidad de quemados, entre muchos otros servicios de los que carecen los hospitales más pequeños, la Provincial tendrá mucha más potencia que el resto de bibliotecas de Barcelona, de las que además podría ser el centro generador de ideas y actividades".

Si la denominación utilizada es Biblioteca Central Urbana, es que habla un representante del ayuntamiento. "La Central Urbana coronará, que no cerrará, la red de bibliotecas públicas de la ciudad", dice Jordi Martí, concejal de Cultura. El edil no aprecia contradicción entre la apuesta del consistorio por la descentralización de la cultura y el futuro coloso. "Que defendamos y ejecutemos la distribución de espacios y actividades por toda la ciudad no significa que estemos contra grandes equipamientos con un gran potencial -dice Martí-. Eso sí, hay que definir muy bien qué tiene que ofrecer para que sea útil. El reto es crear un centro cultural que ocasionalmente pueda atraer a los habitantes de toda la ciudad".

María José Gálvez, directora general del Libro y Fomento de la Lectura, zanja el asunto nominal: "Será la Biblioteca Pública del Estado de Barcelona sí o sí: lo dice la ley".

Las actividades

La comisión formada por Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona no ha dedicado hasta ahora mucho tiempo a pensar en los contenidos del continente. El mal de ojo que desde sus ya remotas primeras formulaciones ha perseguido al proyecto ha hecho que las autoridades se hayan concentrado en garantizar el inicio de las obras. Quedan por delante al menos cinco años para concretar la oferta.

"Visualizamos un centro de reflexión cultural en torno al libro, con un programa denso de actividades"

Jordi Martí

Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona

La guarda de los ejemplares del depósito legal, la adquisición y conservación de patrimonio bibliográfico y la construcción de una colección que se propone de 600.000 documentos van aparejadas a la condición de Biblioteca Pública del Estado, pero solo para eso no se hace la fiesta. "Nosotros visualizamos un centro de reflexión cultural en torno al libro, con un programa denso de exposiciones, debates, conferencias... ", aporta Martí.

"Tendrá un auditorio con 300 butacas y otro con 120. Y Barcelona tiene el magnetismo para atraer a cualquier autor del mundo", se embala Vives.

"La biblioteca cuenta con espacios polivalentes cuyos usos irán definiendo los usuarios -señala Gálvez-. Un equipamiento de estas características tiene que ir más allá de fomentar la lectura para ofrecer un nuevo paradigma. En este sentido puede acoger desde presentaciones teatrales hasta conciertos. Y en el programa de necesidades hemos hablado de una comicoteca y de tener muy en cuenta a pequeños y jóvenes. Las interacciones con la tecnología y la ciencia se están revelando atractivas para estos públicos".

La especialidad

Si bien generalista por definición, no estaría de más que la Biblioteca Pública del Estado/Provincial/Central tuviera una especialidad que la diferenciara. O varias. En una coinciden las tres administraciones. "Barcelona ha sido y es una capital mundial de la edición y eso hay que aprovecharlo", dice Martí y están de acuerdo Vives y Gálvez. Las posibilidades alrededor de esta capitalidad son infinitas y explorarlas es "lo natural", en palabras de Gálvez. Vives también desliza la fuerza tecnológica de la ciudad como territorio atractivo, así como la vecindad con la estación de França y la cercanía del Parlament.

La gestión

La gestión de la biblioteca será "legal y estatutariamente" competencia de la Generalitat, subraya Vives. No obstante, Martí reclama, "como ha hecho el ayuntamiento desde el primer día", la máxima integración dentro del sistema barcelonés gestionado por consistorio y Diputación de Barcelona. "De lo contrario, no tendrá sentido", dice. "Cuando el elefante se enchufe al sistema cultural existente, serán necesarios cambios y correcciones -avanza Vives-. Pero nuestro compromiso con el Consorcio de Bibliotecas de Barcelona es total".

"Espero que no haya problemas de gestión"

María José Gálvez

Directora general del Libro y la Lectura

Gálvez, pese a que su trabajo acabará cuando el Gobierno entregue las llaves del 'piso', es optimista: "Espero que no haya problemas de gestión. Generalitat y ayuntamientos ya trabajan juntos en las bibliotecas estatales de Girona, Tarragona y Lleida. Pero es verdad que Barcelona es un caso especial".

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