La defensa del Barça se quita las arrugas

En apenas un mes, el Barça se ha quitado las arrugas que inundaban el rostro de su defensa. No hace tanto, la zaga evocaba a aquella que triunfó en Berlín-2015, la última cima europea conquistada por los azulgranas con Luis Enrique en el banquillo. Se sustentaba Xavi al final de la pasada temporada sobre Alves (38 años), recuperado de forma urgente para tapar el agujero de la banda derecha, con un contrato de temporero, Piqué (35) y Jordi Alba (33), quedando tan solo Araujo como un intruso (23) entre tanto treintaañero.

De repente, el técnico ha inyectado un imprescindible acné juvenil para recuperar la energía perdida con el paso del tiempo. Y las arrugas han desaparecido de golpe, como prueba el paso, ya consolidado, de Piqué y Alba al banquillo, despojados de su condición indestructible de titulares. Ahora ya no lo son.

Piernas frescas

En el dibujo táctico de Xavi, sea con el tradicional 4-3-3 o la inusual apuesta de los tres centrales que usó en Anoeta, se necesitan especialistas en la corrección, con piernas veloces para resolver cualquier contingencia, dispuestos a vivir a 40 metros de la casa de Ter Stegen.

Sin necesidad ellos de parapetarse en el área. Tipos rápidos para correr hacia atrás porque el gran cambio no solo radica en su DNI sino en el nuevo rol que ha encomendado Xavi a los laterales. Ya no deben ser tan profundos como antes.

Alves y Alba eran las alas del viejo Barça, dispuestos a llegar de punta a punta, con clara vocación ofensiva. Ahora, en cambio, Koundé y Balde tienen otras misiones porque las bandas están ocupadas por extremos (Raphinha en la derecha y Dembélé en la izquierda), que absorben prácticamente toda la responsabilidad ofensiva. Atrás, entretanto, Xavi no ha tenido duda alguna en trasladar el plan que tuvo al final del curso pasado.

Su defensa debía rejuvenecerse porque su sistema exige piernas frescas para que el equipo no se desestructure y se atrinchere demasiado cerca de Ter Stegen, aunque eso implique olvidar el ejercicio de compromiso que exhibió Piqué para sostener al Barça. Jugó lesionado porque el equipo dependía de su espíritu. Pero el fútbol no tiene memoria y no espera a nadie.

Aunque Xavi insista en que tanto Alba como Piqué "jugarán partidos porque necesito a todos", obligado a ejecutar una política de "rotaciones" necesarias para que nadie se desconecte.

Jugarán, aunque el central sea el quinto tras Koundé, Araujo, Eric y Christensen. Jugarán, aunque el lateral sea el tercero de la lista tras Balde, que lo ha sentado ya tres veces en el banquillo, y Marcos Alonso, recién llegado al Camp Nou en el último instante del mercado.,

Con Alves, Piqué, Araujo y Alba, la defensa del Barça de la pasada temporada sumaba 129 años. Ahora, con Koundé, Araujo, Eric y Balde, son 85

Entre Alves, Piqué, Araujo, el único que no superaba la treintena, y Alba, sumaban 129 años, con una media de 32,2. En el Sánchez Pizjuán, Koundé, Araujo, el único superviviente a tan profunda revolución, Eric y Balde alcanzan los 85 años, con una media de 21.2. En un par de meses, el Barça ha rejuvenecido más de una década, recuperando conceptos que tenía casi olvidados con el paso del tiempo.

Y quien mejor ha observado ese positivo cambio es Ter Stegen. "Después de unos años que no lo hicimos de esta manera, Xavi ha recuperado lo que queríamos ser y lo está haciendo espectacular", subrayó el meta alemán tras el 0-3 en el Sánchez Pizjuán, tercer partido en el que el equipo deja la portería a cero. Solo Isak en Anoeta ha sido capaz de batir a la juvenil zaga azulgrana. Rayo Vallecano (dos tiros a puerta), Valladolid (tres) y Sevilla (cuatro) se quedaron secos ante el Barça.

Mientras el Barça de los "aviones", como lo definió Eric García, vuela guiado por Lewandowski y sus compinches Raphinha y Dembélé, Xavi busca construir lo antes posible su red de seguridad. Horas después de ser inscrito Koundé, el técnico dibujó su zaga preferida. Y en dos de los cuatro partidos de Liga ha repetido la fórmula de Koundé-Araujo-Eric-Balde para proteger a Ter Stegen, aunque ahora anuncie cambios.

Un Ter Stegen feliz porque ha descubierto mecanismos ofensivos que estaban oxidados. "Es muy importante mantener la portería a cero porque sabemos del potencial que tenemos arriba", argumentó Xavi, orgulloso de la respuesta de su equipo. “Es importante defender el área, tapar centros… La línea defensiva está trabajando muy bien y Marc está sensacional”, argumentó el técnico.

Una defensa a la que le gusta, como pide Xavi, vivir a campo abierto, empujando a los delanteros hacia el centro del campo, capaz como fue en Sevilla de realizar solo cuatro faltas en 95 minutos: Koundé hizo dos; Araujo, una. Eric, una, y Balde, ninguna.

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