NUEVA FORMA DE ACTUAR

El cebo de la joven atractiva

Una chica llama al timbre y aparece tras la mirilla. Al abrir, irrumpen dos atracadores

La víctima 8 Javier Fraile, el administrador de fincas atracado.

La víctima 8 Javier Fraile, el administrador de fincas atracado.

A. B.
BARCELONA

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Aunque nunca les habían robado, en Finques Tor siempre se mira por la mirilla antes de abrir la puerta. Así se hizo el pasado 30 de mayo cuando, a las 19.30 horas, alguien llamó a la puerta. En la mirilla, cuya imagen se ve en una pantalla, apareció una joven atractiva, de aspecto sudamericano y elegantemente vestida. La chica esperaba a que le abrieran mirando la pantalla de su móvil. Al no intuirse motivo alguno de alerta, desde la oficina se le abrió la puerta. En ese momento, dos individuos armados con pistolas irrumpieron en el local encañonando a la cajera en la cabeza y al resto de personas que aparecieron en el recibidor alertados por la escandalera.

«Iban con gorras, gafas de sol y un pañuelo cubriéndoles la parte inferior del rostro», recuerda Javier Fraile, el administrador de fincas, que explica como«la chica no llegó a entrar; en cuanto nosotros abrimos la puerta ella se dio la vuelta y se fue tranquilamente». Para no ser detectados por las cámaras de la puerta se colocaron en las escaleras y bajaron desde el piso de arriba para que nadie les viera subir.

Aunque se les entregó en seguida el dinero que había en la caja, los asaltantes exigieron que se les indicara donde estaba la segunda caja fuerte.«No paraban de gritar 'la otra caja, la otra caja'. Al final entendieron que no la había», dice Fraile.

Del atraco, a este administrador de fincas le queda un recuerdo imborrable.«Más que los gritos o los insultos, a mí me impresionó el momento en que el atracador, para asustarme, cargó el arma. El sonido metálico se me ha grabado», dice.

En los últimos tres meses, el método de colocar a una joven atractiva como cebo se ha empleado al menos otras dos veces. En esos dos casos, una chica llamó a la puerta haciéndose pasar por una vecina. Confiados ante su apariencia, los vecinos abrieron, momento en el que dos individuos irrumpieron en el interior. En uno de esos atracos, en Sant Andreu, los asaltantes ataron a una víctima, obligaron a otra a meterse bajo la cama y se llevaron 6.000 euros en joyas.